Unión Agrarios Cerrito: 100 años de historia volcados en un libro

El Club Unión Agrarios Cerrito avanza hacia sus 101 años de vida, fue la primera entidad afiliada a la Liga de Fútbol de Paraná Campaña en llegar al siglo de existencia. Tiene su origen el 8 de octubre de 1922 y surge con el despertar de la pasión por el fútbol que tenían muchos gringos que poblaban estos lugares, en su mayoría inmigrantes europeos que llegaron a la región en las últimas décadas del siglo XIX. La historia relata que inicialmente fueron dos los clubes en el pueblo, el Club Atlético Cerrito y el Club Unión Agrarios, pero la generosa voluntad de sumar esfuerzos para poder crecer hizo que en la fecha señalada se formalice institucionalmente el Club Unión Agrarios Cerrito.

En los primeros años los objetivos eran generar un espacio para reuniones sociales y recreación de los jóvenes. Con el transcurrir del tiempo, los objetivos fueron cambiando y hoy nos encontramos con las exigencias de brindar una institución que signifique mejorar la calidad de vida de la población, educando a través del deporte.

CUENTA LA HISTORIA: El periodista Enrique “Quique” Dappen lleva adelante la confección del libro sobre la historia del CUAC, una tarea para nada sencilla por el recorrido investigativo que debió afrontar para reunir el contenido y volcarlo a las páginas. Por estos momentos su elaboración atraviesa la recta final, el armado de las últimas notas, la corrección y la edición para luego realizar la impresión. En un mano a mano con El Observador el reconocido comunicador contó aspectos de gran interés sobre lo que fue este desafío profesional.

ASÍ SURGIÓ: “Este proyecto nace cuando el Club iba a cumplir 99 años. Tengo un amigo en María Grande, muy conocido en el mundo del fútbol zonal como Héctor Zalazar. Es una especie de biblia de Paraná Campaña, tiene datos y archivos increíbles y me dio una gran mano con la recolección de información. En aquél momento él me llama y me dice: ‘Se van a cumplir los 100 años de Agrarios, va a ser el primer club de Paraná Campaña que llegará al siglo de vida… ¿y el libro?’. Yo le respondí: ‘¿Qué libro? Que sepa no se está trabajando en ninguno’. Me contesta: ‘No, al libro lo vas hacer vos’. Ese fue el puntapié inicial dentro de una extensa charla. Al principio ni me lo imagine, se me cruzaron muchas cosas por la cabeza, el empujón final me lo dio mi mujer, mi compañera de ruta y me convenció de iniciar el proyecto”, recuerda.

EL MATERIAL: En cuanto a la confección de 100 años de historia, “Quique” cuenta: “Hay una especie de dualidad. Por un lado de muchísimo trabajo debido a la cantidad de información, pero a la vez puede ser duro también al momento de sentarse a escribir y elaborar el contenido. En ese camino descubro que no es como dicen algunos que te levantás a las 8.00 y escribís hasta las 12.00. No es así porque si no podés concentrarte o no te sentís inspirado, no sale bien. Lo que hice fue nutrirme de las actas del club desde su nacimiento, ahí es donde está toda la historia desde el 8 de octubre de 1922”.

Parecía no ser sencillo encontrar material de la década del 20, 30 o 40, sin embargo la recolección resultó muy satisfactoria: “Hay muchísimos datos que son notables y que no me imaginaba que los podían encontrar. Pensaba encontrar algunos grises en la historia debido a esos años, pero no fue así. Tenés un montón de datos maravillosos, fotografías, documentos y demás. Incluso tuve la oportunidad de realizar entrevistas y charlas con próceres del club antes que fallecieran. Todo eso fue volcándose en las páginas”. 

Con la pasión que lo envuelve en su labor de periodista deportivo, también narra el paso a paso de este proyecto personal. “Mirá, te cuento una, la Liga de Paraná campaña se fundó en 1953. Cerrito debuta en 1954. Un día me llama Héctor Zalazar y me dice: ‘Tengo la formación del primer Unión Agrarios en la Liga’. ¿Te imaginás? Una emoción tremenda, anotaba los nombres que me decía por teléfono y me temblaban las manos porque es un verdadero descubrimiento”, resalta. 

LA CANCHA: El campo de juego en un principio estaba en lo que actualmente es la Plaza “Las Colonias”, el principal espacio público que posee la ciudad, centro de numerosas actividades. Claro está que en la década del 20 o 30 no habían ordenanzas o reglamentaciones que impidieran la instalación de una cancha de fútbol en un lugar público. Pero llegó un momento en que se decidió la mudanza. “En el año 75 y 76 la cancha se cambió al lugar donde está actualmente que es la manzana 44 del pueblo. Fue una proeza, una voluntad gigante la de todos, se afrontó con mucho coraje. Hubo un enojo muy importante al momento de efectuar el cambio por el arraigo que ya había con el lugar, pero se debía hacer y lo afrontaron con hidalguía. Imagínate romper todo, levantar la libustrina, sacar todos los tejidos, romper el salón que ya había, una especie de playón para bailes, un vestuario, la cancha de bochas, el depósito, en fin, todo, tuvieron que levantar todo con una voluntad férrea y una colaboración gigante de todo el pueblo para mudarse”, rememora Dappen.

LA UNIÓN HACE LA FUERZA: Como se dijera al comienzo del artículo, el CUAC nace fruto de la conjunción de dos clubes. Sobre esto Quique subraya: “En la mayoría de los pueblos chicos hay dos clubes básicamente porque en esa época (década del 20 o 30) no había posibilidades de traslado, no habían caminos, existían pocos vehículos, entonces creaban dos clubes para que existan clásicos y frecuentes desafíos. En 1922 se funda el Atlético Fútbol Club de Gdor. Racedo  y en 1934 se funda Unión Agrarios Cerrito pero se fusiona y se toma como la fundación del club el año 1922 e incluso el color de la camiseta verde y blanco, pero en estos tiempos era a bastones. Pensaron que la mejor manera para progresar era unificándose y así lo hicieron”.

Quique Dappen en acción. Elaborando el material obtenido.

EL FÚTBOL ANTES DEL FÚTBOL: La Liga de Paraná Campaña comienza en 1953, ¿qué sucedía futbolísticamente antes en esta zona? “Se hacían desafíos con un equipo de Hernandarias, a veces allá en otras ocasiones en Cerrito. Imagino que muchos se habrán movilizado en carros, algunos en los primeros vehículos, era todo una aventura. También se realizaban partidos con un equipo de Brugo o Curtiembre que eran importantes en la época debido a la actividad portuaria. Esos encuentros se vivían con mucha pasión porque no había otra cosa y tampoco es que se jugaba cada domingo, sino cuando se podía”, remarca.

“En la década del 30 existía la Federación de Fútbol de Paraná Campaña, entre otros participaban Atlético Hasenkamp, Atlético María Grande, Litoral, Atlético Independiente de Hernandarias, Pueblo Brugo, Curtiembre, Gral. Paz y Colonia Celina y Cerrito. Era una Liga absolutamente desorganizada debido a los tiempos que transcurrían. En 1933 llegan a la final Atl. Hasenkamp con Independiente de Hernandarias, se jugaba el partido final en cancha de neutral de General Paz, cerca del cementerio de Cerrito. En ese encuentro, cuentan que en medio de unos altercados y empujones, sin más vueltas dos muchachos sacaron las pistolas y se pudrió todo. La final se suspendió, como era de esperar y a la semana se jugó en Cerrito”.

INVENTARON LA LUZ: Una historia fantástica y sumamente curiosa emerge de esta investigación. Tan llamativa como increíble. “En el año 1955 el presidente de Agrarios era Federico Schuster. No había luz eléctrica en el pueblo, no existía una usina que brinde ese servicio. Estaban los hermanos Luis y Pedro Metrailler, unos ‘locos’ que eran como como una especie de inventores que trabajaban mucho con elementos para los agricultores. Estos tres personajes dijeron ‘vamos a iluminar la cancha’. Imaginate, 1955, no había luz para los vecinos como la conocemos hoy y esta gente pensaba en darle luz a la cancha. Entonces consiguieron un motor a vapor, una dinamo y demás, eso no funcionaba con leña sino con paja de lino porque prendía fuego más rápido. Cuando calentaba esa caldera y a través de la dinamo, se brindaba luz a 6 focos de 500 bujías ubicados en varas de sauce. Creo no equivocarme pero resultó la primera cancha de Paraná Campaña y quizás de la provincia, en contar con luz artificial. Comenzó a funcionar en 1955 y no paro más”.

Este novedoso sistema se empleó en un cotejo nocturno amistoso ante San Benito con completa normalidad gracias a un efectivo servicio de iluminación. No obstante, el público que acudió aquella noche dividió su atención. “Dicen que la gente toda que había en el pueblo y de las colonias se volcaron masivamente a la cancha, pero la curiosidad llevaba a que estuvieran 10 minutos mirando el partido y 10 minutos viendo cómo funcionaba aquel artefacto. Estaba ubicado en la esquina de calle 9 de julio y Av. Racedo. Dejaban de ver el partido y se paraban al lado de ese ‘invento’, esa caldera con la dínamo instalada donde hoy se ve el arco que hay en la Plaza de ‘Las Colonias’. Sin dudas que es un hecho inédito dentro de tanta rica historia, cosas que hoy nos dibujan una sonrisa pero en aquel momento llenaba de asombro”, precisa el autor.

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Por Mauricio Jacob
Desde Crespo
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