Y vos… ¿Perdonarías una infidelidad?

Según las respuestas a varias encuestas la mayoría de las personas dice que se separaría si su pareja lo engaña. Pero, cuando realmente pasa, dudamos sobre qué hacer, “¿qué van a pensar los chicos?”, “¿vale la pena dejar todo por un desliz?”

La persona engañada pasa por muchas fases, shock, negación, enojo, culpa, agresión verbal, tristeza, asumir o negar responsabilidad… Luego, llega el momento de plantearse los pasos a seguir y si continuar o no con la relación.

En muchos casos es difícil tomar la decisión pero bien sirven algunos consejos (por Merlina Meiler-Clarín) para decidir si vale la pena perdonar o no:

– No preguntes detalles. No conviene meterse en ese terreno, ni hacerse una imagen mental o auditiva de lo que sucedió.

– Identificá la causa real del dolor. ¿Te duele el engaño? ¿O hay otra razón mayor que te genera esta infelicidad? Por ejemplo: sueños rotos o que la familia y los amigos se hayan enterado y nos dé vergüenza.

– Tratá de hablar. La infidelidad es un síntoma de que algo no funciona como debería en la relación. ¿Lo hablaste con tu pareja? ¿Hay cosas que pueden cambiar/mejorar para armar algo satisfactorio para los dos?

– No intentes olvidar. Es imposible. Sería borrar algo que sucedió y negar la realidad, lo que nunca trae buenas consecuencias. Si decidís perdonar, dejá atrás el hecho, sabiendo que existió. Llorá, hablá con un psicólogo o con tus amigos o familia. Poné un punto límite, una fecha específica para, a partir de ahí, dejar el pasado atrás y mirar hacia el futuro con otros ojos.

– Tené en cuenta que las cosas no volverán a ser como antes. Pueden llegar a ser peores pero también mejores. Hay casos de personas que luego del episodio se dieron cuenta del valor del otro, de sus sentimientos reales y pueden sostener buenos vínculos. Otras prefieren dar vuelta la hoja y marcharse.

– Evitá los rencores. La infidelidad es una espina clavada que causa una herida imborrable. No vale la pena quedarse en el resentimiento ni en el “por qué a mí”. Sólo te dañará y no te permitirá sacarte esa espina para avanzar hacia la dirección que desees.

– Si perdonás, hacelo desde el corazón. Tiene que ser al 100%, los perdones a medias no sirven. Además, te conviene dejar en claro que será solo UNA vez, que no habrá lugar para engaños a repetición. Te merecés todo el respeto del mundo y volver a tolerar algo semejante es la puerta abierta a que se transforme en un hábito de la pareja.

 

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