Lo que se conoce de la “chicharrita de maíz” que hace estragos en campos y preocupa a productores

Por el alto porcentaje de lotes afectados y el amplio abanico de niveles de severidad, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria organizó el webinar “Achaparramiento del maíz”, integrando conocimientos para compartir la información necesaria para la toma de decisiones. El encuentro virtual, del que participaron 10 referentes nacionales del Instituto en la temática, estuvo dividido en cuatro módulos que se enfocaron en detallar toda la información que se genera en cada una de las regiones del país sobre la detección y el manejo de la enfermedad en el maíz.

Durante la apertura, Ariel Pereda (director nacional del INTA) señaló que “el objetivo de organizar este espacio de discusión fue brindar todos los avances y propuestas que tenemos desde el INTA. La chicharrita está presente en el país desde principios de los ’90 y desde hace varios años, distintas unidades del Instituto trabajan en esta temática y precisamente este webinar es una herramienta para difundir información con la idea de transmitir un mensaje claro para que los productores puedan coordinar las acciones y tomar decisiones con información de calidad, basadas en conocimiento…”.

Eduardo Trumper, coordinador del programa nacional de Protección Vegetal del INTA y uno de los organizadores del encuentro, expresó que “la situación que se registra en la presente campaña motivó el trabajo integrado entre diferentes centros regionales, estaciones experimentales, institutos de investigación y equipos de especialistas. Tenemos una variedad de situaciones productivas diferentes a lo largo del país y eso nos implica proponer diferentes soluciones a la problemática. Y por eso, realizamos este webinar en el que comenzamos poniendo en común toda la información que tenemos y conocemos, luego continuamos explicando cuál es la situación actual en el campo y cerramos con un análisis de lo que vendrá, en función del análisis de variables climáticas y de manejo”.

Detectada por primera vez en 1991 en Argentina, es una enfermedad típica, pero que no siempre se presenta de la misma manera. “Es notable como, en los últimos años, en zonas cálidas se expresa con infecciones tempranas y cuando los materiales de maíz son susceptibles”, señaló María Giménez Pecci, especialista de Córdoba, quien describió cómo los síntomas varían, según el momento de infección y el patógeno que interviene.

A la hora de la cosecha, frente a un lote afectado, se recomienda caracterizar el tipo de daño y cuantificarlo para evaluar la necesidad de configurar la cosechadora de manera que realice un trabajo diferencial. “Principalmente se deberá trabajar sobre la regulación del cabezal recolector y la velocidad de avance de la máquina para llevar al mínimo las pérdidas que se ocasionan por desgrane y desuniformidad de espigas, pero también por vuelco de plantas y diferentes tamaños entre ellas”, destacaron los especialistas.

En cuanto a qué escenarios se pueden proyectar para la siguiente campaña, los profesionales coincidieron que se deberán analizar diferentes variables y tener presente que la situación puede verse modificada en función de características de cada región productiva.

Los elevados valores de incidencia y severidad de la enfermedad observados este año en zonas no endémicas, no se habían registrado previamente. En tal sentido, si se combina un invierno benigno con pocas heladas que permitan una mayor supervivencia del vector y la disponibilidad de maíz en fechas de siembra escalonadas, especialmente en zonas afectadas, es probable que el problema siga siendo importante.

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