L. San Martín: Verónica Kos le salvó la vida a un niño de 4 años en Brasil

Diferentes medios de Brasil y de Argentina se hicieron eco de un hecho que ocurrió el pasado 16 de octubre en Itaguai, a unos 70 kilómetros de Río de Janeiro (Brasil).

Anderson Da Silva, de 4 años, quien se encontraba jugando en inmediaciones de la calle Pedro do Nascimento del barrio Monserrat, fue agredido brutalmente por un hombre mayor que portaba un arma blanca. El sujeto mencionado dejó al niño en estado delicado debido a las heridas ocasionadas.

La noticia tomó notoriedad, más allá del hecho delictivo, por la intervención de una joven argentina proveniente de Entre Ríos que se encontraba en esa ciudad dedicando tiempo a la tarea de difusión de temas para la edificación del hogar y la salud. Verónica Anabella Kos (21) es oriunda de Libertador San Martín y en 2010 fue alumna de la carrera de Comunicación Social en la Universidad Adventista del Plata.

La joven, al escuchar gritos provenientes de la calle, intervino heroicamente y brindó asistencia al niño que se encontraba herido, tendido en la acera. Luego, buscó ayuda de un particular que conducía un vehículo en cercanías del lugar de la tragedia, quien los llevó hasta las dependencias de un nosocomio local. Los profesionales médicos del lugar, al tomar conocimiento de la gravedad de las heridas del menor, decidieron derivarlo a una clínica de alta complejidad en la ciudad de Río de Janeiro. El traslado se realizó en un helicóptero del departamento de bomberos.

Verónica, en un diálogo telefónico mientras se encontraba en casa de su amiga Débora, expresó: “Todo sucedió en un momento en que solo había mujeres en el lugar y, al acontecer el brutal hecho, todos quedaron en estado de shock. En esa circunstancia Dios nos dio las fuerzas y la decisión que se necesitaba para romper el hielo que nos paralizaba, y nos acercamos a socorrer al niño”.

Consultada acerca de los pensamientos que surcaron su mente durante esos segundos de decisión, expresó: “El lugar donde sucedió todo es una calle sin salida y con pocas casas. No fui testigo del hecho propiamente dicho; salí a los segundos y el hombre aún estaba en el frente del lugar. Pensé que había sido un accidente, a pesar de ver al hombre ensangrentado con el arma en la mano. Por una cuestión de Dios y de genética (Verónica es hija del bombero de Libertador S. Martín, Hugo Kos) me aproximé al niño, le tomé el pulso y noté que aún estaba con vida. Después me enteré de la realidad de la situación”. Luego, comentó: “Creo que todo fue guiado por Dios. Estamos a tres horas del lugar en donde desarrollamos habitualmente la campaña de ayuda comunitaria y el domingo debíamos haber estado allí. Pero por una cuestión de salud de mi amiga nos tuvimos que quedar hasta el martes. Cuando aconteció esta desagradable situación estaba preparando las valijas.

Dios nos puso ahí, a pesar de ser las más jóvenes de la cuadra. Como lo expresaran los medios locales, si Anderson hubiera tardado veinte minutos en ser auxiliado, habría perdido su vida. Fue una vivencia muy fuerte”. Continuando con su relato, afirmó: “Nunca oré tanto como cuando tuve al niño entre mis brazos. Ese trayecto, en el vehículo, hacia el hospital, fue el viaje más largo de mi vida. Debía mantener despierto al niño, mientras lo abrazaba, pues había perdido mucha sangre. Oraba a Dios por la vida de Anderson.” Finalizando, Verónica pidió que se recuerde a los niños y a las demás personas que vivieron este hecho, ya que la mayor parte de ellas está pasando por un estado de shock postraumático muy importante.

 

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