“Volví a ser de nuevo esa atleta con actitud en una pista”, confió Betsa Páez

“Cómo explicar lo que sentí. Llorar de alegría, eso es una bendición, no pasa todos los días”, comienza su mensaje vía facebook para todo el mundo. “Después de 5 años volví a saltar mi mejor marca”, agrega como dato meramente informativo pero con un valor sumamente elevado para ella, para los suyos. “Y no fueron 5 años de esos que se te pasan volando y ni te das cuenta de lo que pasó, fueron 5 años cargados de alegrías en un principio y de mucho dolor en el medio” narra y agrega “donde parecía que todo había terminado para mi, donde mi vida había tomado un camino muy distinto a lo que yo era realmente y de donde me costó horrores volver a tomar esa ruta de la que me había desviado” cuenta a corazón abierto. “Ruta que hoy retomé para llegar a destino… Mi destino”, completa.

Así lo escribe, así lo siente. Betsabé Páez, la atleta crespense que se entrena desde hace unas semanas en Rosario, logró una marca histórica. Luego de cinco años con demasiadas vivencias de todos los colores, pudo alcanzar el 1.80 en salto en alto. Solamente ella y los suyos saben concretamente lo que costó obtener este registro. Comenzó el 2015 con dudas de poder competir por una nueva lesión, poco le importó, soportó el dolor, el desánimo y pudo vencer la desilusión. Hubo un guiño cómplice del médico de turno para continuar con las exigencias deportivas, enfrentó los desafíos sin pretemporada. Quiso cambiar de aire para superarse a sí misma, y acá estamos. Nuevamente el redactor desata líneas en esta sección debido a la nueva conquista de Betsa, casi proveniente de una historia épica, en la que el protagonista parece caído pero es él quien verdaderamente se convence de que no debe ser así. De que hay miles de razones para levantarse y mirar el cielo, tomar aire y seguir. Hay razones que empujan, que llevan a seguir creciendo. Nadie más que él, el protagonista, entiende las horas de sacrificio en los entrenamientos y no quiere comprender que una lesión le pueda apagar el fuego sagrado. Fuego sagrado que nuestra protagonista recuperó.

El artículo informativo comentará que Páez logró la marca de 1.80m en salto en alto en el Campeonato Provincial de Juveniles desarrollado en el Estadio Municipal “Jorge Newbery” de Rosario, instancia previa al 45° Campeonato Nacional Juvenil que se realizará en el mismo escenario este fin de semana. Hasta ahí parece todo normal, pero siempre se requiere una vuelta más en el artículo para que usted, querido lector, comprenda el logro en su magnitud y lo que hay detrás. “El salto tiene un valor muy especial porque siempre recalco lo que fue cuando decidí que no iba a hacer más atletismo, me sentía cansada, perdida y muy triste por situaciones que estaba viviendo en ese momento. No me da vergüenza decirlo ya que esas situaciones son las que me fortalecieron y me hicieron madurar y me enseñaron a que nada es imposible”, explica con mayor serenidad a la distancia en el diálogo con El Observador.

“Cuando uno quiere lograr algo, con voluntad, actitud, perseverancia, paciencia, etcétera, etcétera, se puede alcanzar. Esa mala etapa de mi vida es la que me hizo volver a la pista con más fuerza aún, con otra cabeza y otra manera de encarar las situaciones. Por eso saltar 1.80m después de 5 años, fue muy emocionante. Primero porque me da la pauta de que ahora sí, llegué de nuevo a ser esa atleta con actitud en una pista donde nada le da miedo, donde está segura de cada cosa que hace, y segundo porque superé ese bloqueo mental que tenía cuando me ponían la varilla a 1.80. Esto recién es el comienzo de una etapa de crecimiento como atleta profesional”, afirma con seguridad y confianza.

La atleta formada en la Escuela Municipal de Crespo, se instaló en Rosario para perfeccionar sus entrenamientos. Una decisión para nada sencilla pero de enorme importancia. En la ciudad santafesina trabaja en pista sintética bajo las indicaciones de la profesora Graciela Scaglia. “Esta mejora tiene que ver mucho con la decisión que tomé de venirme a vivir a Rosario. El cambio de aire y demás me hizo renovar y me ayudó a salir de ese estancamiento que tenía en todos los niveles como deportivos, personales, etcétera. Fue una decisión muy importante y la verdad me sorprendí de mí porque nunca creí que me iba a animar a hacerlo. Extraño un montón a toda mi gente, pero sabía que si quería obtener resultados distintos, debía dejar de hacer siempre lo mismo”.

Seguirá el buen camino. Motivada, inspirada, con ganas, con energías; como alguna vez dijimos en estas páginas, sabiendo que tras los días grises, aparece el brillo de las buenas nuevas. Su intención pasa por alcanzar sus principales metas deportivas en el año: Juegos Sudamericanos de Mayores de Lima, Perú (junio), y lograr la marca para ir a los Juegos Panamericanos (julio). “Dejame agradecer antes de despedirme. Le agradezco profundamente a mi entrenadora Grey Scaglia (Graciela) porque ella me devolvió el fuego sagrado, me ayudó a encontrarme de nuevo; gracias a toda la gente que me apoyó y me apoya como mi familia, respaldo incondicional durante toda la vida. Ellos hacen todo para que yo esté de la mejor manera en Rosario; también a Silvia Decoud y Noelia Schaab quienes ‘me rescataron’ cuando volví a entrenar y me ayudaron muchísimo en todo, a la Municipalidad de Crespo, a mis amigos del campito Yapeyú que siempre me bancaron y me siguen bancando, y a toda esa gente que siempre se toma un momento para saludarme y alentarme desde donde esté”.

Agradecida entonces, se va. Marcha para continuar por esta senda rumbo a la conquista de nuevos sueños. De qué puede vivir uno sino es de buscar nuevos desafíos y lograrlos, nos motivan a andar por la vida. La utopía sirve para caminar, decía Eduardo Galeano. Algo similar ocurre con los anhelos de los deportistas. Betsa se va, de nuevo a la pista, de nuevo a buscar la superación personal y crecer dentro de lo que ella eligió. Irá por más episodios en su vida como atleta, ilusionada, motivada, feliz.