Walter Fernández: “El jugador se tiene que involucrar más con el sentimiento de la gente”

En la cena aniversario de la filial crespense de Racing Club “Carlín Motta”, estuvieron presentes ex jugadores como Miguel Ángel Colombatti, Juan Ramón Fleita y Walter Fernández. Éste último dialogó con los medios presentes y trató temas referentes a la actualidad de la “Academia”, de la Selección, del fútbol argentino, el rol de los padres, la calidez del hincha y elogió a Alfio Basile, el mentor del equipo campeón en 1988.

– ¿Cómo fue recibido en Crespo?

– Como siempre cuando hay una situación de esta manera, más con el público del interior que es tan cálido. Realmente feliz de compartir este momento con amigos de la zona. Me siento identificado con esos sentimientos ya que soy de Firmat (Santa Fe). Sabemos que esta filial y quienes pertenecen a esta región, es gente maravillosa y uno vive situaciones fantásticas que hacía tiempo no se sentían. Es un agradecimiento recíproco con los hinchas de Crespo, ellos por nuestra presencia y nosotros porque necesitamos a veces de este cariño y afecto que nos demuestran. Antes como jugador no lo vivía tanto como ahora, porque uno tenía la cabeza en otra cosa pensando en los partidos y en los entrenamientos.

– ¿Qué ha sido Racing en su trayectoria como futbolista?

– Lo más importante. Me identifiqué con Racing durante cuatro años, pasé por varios equipos pero la “Academia” me marcó muy fuerte. Viví momentos extraordinarios donde conformamos grupos humanos sensacionales. Por eso lo poco que logramos, lo hicimos naturalmente porque había buenos jugadores, pero también porque influye mucho la calidad de las personas antes que nada. Dejamos en la gente algo positivo, una mística en el simpatizante en aquel plantel del ’88, que aún se recuerda.

– ¿Qué le genera seguir manteniendo esa relación con el hincha a pesar de transcurrir los años?

– Lo necesitan porque no siempre han tenido la oportunidad de estar con los jugadores de aquella época. Normalmente la gente de esa generación se acuerda mucho de nosotros y necesitan que estemos al lado de ellos. Por eso cada vez que lo requieren, yo estoy. Sea para intercambiar anécdotas, hablar de fútbol, sacarse una foto…Les hace muy bien porque cumplen el sueño de estar con un jugador preferido y para mi también es importante porque vuelvo a vivir lo de aquellos años.

– ¿De qué manera ve al fútbol actual?

– Ha cambiado tanto que uno se tiene que ir adaptando constantemente. Lo importante en este marco, es que el fútbol argentino no pierda toda esa mística que ha tenido, tal vez la estamos perdiendo porque existen muchos factores que influyen como la situación económica, la emigración de jugadores, etc. Igualmente siempre está la cantera de donde salen buenos futbolistas, ahora resta cerrar el ciclo. Surgen interesantes proyectos que se deben concretar en logros deportivos como un Campeonato del Mundo para que Argentina ratifique todo lo que viene haciendo a nivel individual. Sé que no es fácil, pero hay que empezar a sentir más la camiseta “Albiceleste”.

– ¿Qué le falta a la Selección para que el conjunto de individualidades termine de redondear una buena actuación colectiva?

– Sentir algo más lo que siente el pueblo argentino. Como lo sentíamos nosotros a Racing cuando jugábamos. El jugador se tiene que involucrar más con el sentimiento de la gente. El hincha está necesitando muchísimo de ellos, para que de una vez por todas hasta el mismo futbolista esté más tranquilo. Hoy el que luce la camiseta de la Selección, lo hace con presión. No puede demostrar lo que sabe hacer. Messi es un ejemplo claro, no puede hacer acá lo que hace en Barcelona porque le pesa enormemente la camiseta argentina. Deben involucrarse más con la gente, tienen que dejar de ser el fenómeno de Italia o de España y ser el de Argentina.

– ¿Uruguay es un ejemplo de lo que usted señala?

– Totalmente. Uruguay es pura humildad y sacrificio. Tiene buenos jugadores y un gran técnico, pero lo fundamental es que hay una ansia de gloria diferente a la nuestra. El uruguayo sabe que está de punto y no de banca, me da la impresión que se juegan más por esas cosas. Le está dando resultado y quizás no con tantas figuras. ¿Cuál es el tema? Uruguay con pocos nombres llega a pelear siempre y nosotros con más estrellas no nos alcanza, entonces pienso que se deben cambiar ciertas cosas. La gente no es tonta y a veces tira mensajes. Vos sos técnico y morís con la tuya, bárbaro, pero hay ocasiones en que debés mirar para el costado y escuchar.

– En Racing se están observando cambios como lo que sucede con buscar talentos al interior del país, ¿cómo lo analiza particularmente?

– Por suerte se está cambiando en ese sentido. Soy técnico desde hace varios años, trabajo en el interior y nunca vi a Racing hacer una prueba en mi zona. Siempre iba River o Boca y se llevaban todo. Hoy veo lo contrario, están trabajando y apostando enormemente en eso. Sé que va a costar años, pero se van a apreciar los frutos. Era hora que haya un cambio de esa magnitud. Es importante lo que están haciendo quienes se desempeñan en el fútbol infantil. Es necesario empezar a sacar chicos de las inferiores y no traer tantas figuras de afuera.

– ¿De qué manera ve el rol de los padres de aquellos chicos que sueñan con jugar en Primera?

– El de los padres y también el rol de los representantes que quieren al mejor jugador como para salvarse ellos. Existe una mezcla entre representante-padre en el que se puede confundir mucho al jugador. Tenés que adaptarte a las circunstancias. No digo que no exista más el empresario, debe estar porque ayuda a las situaciones del futbolista que antes no pasaba, como irse a probar solo a un club tal como me sucedió a mi. Los caminos eran difíciles porque no tenías alguien que te guiara en ese rumbo. Ahora tenés todo al alcance de la mano. Pero no nos vayamos al extremo, hay padres que se quieren involucrar mucho y le pueden hacer daño al chico. Es fundamental que el futbolista tenga serenidad y los mejores ejemplos al lado como para buscar la opción correcta. La parte humana es vital también, respetar los valores tanto en el fútbol como en todo orden. Me imagino si los jugadores actuales hubieran actuado en nuestra época donde a veces no cobrábamos o no teníamos ropa…¿qué hubiesen hecho? Se iban. Hay que involucrarse más con el sacrificio y la voluntad, y tener una gran humildad.

– Se habla de que el fútbol argentino se ha equilibrado hacia abajo, ¿es así y por qué?

– Pasa eso porque están emigrando varios jugadores. Es lógico, el futbolista está pensando en irse a Europa y salvarse económicamente. Se va y a veces se olvida que al lado existe un grupo, el mismo que a él le ayudó a destacarse. Es un tema complejo. Entiendo al que quiera irse para sacar diferencia en cuanto al dinero porque es una carrera corta, pero también hay que ponerse la mano en el corazón y ver que al lado de él hubo un conjunto de jugadores que colaboró mucho. El futbolista tiene que ser inteligente. No están tres o cuatro años juntos, es una temporada y se van. Ciertas veces tenés que sentir la camiseta y pensar también en la gente y en la institución para contagiarte un poco.

– ¿Cómo era Alfio Basile como DT?

– Un gran motivador y un fenómeno. A mi me ayudó muchísimo, sobre todo en los momentos más difíciles. Quizás no era el gran trabajador como los que se ven ahora, pero tenía virtudes sensacionales. Hoy hay técnicos sumamente laburadores, lo que está bien, pero falta el otro condimento. ¿Te imaginás un DT de ahora con las cualidades del “Coco”? Tendríamos algo tremendo. Se debe observar a esos entrenadores como Basile, por algo logró tantas cosas importantes. El “Coco” fue fundamental para ese equipo del ’88.

SU CURRICULUM

Fernández fue un gran puntero izquierdo de quien se recuerda un meritorio paso por Racing Club en la segunda mitad de la década del ‘80. Comenzó en Rosario Central, pasó por Argentinos Juniors, Huracán de Chabás (Santa Fe), Atl. Ledesma (Jujuy), Defensores de Belgrano, Racing Club, Argentino (Mendoza), Cruz Azul (México), el fútbol suizo y Universidad (Chile). A la “Academia” arribó en 1985, donde logró el Ascenso a Primera División, coformando en aquel elenco un tridente letal con Iglesias y Medina Bello. Al igual que Colombatti, conquistó la Supercopa y la Interamericana en 1988. Se retiró en 1993.

 

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