Milei: “Este es el último tramo de un esfuerzo heroico que los argentinos estamos haciendo”

En cadena nacional, el Presidente defendió su programa económico y destacó que “la situación que estamos viviendo es dura, pero también que ya hemos recorrido más de la mitad del camino. Este es el último tramo de un esfuerzo heroico que los argentinos estamos haciendo y por primera vez en mucho tiempo, esta vez el esfuerzo va a valer la pena. En segundo lugar, hoy estoy aquí rodeado de nuestro equipo económico, encabezado por el ministro Luis Caputo y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, para anunciar algo que hace tan solo unos pocos meses parecía imposible en Argentina. En contra de los pronósticos de la mayoría de los dirigentes políticos, los economistas profesionales televisivos y petardistas tribuneros, los periodistas especializados y buena parte del establishment argentino, quiero anunciar que el sector público nacional registró durante el mes de marzo un superávit financiero de más de 275.000 millones de pesos, logrando de esta manera y luego de más de casi 20 años, superávit financiero de 0,2% del PBI durante el primer trimestre del año”.

“Este es el primer trimestre con superávit financiero desde 2008, un hito que debe enorgullecernos a todos como país, en particular dada la estrepitosa herencia de la que tuvimos que hacernos cargo. Este concepto, el de superávit fiscal, que parece simplemente una definición técnica que no hace a la vida de los argentinos, no es ni más ni menos que el único punto de partida posible para terminar de una vez y para siempre con el infierno inflacionario que fue la Argentina desde la caída de la convertibilidad, con habernos convertido en el mayor de defaulteador serial del mundo y a tener la presión impositiva más alta del mundo. El superávit fiscal es la piedra angular desde la cual construimos la nueva era de prosperidad de la Argentina. Haber logrado ese superávit en Argentina, que ha tenido déficit en 113 de los últimos 123 años, habiendo recibido este gobierno un déficit consolidado de más de 15 puntos del producto, entre déficit del Tesoro y déficit del Banco Central y haber ajustado 13 puntos de ese 15 en tan solo tres meses de gobierno, es lisa y llanamente una hazaña de proporciones históricas a nivel mundial”.

“He explicado en reiteradas ocasiones que cuando asumimos el enorme desafío de conducir nuestra nación encontramos un país quebrado y al borde de una hiperinflación. Teníamos un déficit de cinco puntos del producto en el Tesoro y un déficit financiero de otros 10 puntos en el Banco Central; teníamos una brecha cambiaria de casi 200 por ciento entre el dólar oficial y el dólar libre y un sobrante monetario similar al que teníamos en la previa del Rodrigazo, una de las peores crisis de nuestra historia. Sumado a esto, teníamos una deuda no reconocida con importadores por más de 50.000 millones de dólares y una deuda en pesos por el equivalente a 90.000 millones de dólares. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional estaba caído y, durante la primera semana de nuestro gobierno, la inflación venía corriendo al 1,2% diario. Es decir, asumimos el gobierno con la inflación 7600% anual, con un sobrante monetario y un Banco Central quebrado que hubiese llevado la inflación al 15,000% anual. Esto significa que asumimos el gobierno con un sobrante monetario peor al del Rodrigazo, una destrucción del balance del Banco Central peor que la hiperinflación del 89 e indicadores sociales peores a los de las crisis del año 2001, lo cual significa que nos enfrentábamos a la peor crisis de la historia de nuestro país”.

“Por eso, desde que asumimos nos enfocamos en dos cuestiones esenciales. En primer lugar, dijimos que la causa de todos los males en la Argentina era el déficit fiscal, ya que producto de la obsesión de los políticos argentinos por gastar lo que no tenemos y agotando las fuentes de endeudamiento y la suba de impuestos, recurrían a la emisión monetaria, que es la única y probada causa de la inflación. Tomamos el toro por las astas y anunciamos desde el primer día que con nosotros se acababa el déficit y, en consecuencia, se acababa la emisión monetaria y la inflación. En segundo lugar, dijimos que dada la gravedad de la situación que habíamos heredado los argentinos no teníamos tiempo para un nuevo experimento gradualista y avanzamos en el programa de estabilización de shock más ambicioso de nuestra historia. Así es como hemos logrado alcanzar el superávit financiero en tan solo un mes de gobierno, un hito que no tiene parangón en la historia del mundo occidental. Hoy podemos afirmar sin lugar a dudas que, pese a la oposición de buena parte del establecimiento económico y político de la Argentina, pese a quienes sistemáticamente ponen en cuestionamiento nuestras ideas y pese a quienes directamente pregonan por nuestro fracaso para volver al poder, el gobierno tenía razón y nuestro plan está funcionando”.

“Este milagro económico que ha sido lograr superávit y financiero trimestral luego de casi 20 años, habiendo recibido la herencia que recibimos, responde, a diferencia de lo que suelen afirmar los que quieren el fracaso de este gobierno, en enorme medida a lo que durante la campaña llamamos “motosierra” y no como dicen algunos a la licuación del gasto público, método que históricamente se ha utilizado en nuestro país. De los

cinco puntos del déficit del Tesoro que hemos ajustado solo 0,4% responde a la pérdida del poder adquisitivo de las jubilaciones, pérdida producida por la nefasta fórmula de movilidad de Alberto Fernández que quisimos modificar en la Ley Bases y que luego tuvimos que modificar por DNU, frente a la falta de voluntad de algunos sectores políticos. El restante 4,6% de ajuste que hemos logrado se debe íntegramente al recorte del gasto público que la política utilizaba indiscriminadamente para comprar voluntades. Una práctica inmoral que explica buena parte el fracaso económico de las últimas décadas. Haber logrado el superávit de la manera que lo hicimos, es decir priorizando el recorte del gasto y no la licuación del mismo, es extremadamente importante porque les da sostenibilidad a las cuentas públicas, y porque por primera vez en mucho tiempo no se le traslada el costo del ajuste a toda la población argentina, sino solamente aquellos que fueron beneficiados por el modelo empobrecedor del pasado”.

“Para mencionar algunos ejemplos, destacamos la reducción del 76% de las transferencias discrecionales a las provincias, un sistema tóxico con el que el poder central repartía recursos de todos los argentinos a unos pocos que se sometían a la voluntad del gobierno nacional. También una reducción drástica del 87% en la obra pública, históricamente vinculada al festival de corrupción que ha sido la Argentina los últimos 20 años, donde se gastaba dinero de los contribuyentes en rutas que no conducían a ningún lado o en obras que se inauguraban cinco veces y nunca se terminaban. En nuestro modelo, las obras de infraestructura pasarán a ser financiadas por el sector privado, de manera tal que efectivamente tendremos las obras que los argentinos necesitamos, evitando que ese dinero termine en los bolsillos de los políticos o sus amigos contratistas del Estado. Además de estas medidas, hemos reducido la estructura del Estado, eliminando el 50% de los cargos políticos, cerrando organismos innecesarios que se usaban para perseguir a quienes pensaban distinto… El superávit fiscal que hemos logrado fue sin olvidarnos de aquellos sectores postergados que han sido las principales víctimas del modelo empobrecedor, por eso es que hemos aumentado, entre otros, un 500% del Plan Primeros mil días que beneficia 70.000 mujeres embarazadas; incrementamos en un 311% la Asignación de ayuda escolar llevándola a $70.000; hemos duplicado la Asignación Universal por Hijo, incluyendo el aumento del 27% en el mes de marzo; duplicamos la Tarjeta Alimentar, que es una asistencia que llega en forma directa a 3,8 millones de personas; aumentamos un 75% la ayuda para los comedores, acompañado de medidas para garantizar la transparencia, eliminar a los intermediarios y terminar con los gerentes de la pobreza. Y lanzamos un sistema de vouchers educativos para asistir a aquellas familias que envían a sus hijos a establecimientos que reciben subvención estatal…”.

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