Unión y su andar en el año liguista explicado por Mario Redondo

Unión de Crespo pasó de estar al borde del abismo a acariciar la gloria en tan sólo un año, de un semestre al otro, del subsuelo a la cima, de la decepción a la ilusión. ¿Qué pasó en el medio para que se produzca el cambio? ¿Fueron los nuevos jugadores que se sumaron en el Torneo Clausura? ¿Hubo mayor entendimiento entre DT y el plantel? ¿Se encontró la idea de juego que se buscaba? ¿Pudieron convencerse de esa idea? Las dos últimas preguntas encuentran respuestas en el campo de juego, donde efectivamente se dejó aquella nube de completas incertidumbres y modificaciones continuas, para instalarse en la certeza de saber qué se pretendía.

Pero veamos qué piensa el entrenador Mario Redondo, cuál es la evaluación que realizó junto a su grupo de colaboradores tras esta temporada en la Liga Paranaense de Fútbol. Sepamos su análisis tras jugar por el descenso en la primera parte del año a disputar el título en el último segmento. “Siendo autocríticos, vemos que no éramos tan malos en el Apertura ni fuimos tan buenos en el Clausura. Logramos fortalecer a los jugadores para el Clausura y nos acompañaron los resultados; y cambiamos el formato de juego. Si bien seguíamos en una línea de la formación, le pedíamos que atacase mucho más y lo que sucedió en el primer torneo fue que nos descompensábamos demasiado. En el Clausura, al tomar otros recaudos y que los chicos se convenzan de la manera de juego, nos dio esa fortaleza y las cosas empezaron a salir”.

El campeonato de la LPF tuvo diversos matices. Dejando de lado el mal desempeño organizativo de los “idóneos” de este fútbol, también existieron aspectos como partidos suspendidos donde el Verde estuvo como protagonista. “Este tipo de cuestiones extra futbolísticas han sido muy atípicas, pero es lo que vivimos. Debimos ir reponiéndonos de cada una de estas cuestiones y a la vez fortalecernos para llegar donde llegamos porque nos sentíamos perjudicados. Pudimos hacerle frente a esas situaciones y salimos adelante”.

Unión estuvo involucrado en dos cotejos suspendidos. En el Apertura por inferioridad numérica ante Peñarol y en el Clausura por incidentes de la hinchada ante Neuquén (y dos veces). En el primero le dieron por ganado el partido pero fueron suspendidos seis jugadores; de igual forma no le alcanzó y fue a jugar con Don Bosco por el descenso. En el segundo, perdió el encuentro aunque sumó los puntos necesarios para disputar las semifinales.

En otro aspecto Redondo resaltó el orden colectivo del equipo en el Clausura. “Quien nos dio el equilibrio fue Víctor Gassmann. Haber incorporado ese zaguero fue realmente un acierto porque teníamos cierta inexperiencia (a excepción de Agustín Manfroni). Pero no podíamos jugar con líbero porque los chicos venían mentalizados a un juego zonal. Lo sumamos primero a Agustín para jugar con líbero y hacer una simulación de una línea de tres con laterales pasadores. Con Víctor pudimos soltar a Agustín para jugar con línea de 3 ó 4 y ellos lograron una sociedad y un fortalecimiento tal que potenció la mitad de la cancha”.

El sector medio tuvo grandes virtudes en el segundo semestre. “Nuestra mitad de la cancha contó con un solo hombre de marca, entonces el sistema pasaba en algunos momentos a ser 4-1-4-1 donde tenía cinco jugadores atacando y cinco defendiendo. Entonces trabajábamos las coberturas para defendernos solamente con 7 hombres, los 6 que defendían (incluido el arquero) y el hombre de retorno con las características y el nivel superlativo que tuvo Federico Schmidt. Eso nos dio una hegemonía de juego interesante. Siendo verticales y atacando con un vértigo importante. Realmente se conformó una buena asociación. Fuimos amalgamando al equipo hasta que lo encontramos y las sociedades se armaron”.

En esta lectura se vieron las uniones futbolísticas entre Federico y Leonardo Schmidt, quienes lograron el entendimiento con Martín Correa; además del aporte de Darío Racig en el área rival, la verticalidad de Marcos Leicker, Javier Zapata o Juan Deppen. “Teníamos un medio campo muy vertiginoso y con mucha voluntad y sacrificio para la recuperación”.