Hasenkamp: Francisco Epis, un ejemplo de superación y constancia

Una importante recuperación viene teniendo el niño de Hasenkamp, Francisco Epis (11 años), quien recordemos fue diagnosticado con el Linfoma de Hodgkin y a principios de 2018 comenzó un tratamiento médico en el Hospital “Prof. Dr. Juan Pedro Garrahan” de Buenos Aires.

Durante los primeros meses “Francis” y sus papás Bibiana María José Cáceres y Yari Epis, estuvieron radicados en la provincia bonaerense y el pequeño recibió varias sesiones de quimioterapia, hasta que el 24 de mayo del año pasado, finalizó con el tratamiento oncológico y con todo éxito.

Posteriormente, el niño comenzó una rehabilitación ya que dicha afección le produjo el Síndrome Paraneoplásico, que le hizo daño en el cerebelo, lo que le dejó secuelas y periódicamente debe viajar al Garrahan a realizarse los controles pertinentes.

Su mamá Bibiana, en una comunicación con El Observador, comentó que “el último control lo tuvo en marzo pasado, donde estaba todo bien y debe seguir con el tratamiento de Kinesiología, que en estos momentos lo realiza en un centro de rehabilitación de María Grande, con un neurokinesiólogo. Sabemos que la recuperación es lenta, pero va avanzando, él pone mucha voluntad y desde la escuela, como así también nosotros lo estamos ayudando, donde vemos que está fijando más los contenidos y mejorando, por ejemplo, la letra cuando escribe. Hay días en que se lo nota con más inestabilidad, pero vemos que el avance es muy importante, lo que nos alegra y reconforta y debemos volver en agosto a Bs. As. para los próximos controles”.

Cabe destacar que la familia recibió durante esta situación un apoyo constante y permanente de la gente y principalmente de diferentes grupos de camioneros de todo el país, ya que el papá de Francisco trabaja en este sector del transporte. “Ahora nos comprometimos a que si todo sigue bien, vamos a viajar en las vacaciones de invierno a Buenos Aires, porque lo quieren ver al nene, porque las últimas veces no nos pudimos quedar. Pero continuamente preguntan por su salud, envían mensajes y siempre ofrecen que si necesitamos algo no dudemos en pedírselo que ellos siempre están presentes. Por eso, le doy gracias a Dios, porque nos encontramos con muy buena gente que nos apoyó y colaboró, incluso sin conocernos”, resaltó Cáceres, quien además destacó la atención y buena predisposición que tuvieron en todo momento, tanto de los profesionales como del personal del Hospital Garrahan, mientras el niño estuvo realizando el tratamiento médico.

La familia Epis, compartió momentos de dolor e incertidumbre, pero nunca perdió las esperanzas y hoy está a la vista que pudo salir adelante y continuar cada integrante con sus vidas. “Mi hija empezó la carrera del Profesorado de Nivel Inicial en María Grande; Yari (el esposo), sigue con su trabajo y haciendo viajes con el camión; yo con mis tareas como ama de casa y ‘Fran’, va a la escuela, comparte juegos y diferentes actividades con sus compañeros y amigos, donde tiene una vida normal”, relató Bibiana.

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