Achor contó sobre la tarea que realizan en la Casa Lázaro de Paraná

En la sede de calle Caputto 1158 de Paraná, funciona “Casa Lázaro”, cuyo proyecto fue impulsado desde el Arzobispado de Paraná, a través de Monseñor Juan Alberto Puíggari, donde se brinda un espacio de inclusión y contención a jóvenes sin recursos, que estén viviendo una situación de vulnerabilidad y no cuenten con el apoyo necesario para su recuperación.

Al respecto, el presidente de la Fundación Lázaro, Jorge Achor, en comunicación con El Observador contó que el hogar surgió para ofrecer ayuda a distintas personas, principalmente a los jóvenes que están en situación de calle y con problemáticas de adicciones. “La idea es que ellos aprendan en esta casa un oficio y desde nuestro lugar les brindamos educación, contención y sobre todo una ayuda para encontrar a Dios, donde se genera un ambiente de familia. Aquí perdonamos y acompañamos hasta que cada persona tenga la capacidad para iniciar un proyecto solo y pueda recuperar los vínculos familiares que los han perdido debido al consumo, sobre todo para que puedan acercarse a sus hijos. Es una tarea que hacemos a pulmón, porque el proceso que vamos implementando ayuda a la rehabilitación, donde los muchachos tienen la libertad para salir, pero siempre respetando las pautas del lugar. Hemos realizado convenios con diferentes gremios para que se puedan capacitar y apuntamos también a los estudios, porque en muchos casos ni lo básico en educación tienen. A través de los talleres (huerta, vivero, granja) que tenemos y los oficios (carpintería, panadería o tapicería) a los que pueden acceder los jóvenes, tratamos de que comprendan que el trabajo los puede ayudar tanto a ellos como a sus familias y de esta manera forjarse un mejor porvenir, lo que les permitirá además reinsertarse en la sociedad”, referenció el coordinador.

– ¿Cómo van abordando cada situación que se presenta?

– En ciertos casos son problemas graves de consumo de drogas y se nos complica a la hora de enseñarles, porque en su mundo no conocen otra cosa que la miseria, la marginalidad y no tienen la suficiente capacidad y voluntad para salir adelante por sí solos. Pero hay muchos que se esfuerzan por cambiar y a otros les cuesta más, especialmente porque desconocen la parte de la espiritualidad y la solidaridad, porque nunca la tuvieron. Tratamos que la recuperación sea total, donde en algunos casos lo vamos logrando y en otros es una tarea diaria de mucho esfuerzo y sacrificio. Los apoyamos permanentemente para que puedan tener un proyecto para sus vidas y para que crezca su autoestima, donde la lucha es de por vida, porque el consumo de marihuana despierta enfermedades mentales. Por ello, para que estas personas puedan salir adelante, necesitamos una sociedad responsable que acompañe el proceso de rehabilitación y recuperación. Más allá que recibimos el acompañamiento desde el gobierno provincial, de la SELCA (Secretaría de la Lucha contra las Adicciones) y de grupos e instituciones, también necesitamos que se sumen más colaboradores y más personas que nos ayuden en nuestra tarea. Por eso los interesados en ser parte de esta propuesta pueden acercarse a nuestra sede o llamar al (0343) 154637380, donde la ayuda y donaciones serán bien recibidas.

– ¿Prevén avanzar con otras propuestas?

– En estos momentos en nuestra Casa tenemos 25 chicos que es la capacidad máxima y en la sede de Santa Elena “El Buen Samaritano” hay 11 muchachos, en tanto es la idea habilitar un nuevo espacio en la zona del barrio Guadalupe de la ciudad de Santa Fe. Tenemos demanda de chicas, pero no contamos con mujeres voluntarias que se hagan cargo de los grupos, por eso es que recibimos únicamente varones.

Además, organizamos charlas sobre la prevención a las adicciones que coordinamos con diferentes grupos instituciones de la ciudad y la zona, donde son los jóvenes de nuestra Casa, que van a contar sus propias experiencias.

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