Brecha salarial, nivel de empleo, acoso y techo de cristal: el presente de las mujeres en el mundo laboral

Distintos informes dados a conocer en el marco del Día Internacional de la Mujer dan cuenta de este presente que pese a mejoras en algunas cuestiones sigue vigente en pleno siglo XXI.

Más allá de los avances en materia de igualdad de género, el mundo laboral sigue marcado por diferencias entre hombres y mujeres, entre las que se destacan la brecha salarial, los problemas de empleo y el denominado “techo de cristal”, que se refiere al posicionamiento relegado que estas tienen a la hora de aspirar a cargos ejecutivos y de liderazgo. Muchas, además, evidencian que los entornos laborales siguen presentando situaciones de agresiones y acoso.

Distintos informes dados a conocer en el marco del Día Internacional de la Mujer dan cuenta de este presente que pese a mejoras en algunas cuestiones sigue vigente en pleno siglo XXI.Informate más

Por caso, sólo 6 de cada 10 mujeres de entre 30 y 64 años de edad en Argentina participa del mercado laboral, mientras que para los hombres esa proporción trepa a 88 de cada 100, de acuerdo a un informe publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Brecha salarial

El documento señala que, entre las personas ocupadas en puestos no calificados, por cada 100 pesos que gana en promedio un varón, una mujer gana 61; y que la tasa de subocupación horaria para las mujeres es un 75 por ciento superior a la de los varones.

Con similares niveles de informalidad laboral, el ingreso medio de las mujeres asalariadas sin descuento jubilatorio representa el 65 por ciento del ingreso de los varones.

Alrededor de 4 de cada 10 mujeres ocupadas de 14 años y más se insertan en sectores relacionados al cuidado (salud, educación y trabajo doméstico) y los varones lo hacen en mayor proporción en la industria manufacturera y en la construcción.

Por cada 100 pesos que gana un varón en el sector educación, una mujer obtiene, en promedio, 91; mientras que, en el área de salud, una mujer gana 78 pesos por cada 100 que percibe un varón.

El relevamiento del Indec también marca que las diferencias entre mujeres y varones en torno al trabajo no remunerado comienzan a edades tempranas; mientras que 88 de cada 100 niñas de sexto grado realizan tareas domésticas casi todos o algunos días de la semana, en el caso de los niños varones 83 de cada 100 remiten a esa condición.

En cuanto a la brecha salarial, la consultora Mercer indica que existen diferentes realidades según la industria y los niveles profesionales. Por ejemplo, la industria de seguros es la que tienen mayor prevalencia de mujeres en su nómina, pero contradictoriamente, también es la que mayor brecha salarial tiene.

La brecha salarial es más acotada en industrias como el consumo masivo y la energía, y está más cerca de la igualdad en tecnología y el sector bancario.

Educación

Más allá de alcanzar mayores niveles educativos, en las primeras etapas de la vida las niñas están sobrerrepresentadas en la realización de actividades domésticas; de la población de 5 a 15 años que realiza trabajo doméstico intensivo (10 o más horas semanales), 6 de cada 10 son mujeres.

Mientras que 92 de cada 100 mujeres realiza trabajo no remunerado, solo 75 de cada 100 varones lo hace; la mayor brecha entre mujeres y varones se da en las tareas de limpieza de la vivienda: mientras que 7 de cada 10 mujeres las realizan, casi 4 de cada 10 varones lo hacen.

Las mujeres y el estudio

Volviendo al informe del Indec, mientras que 80 de cada 100 mujeres de 15 a 24 años del quintil de ingresos más altos asisten al sistema educativo, 61 de cada 100 del quintil más bajo lo hacen.

Con relación a las carreras que estudian, las mujeres participan, en mayor medida, en las vinculadas a las ciencias humanas y de la salud.

Entre los 18 y los 24 años, las mujeres presentan tasas de asistencia al sistema educativo formal más elevadas que los varones; mientras que las mujeres de 25 años y más alcanzan niveles más altos de educación formal que los varones.

Pese a que mujeres y varones presentan porcentajes similares en el desempeño satisfactorio o avanzado en lengua y matemática, se observan diferencias en el autoconcepto en matemática y lengua.

Además, mientras 75 de cada 100 personas inscriptas en ciencias de la salud son mujeres, en las ciencias aplicadas representan 38 de cada 100.

El dossier estadístico del Indec apunta que las mujeres tienden a ser las principales encargadas de las tareas de trabajo no remunerado al interior de los hogares y, por ello, aun cuando cuentan con mayores niveles educativos, no logran un nivel de participación en el mercado laboral similar al de los varones.

Microagresiones

Un informe elaborado por Adecco Argentina revela que un 75% de las mujeres destacó que fue consultada en una entrevista laboral sobre si se encontraba gestando o si tenía la intención de hacerlo, sumado a cuál era su situación sentimental. El mismo estudio reflejó que un 63% de los argentinos fue testigo de una situación de microagresión hacia una mujer.

Otra pregunta que se hizo fue si las mujeres tienen más o menos posibilidades que los hombres para postularse para un mismo empleo. Las opiniones son diversas, un 49% considera que las mujeres tienen menos posibilidades que los hombres para un mismo empleo, mientras que para un 23% este hecho no es así en la realidad.

Asimismo, un 27% establece que no en todos los casos se da esta dinámica, sino que depende de los trabajos a los que se postulan. Por ejemplo: puestos de jerarquía, sector IT, seguridad, transporte y que involucren fuerza física, según las opiniones, son tareas en las que la selección y la recompensa prioriza a los hombres. De todas formas, en cuanto a los salarios en general se evidencia que casi un 60% opina que las mujeres ganan menos que los hombres, mientras que un 38% opinan que los salarios son equitativos.

En relación con los puestos de liderazgo, un 78% de las personas encuestadas cree que sí hay avances en la incorporación de mujeres a cargos directivos en las compañías. Estos resultados alentadores se dividen entre un 50% que conoce alguna CEO o directora general (mujer) en alguna compañía y la otra mitad que no.

Maternidad y trabajo

Para conciliar la maternidad y el trabajo, hay mujeres que opinan que el home office (44%) es un gran beneficio, seguido de un 42% de las guarderías dentro del espacio de trabajo. Un 2% pensó en el beneficio de salas de lactancia y un 3% en llevar a sus hijos/as al trabajo. Un 42% cree que la empresa donde trabaja apoya a las mujeres en su ciclo de maternidad.

Sin embargo, un 70% percibe que las opiniones brindadas por las mujeres no tienen la misma importancia que las de los hombres.

Un 63% de las personas encuestadas ha sido testigo en sus trabajos de microagresiones hacia las mujeres. ¿Cómo pudieron afrontar esta situación? Un 56% actuó en consecuencia defendiendo a su compañera a través de un diálogo profesional con la persona agresora y sus superiores. A diferencia de un 43% que no intervino en la situación, por distintos motivos.

La presencia y acción de los y las líderes en estos momentos, apoyando la integridad y promoviendo el respeto entre todos los miembros del equipo, permiten crear conciencia sobre las problemáticas desarrolladas y ayudan a que reflexionemos sobre cómo nos relacionamos con nuestras compañeras en el trabajo.

Según el análisis realizado por Mercer acerca de la representación por género en las industrias más representativas en su relevamiento de 2022, los sectores con mayor porcentaje de representación femenina son Ciencias de la Vida (46% de mujeres), Seguros (44%) y Bancos (43%) que están por encima del mercado general (38%). La mayor brecha en la representación por género, por otra parte, se observa en el sector de Energía con un 24% de mujeres.

“Hablar de equidad resulta hoy un tema al que le queda mucho camino por recorrer aún. Cuando hablamos de equidad estamos hablando de oportunidades de desarrollo y de pago. La mejor forma de poder avanzar es con datos y tenemos mucho terreno por ganar en términos de análisis de datos, de entendimiento. En función de eso, con compromiso y ganas vamos a poder armar planes de acción para luego pasar al plano de las oportunidades. En Argentina hoy estamos muy lejos de lograrlo y nos encontramos en un nivel bastante inmaduro”, destacó Cecilia Giordano, CEO de Mercer.

Techo de cristal

Las mujeres ocupadas, según el Indec, acceden en menor medida a puestos jerárquicos. Mientras que 8 de cada 100 varones lo hace, algo más de la mitad de las mujeres remiten a esta condición.

Más allá de los mayores niveles educativos, solo el 12 por ciento de los cargos de rectoría universitaria están ocupados por mujeres; y solo el 20,5% de las explotaciones agropecuarias están gestionadas por mujeres productoras.

Analizando la participación del género femenino por nivel de carrera, el análisis de Mercer muestra que en los niveles de liderazgo las industrias con mayor población de mujeres son las de Seguros, Ciencias de la Vida y HighTech, mientras que Bancos exclusivamente en el nivel Gerencial.

En tanto, en los niveles de Líderes de equipo y profesionales (analistas, especialistas) la participación es mayor que en la categoría anterior, manteniendo el ranking de industrias significativamente similar: Seguros, Bancos, Ciencias de la Vida y High Tech, mientras que el sector energético sigue relegado en esta práctica.

“El rol de los líderes, no sólo en Argentina, sino también en el mundo resulta fundamental para avanzar. Son los responsables de desarrollar talentos y al desarrollar a otros es muy importante esta mirada de la equidad”, destacó Giordano.

Por su parte, otro informe de la consultora Randstad, afirma que el 67% de los trabajadores argentinos tiene un jefe varón, a pesar de que los encuestados afirman que el 48% de sus empleadores cuenta con políticas de equidad de género.

Al indagar sobre las oportunidades de crecimiento profesional de las mujeres y la equidad de género el ámbito laboral en Argentina, surge que aún un gran 37% cree que los hombres son favorecidos por sobre las mujeres para acceder a posiciones gerenciales cuando hay dos candidatos con igual calificación, mientras que el 23% afirma no saberlo a ciencia cierta. En el extremo opuesto, el 40% de los consultados considera que tanto hombres como mujeres son tratados de igual manera ante la oportunidad de acceso a un puesto gerencial en el caso de contar con la misma preparación y formación.

Sobre estos resultados, Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina y Uruguay, afirmó: “La problemática de la inclusión de las mujeres en los puestos superiores del organigrama de las empresas es una asignatura pendiente no sólo en Argentina. Si bien en los últimos años se han logrado grandes avances, y día a día son más las organizaciones que se esfuerzan por incluir políticas de diversidad, equidad e inclusión, los factores sociales y culturales vinculados a la inequitativa distribución de los roles de cuidado familiar siguen incidiendo negativamente en el desarrollo profesional de las mujeres”.

Por otra parte, si bien la gran mayoría de los hombres y mujeres encuestados en Argentina indica que sus empleadores tienen políticas de equidad, la realidad indica que todavía existe un marcado sesgo en favor de los hombres. En este sentido, el 70% de los trabajadores argentinos considera que hombres y mujeres son tratados equitativamente en la organización en la que trabajan y el 68% cree que su empleador paga salarios equitativos a hombres y mujeres en igual posición.

Los persistentes mandatos culturales que asignan roles diferentes a hombres y mujeres en relación al cuidado familiar y del hogar, junto con el efecto de invisibilización de la problemática que implica la falta de indicadores vinculados a la equidad de género en muchas organizaciones contribuyen a generar una percepción alejada de la real situación de desventaja que sigue afectando a las mujeres en todo el mundo.

Acoso laboral

Según la Organización Internacional del Trabajo, las mujeres tienen más del doble de probabilidades de sufrir violencia y acoso sexual en el ámbito laboral. Y los hechos lo confirman: según un informe difundido por WeWork el 81% de las trabajadoras argentinas afirman haber vivido una situación de este tipo en su trabajo.

En un contexto mundial en el que la brecha salarial entre las mujeres y los varones promedia el 23%, la inequidad de género en el ambiente laboral también se expresa puertas adentro de las organizaciones: los jefes directos (55%), líderes (37%) y clientes (10%) varones protagonizan los actos de violencia y acoso contra las mujeres, que se materializan en chistes o comentarios sexistas, machistas o discriminatorios (88%); al solicitar favores sexuales a colaboradoras a cambio de un beneficio laboral (15%); y en el hostigamiento a una mujer por negarse a un intercambio sexual (25%).

En este contexto, la cultura del “speak-up” -que en inglés significa “hablar en voz alta”-, cobra absoluta relevancia en el clima interno de una organización, ya que busca promover un espacio de trabajo en el que las personas sientan la seguridad de expresarse, hacer preguntas y denunciar prácticas no éticas o ilegales dentro de la compañía.

“Lamentablemente, las mujeres seguimos siendo el blanco de hechos de violencia y acoso en todo el mundo pero además en cualquier ámbito. Ahora bien las organizaciones, de todo tipo y tamaño, tienen la responsabilidad de evitar que suceda durante su jornada laboral garantizando espacios de trabajo seguros para sus colaboradoras. Pues al final del día, pasamos por lo menos un tercio de nuestras vidas trabajando. Así que, desde WeWork queremos impulsar la cultura de “speak -up” no solo para nuestras colaboradoras sino también para todas nuestras members en Argentina”, expresa Rocío Robledo Gerente General de WeWork Argentina.

En Argentina, ante un caso de violencia, el 26,6% de las mujeres decidió no hacer nada al respecto, ya que temía perder su trabajo (48%), recibir represalias (22%) o que no le crean (6%) [3]. Respecto a quienes sí decidieron denunciar el hecho, el 41% asegura que fue en vano, ya que nada cambió luego de su declaración. Y para el 50% tuvo un impacto negativo en su condición laboral, como el aislamiento, amenazas o directamente su despido (46%) [4].

“Estos datos señalan la urgencia de promover espacios confiables de diálogo, no solo para quienes sufren actos de violencia o acoso, sino también para los testigos, quienes tienen un rol primordial en la construcción de ámbitos seguros e igualitarios”, señala Robledo.

Fuente: Ámbito

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican la política de privacidad y los términos de servicio de Google.