El gobernador Sergio Urribarri indicó que le gustaría “poder converger en un mismo espacio” con Julián Domínguez (presidente de la Cámara de Diputados), Agustín Rossi (ministro de Defensa), Jorge Taiana (legislador porteño) y Aníbal Fernández (secretario General de la Presidencia), los otros nombres anotados en la carrera. Y admitió que ya comenzó a sondear esa posibilidad: “Hablé con dos de ellos y me fue muy bien. No es que aceptaron ir como segundos míos. Pero sí hay coincidencias”.

El mandatario provincial aseguró que los dos contendientes internos con los que habló “están muy de acuerdo en la necesidad de converger” en algún momento, que estimó en abril o mayo.

Resuelto a buscar erigirse como el representante del oficialismo puro, Urribarri no mencionó en esa lista a Scioli -resistido por el ala más dura del espacio-, pero tampoco al ministro del Interior y Transporte, que en cambio sí goza de la simpatía de las bases kirchnerista. ¿El motivo? “Tenemos diferencias”, explicó.

“Hoy, el único precandidato que expresa claramente también el mal llamado interior del país, la Argentina profunda, es este gobernador de Entre Ríos” dijo y catalogó como “más metropolitano” a Randazzo.

“Todos los precandidatos son de Capital o ahí cerquita. Todos los del proyecto nacional. Ni qué hablar del PRO, del FAU”, agregó.

Con Scioli fue más directo: “No lo veo parándosele al capital, tomando decisiones firmes, tocando intereses. Porque Daniel es un dirigente al que se lo ve agradando a todo el mundo. Él nunca quiso molestar a nadie”.

En cualquier caso, se mostró optimista de cara a la elección general. “El Frente para la Victoria puede ganar en primera vuelta”, afirmó.

Consultado sobre su posible llegada al Sillón de Rivadavia, dijo que mantendría a funcionarios del actual gabinete: “Es un capital enorme. Pero no me pida nombres, porque no quiero herir la susceptibilidad de nadie” y elogió el papel de La Cámpora.