“Soy un sobreviviente”: Adicto recuperado cuenta su cruda historia de vida, sus años en cárceles y su redención. Ayuda a personas a salir de este terrible flagelo

Visitó esta semana el “Centro Periodístico de Entre Ríos”, Facundo Díaz, quien se autodefine como “un sobreviviente del mundo oscuro y el infierno de las drogas”.

Como adicto recuperado, hoy brinda charlas y ayuda a familias o personas que se ven afectadas por las drogas. Esta semana, en diálogo con El Observador y el programa “Fernando Huck Reportajes” de Canal 6 ERTV, brindó su crudo testimonio de vida:

– ¿Cómo comenzó con el consumo de drogas…?

– Me crie con mi mamá, ya que mi papá se fue de casa, cuando yo tenía 5 años. Él se fue por problemas de drogas… consumo de cocaína… A los 14 años tomé la mala decisión de irme también de casa. Jugaba a la pelota, me iba muy bien en mi categoría ‘83, tenía buen promedio en la escuela, pero por querer transgredir los límites, de querer buscar libertinaje y no libertad, empecé primero a fumar marihuana, después a tomar pastillas, a consumir cocaína… y cuando me quise dar cuenta, después de 2 años, mi mamá me estaba visitando en un “Instituto de Menores”, por robo con armas y demás… Estuve preso varias veces. En total 10 años y 1 mes, en diferentes penales de Buenos Aires, como Devoto, Marcos Paz, Ezeiza y terminé mi condena en la cárcel de Neuquén. Faltando un año y medio para recuperar mi libertad, me dieron una puñalada en la panza. Anteriormente me habían lastimado un pulmón. Fue en ese momento en que una persona se me acercó y me dijo: ‘Facu, ¿vas a seguir viviendo de la misma manera que siempre?’ Y le dije, ‘¿qué otra cosa hay para mí? Si hace 10 años que vengo perdiendo no solo libertad, sino la familia, tomando malas decisiones, perdiendo salud y tocando fondo’… Tenía 26 años en ese momento. En Neuquén no había drogas, empecé a sentir nostalgia, vacío, soledad y ahí me hablaron de Jesús. Fue el preso de la Celda 2. Yo estaba en la 7. Era un neuquino, que me dijo: “todos los días a las 21 horas, te espero para que empecemos a leer la Biblia”. Yo decía, ¿en qué me estoy metiendo?

Pero después de tantos años de venir haciendo las cosas mal, dije voy a intentar hacer las cosas bien, para ver qué sale. Y salió bien. A los 2 meses ya no fumaba marihuana, dejé el tabaco, no me peleaba con los demás… Terminé mi condena y me quedé a vivir en Neuquén y desde allí, me trasladé a Lib. San Martín para terminar, a mis 29 años, el secundario. Y los 30, comencé una carrera universitaria, la Licenciatura en Teología, de la cual me gradué con un promedio de 9,2 a los 4 años y medio. Y posteriormente me especialicé en el “Área de las Adicciones” y hoy me dedico a esto. Soy papá de 2 nenas: Isabela que en unos días cumple 7 añitos y de Candela, que cumple 5. Hoy trato de aportar mi granito de arena, para poder ayudar a los chicos que la están pasando mal por la droga. Cuando uno sale del infierno, uno quiere ayudar, dar una sugerencia para que no vayan para ese camino que elegí en su momento. Y si uno salió, se recuperó, puede darle una mano para que otro pueda salir también. El infierno quema, arde, vacía, entristece, mata… Yo siempre digo que si Dios pudo conmigo, que era un terrible personaje, va a poder con otros. En este poder superior que se llama Jesús, está la capacidad de transformar mentes, gustos, deseos…

– Siempre se habla de una enfermedad progresiva, que termina con el consumo de drogas pesadas…

– Muchos empiezan con una cervecita un viernes a la noche. A las 5 semanas, ya serán 2 y a los 5 meses, tomará 6. Después se pasa a un “porrito”… Están los experimentadores, que son los que tienen un primer acercamiento a la sustancia, la pasan mal y tienen la capacidad de no volver. Están los usuarios, que es la gente que consume de manera ocasional y están los que abusan de la sustancia, que consumen de manera repetida y después pasan al último nivel, que es el de la dependencia que son los que no pueden parar, los que no pueden abstenerse a pesar de las consecuencias negativas. En esos casos se termina o en el hospital o en la cárcel o muerto. Siempre le digo a los chicos, porque mayormente mis charlas están destinadas a jóvenes de 13 a 17 años, que si alguien cree que fumando un ‘fasito’ a los 15 años se va a quedar con eso solamente, están equivocados. No existe la persona en la tierra capaz de dominar esa sustancia y se avanza progresivamente. En el verano pasado me tocó estar en Uruguay, haciendo una campaña casa por casa y fue donde las madres más me pidieron ayuda para el tratamiento de sus hijos. Legalizar la marihuana es como que la normalizó tanto, que se fumaba en cualquier lugar y a cualquier hora. Y fue avanzando de manera tal que a los pibes los terminó aburriendo esa sustancia y empezaron a consumir cocaína…

– Hoy se habla mucho del “cannabis recreativo”…

– No compren el cuento del cannabis recreativo o del uso responsable. Cuando uno usa una sustancia que le altera sus pensamientos, carece de responsabilidad y a la larga o a la corta, termina teniendo secuelas… Yo consumí 20 años marihuana y cocaína y hoy si me tomo 2 cervezas, pierdo la responsabilidad… La gente que está en recuperación, tiene prohibido el alcohol, porque después lleva al consumo de cocaína. Aunque hoy estemos limpios, no tenemos responsabilidad en el uso de las sustancias…

– ¿Qué es lo que más necesitan esos chicos a los cuales está ayudando a salir de las drogas?

– Todos son chicos con problemas de consumo de cocaína y que han tocado fondo. Es raro que me busquen por el consumo de un “porrito” o por problema de alcohol… En la mayoría de los casos, el consumo problemático de drogas te altera el comportamiento, entonces dejás de ser lo que eras y lo único que te interesa es saciar el deseo del consumo. Y cuando te quedás sin dinero, cuando te echaron de tu trabajo, empezás a meter la mano en la lata en tu casa y cuando se da cuenta tu familia, empezás a sustraer las cosas de afuera y es todo un ciclo… La adicción, no te va a llevar a terminar una carrera, no te va a llevar a tener una familia formada y mucho menos ser responsable como papá. Te lleva a los peores lugares…

– ¿Conoce casos de jóvenes que las drogas los han llevado a la muerte?

– Demasiados… Con el 70% de los pibes con los que me crie, están todos bajo tierra… Fuimos pocos los que quedamos vivos y nos tuvimos que ir del barrio donde vivíamos y pudimos empezar una nueva vida… Estuve muchas veces cerca de la muerte y Dios me cuidó y me ha preservado y ahora estoy con este fin de ayudar y disfruto lo que hago…

– Un consejo a los chicos que nunca probaron la droga…

– Que ni lo intenten, porque es un camino de muerte. Si hiciera bien esa sustancia, yo te puedo asegurar que agarro el micrófono y les digo “chicos… corran hacia allí que es el lugar”. Pero como yo estuve tantas décadas metido ahí adentro, les puedo decir con toda seguridad que no se acerquen…

– Si alguien quiere comunicarse con ustedes en busca de ayuda…

– Me pueden escribir al celular 3435080937. No uso redes sociales, porque me hace mal. Me genera dependencia. Antes los chicos en mi época iban al casino. Hoy los pibes juegan desde la casa, apuestan, pierden, ganan… Yo desinstalé mis redes… En Facebook estaba horas conectado. Ahora ese tiempo, que a veces queda libre, lo dedico para leer…  

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