Conquistó su propio sueño: Jugar profesionalmente

Florencia Senger desde hace algunas semanas anda nuevamente por estas tierras. Pisó suelo entrerriano tras estar jugando la Liga Colombiana de Fútbol Femenino para el Bogotá FC. Un sueño personal que acunó durante los últimos años cuando comprendió que quería llegar a ser profesional jugando a la pelota. Se encargó de escribir su destino que la depositó en uno de los torneos más importantes del cono Sur dentro de esta disciplina.

A su retorno visitó el equipo de Las Vampirezas (con Z tal su denominación fundacional) dirigido por Juan Comas a quien le retribuye un alto porcentaje de influencia para llegar hasta donde lo ha hecho. Actualmente juega para Unión de Santa Fe, club donde debutó en 2012 militando en la Liga Santafesina. “Es muy lindo el cariño que me brindan las chicas y el cuerpo técnico. Intentaremos llevar lo más alto posible al club en este campeonato”, afirmó.

También se dio el gusto de jugar los Juegos Panamericanos Universitarios de Brasil con el combinado nacional de futsal.

Entre esas actividades, más la enseñanza de Música (ver cuadro aparte), se prestó a la charla con El Observador para analizar el fútbol cafetero que guarda una enorme diferencia con el de nuestro país en materia femenina. Para leer y aprender cómo deben hacerse las cosas cuando se persigue un firme objetivo.

Esta historia tiene un inicio, como todas, desde muy temprano. “A principio de año, desde el 1 de enero, arranqué a entrenar, siempre pensando en un objetivo claro que era buscar un club para jugar a nivel profesional. Estuve hablando con mi familia y con Juan Comas, mi entrenador de Las Vampirezas. Decidimos que sería bueno buscar una posibilidad fuera del país, empecé a armar un currículum deportivo con videos y los envié a distintos clubes que contactaba por internet. Una de las propuestas que recibí, la que más me sedujo, fue la de Colombia. Hablé con un encargado de un club y viajé. Era una decisión arriesgada porque debía solventarme los pasajes, asistir a una prueba en Bogotá FC y si quedaba, firmaba contrato profesional. Sino, iba a ser más complicado y debía ir a otro lugar”.

– Cuando te dieron el “ok”, ¿qué sensaciones pasaron por tu cabeza?

– Fue como un momento de satisfacción por todo lo que había luchado para estar ahí, también un alivio. Pasé un mes donde no firmé el contrato y ya habían comenzado a firmar otras chicas, por lo que estaba algo nerviosa. Algunas me decían que me tranquilizara porque me habían visto en la lista, pero hasta que no firmara no podía asegurarme nada. Cuando lo hice fue una alegría para mí, para mi familia, para Juan (Comas), para la gente que me apoyó desde el minuto cero. En lo personal fue un logro muy grande.

– ¿Cómo resultó tu adaptación?

– Me fui sola. Tomé el vuelo desde Montevideo, mis padres me acompañaron hasta ahí, llegué a Bogotá y me buscó una compañera de equipo. Fuimos a la Casa Hogar, llegué un domingo y el lunes entrenábamos. En la entrada en calor ya me ahogué porque hay altura, son 2.600 metros sobre el nivel del mar. Había hecho una buena pretemporada pero vi que me faltaba mucho para estar en condiciones óptimas ante ese tema. En la primera semana no me fue tan bien, quizás sí en cuestiones técnicas, pero en lo físico me ahogaba rápido. Luego de un mes me sentí mejor adaptada, pero costó mucho.

– ¿Con qué fútbol te encontraste?

– Sabía que iba a una liga que se había formado profesionalmente el año anterior, iba con buenas expectativas y estuvo de acuerdo a lo que pensé. Tiene un nivel alto, deportivamente se trabaja muy bien porque es profesional, aparte del trabajo que hacés en la cancha y demás, se descansa, concentrás en hoteles, las canchas son muy buenas, el nivel de las chicas es óptimo. Vivís para el fútbol. Técnicamente hay mucho talento y se trabaja todos los días. Después de la liga brasileña, es la más importante de Sudamérica.

– ¿Cuáles son las potencias?

– Santa Fe, Patriotas, América de Cali, Nacional de Medellín, Junior de Barranquillas y el Huila que salió campeón. Se lo merecía porque viene apostando mucho en el fútbol femenino y dio sus resultados.

– ¿En qué posición jugaste?

– Me fui a probar de wing por izquierda y no me fue muy bien por la influencia de la altura, no podía desplegar la velocidad. Después empezamos a jugar con un sistema más defensivo como 4-5-1 y yo jugaba de 9.

– ¿Habrá otra posibilidad en Colombia?

– El contrato profesional para el año que viene lo tengo asegurado si vuelvo allá, pero no sé en qué club todavía. Estoy viendo en este último tiempo si me sale otra propuesta, mientras entreno y juego en Unión de Santa Fe y aprovecho este tiempo para estar con mi familia y amigos. Voy a ver si a fin de año decido volver allá. Cuanto estuve en Colombia, entrené en una academia de Carlos Quintero, ese profesor es el DT de la selección Sub 20. Trabajé con él, me vio jugar y me dio su respaldo para ser representante en caso de que vuelva a Colombia. Si lo hago, entrenaré, él evaluará mis condiciones y en base a eso me buscará un club donde jugar.

– ¿Querés volver?

– Sí porque me gustó, me hice de amigos y la gente es cálida. Además la liga es de gran nivel. Veremos qué sucede. También me gustaría mucho jugar en Brasil, donde está el mejor fútbol femenino de Sudamérica.

La actualidad en Argentina

El fútbol femenino en nuestro país atraviesa un momento de refundación. Pasaron años en los que se tiró por la borda un proyecto que había comenzado décadas atrás, dejando inexistente a la disciplina. Actualmente se trabaja para fortalecer un nuevo proceso pero con mucho por hacer aún.

Flopi entiende como una verdadera protagonista lo que está pasando en Argentina. “Creo que más que una vuelta de rosca le falta todos los materiales para poder dar vuelta la rosca. Falta mucha base para comenzar a construir”, aseguró para luego comparar con lo que vio en Colombia: “Allá trabajan con academias, las nenas están desde los 12 años jugando al fútbol en cancha de 11. Acá eso se ve en algunas escuelitas, pero en la mayoría de los casos si las nenas quieren jugar al fútbol no tienen club. Además en los clubes cafeteros apuesten a eso porque ahora es exigencia que cada uno cuente con la categoría de fútbol femenino mayores. Entonces el año que viene tendrás 35 equipos de fútbol profesional compuesto por chicas, quienes tendrán un salario mínimo o un subsidio si son menores de edad. Hay una enorme diferencia porque en Colombia la jugadora se dedica a esa profesión al 100%, mientras que acá debe hacer otras actividades. No puede vivir del fútbol”.

Llevando su análisis al nivel de la Selección Argentina, comentó: “Otros equipos sacan mucha ventaja por el motivo de las ligas profesionales. En nuestro país se está mejorando ya que el equipo nacional cuenta con jugadoras que militan en el fútbol extranjero y cuando vuelven, aportan mucho. En la Liga Argentina (Primera A y B) se ve un buen crecimiento, es el más alto del país. De a poco se ha ido mejorando con mucho camino por recorrer porque hasta hace poco a las chicas de la Selección no les pagaban los viáticos. Este año fue la Copa América en Chile y Argentina logró el tercer puesto, con lo que se aseguró la disputa del Repechaje para el Mundial de Francia”.

– ¿Te gustaría jugar en la Selección?

– Es una de las deudas pendientes, pero todo llega con esfuerzo, sacrificio y oportunidades. Sí alguna vez se da, me pondrá muy feliz. En caso de que no sea así, es porque hay mejores jugadoras y yo seguiré buscando dar lo mejor de mí en donde esté.

Con la pelota desde siempre

Su pasión por el fútbol data desde muy pequeña. “Soy de Aldea Santa Rosa, vivíamos en la escuela porque mi papá era el director, teníamos la canchita al lado donde durante todos los recreos se jugaba a la pelota. Me fascinaba, me prendía en los partidos”, recuerda con cierto dejo de nostalgia.

“A veces durante los fines de semana nos juntábamos con mi hermano, sus amigos o con mi papá, a jugar. Cuando estoy con una pelota me siento liberada, me hace feliz. Es una sensación difícil de describir”, remarca.

La música, su otra pasión

Florencia también es profesora de Música y se desempeña en la Escuela Nº 105 “Patria Libre” de Crespo. Es que su relación con esta bella arte, también despertó un gran amor al igual que con la redonda. “Desde chica toco guitarra, a los 8 años arranqué en Aldea Santa Rosa y ahí comencé a cantar. Luego estudié en IMEFAA, toqué en festivales, nos juntábamos a ensayar y siempre me gustó. Cuando llegó el momento de elegir una carrera, estaba entre algo relacionado al deporte o con lo musical y me decidí por esto último”, contó.

Por ese motivo realizó sus estudios en la Escuela de Música que pertenece a la UADER en Paraná, donde se recibió en 2016. Esto le permite la posibilidad de trabajar, ganar antigüedad en esta carrera y ahorrar dinero por si el día de mañana surge nuevamente la chance de viajar para conquistar nuevas canchas de fútbol.

LIGA COLOMBIANA: La Liga Profesional Femenina (oficialmente y por motivos de patrocinio, Liga Águila Femenina) es el torneo profesional de fútbol femenino de Colombia, el cual es organizado por la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor), entidad dependiente de la Federación Colombiana de Fútbol.

El primer anuncio formal de la creación del campeonato se dio en marzo de 2016, en tanto que el primer partido de la era profesional fue el 17 de febrero de 2017 entre Cortuluá y Deportivo Pasto. Esto marcó un hecho histórico para la disciplina en el país.

 

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