Urdinarrain: Conmovedor testimonio de un ex adicto

Un ex adicto y dos familiares de personas que sufren este problema contaron que en Urdinarrain se reúnen dos veces por semana como grupo anónimo de autoayuda. “No consumo desde hace 2 años y medio y quiero ayudar a los que hoy están sufriendo, yo estuve ahí y sé muy bien de qué se trata” dijo el muchacho en una parte de la nota que se edita este viernes en la edición impresa de El Observador.

– ¿Por qué decidiste sumarte a esta iniciativa?

– Porque mi experiencia lo indica, es fundamental que los familiares sepan de qué manera proceder, cómo contener al adicto, la necesidad de brindarle amor. Los que padecen esta grave enfermedad, aunque lo nieguen y rechacen, están necesitados de esa contención y del amor de su familia. Personalmente cuando advertí que mis seres queridos se preocupaban por mí, empecé a ver que existía una posibilidad real de recuperarme, individualmente lo intenté decenas de veces, pero lo pude lograr junto a mi familia y la incondicional ayuda de Dios.

– ¿Cuántos años tenías cuando consumiste por primera vez?

– 14 años y lo hice durante 16 años. Estoy cerca de cumplir 33 años y hace dos y medio que gracias a Dios no consumo. Cuando vine a esta ciudad, mi grado de adicción no era tan alto, pero es todo un proceso que incluso tiene denominaciones: “payaso”, que es cuando se toma como una broma y no existen mayores problemas; “león”, cuando comienzo a pelearme con todo el mundo, no acepto límites y pienso que puedo llevarme todo por delante y por último la etapa del “chancho”, ahí ya estaba solo y en ese caso intenté suicidarme (sobredosis) en más de una oportunidad, porque no le encontraba ningún sentido a la vida. Al tocar fondo, comprendí muchísimas cosas y hoy recuperé mi familia y mi vida es totalmente distinta.

– Mientras eras consumidor, ¿creías tener el control?

– Exactamente, uno cree que puede entrar y salir cuando quiere, pero no es así. Mis dos últimos años fueron tremendos, ya que llegué a consumir todos los días y en esa instancia, tenía 2 opciones o salía a robar o convertirme en vendedor de drogas para abastecerme. En mi caso elegí vender y no sentía que estaba haciendo mal, no me daba cuenta el riesgo que significaba para mi familia, el daño que causaba en los demás y menos, en mi propia autodestrucción. La droga era mi mundo, lo único que me importaba y si no había acá no tenía problemas en buscar en otra ciudad, de cualquier manera hasta viajando a dedo.

– ¿Resulta fácil conseguir drogas?

– Cuando vine a Urdinarrain, no era fácil, viajábamos a buscarla a Gualeguaychú, a Concepción del Uruguay o a Buenos Aires, además éramos pocos, como una pequeña familia (sic), hoy a cualquier hora golpeás una puerta y conseguís droga y no en un solo lugar, en varios…

– ¿No te provoca miedo declarar esto en un medio de comunicación?

– Me lo pregunté, pero no estoy actuando en contra de, tampoco soy buchón de la policía, el programa se basa en ayudar a quien quiera salir de la adicción. A mi me pasó, que quería y no podía. Muchas veces le dije a mi esposa, “tirá eso… es la última vez” y después caía nuevamente. Mi intención es brindar esa ayuda que durante muchos años no tuve.

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