Un hombre con VIH se cura con un trasplante de médula ósea

El segundo caso en la historia, doce años después del primero, “muestra el camino” hacia una nueva estrategia terapéutica.

Un hombre que fue diagnosticado como portador del virus del sida(VIH) en 2003, y que nueve años más tarde desarrolló un cáncer, parece haberse curado de las dos enfermedades después de recibir un trasplante de céulas madre de la médula ósea. Casi tres años después del trasplante, y un año y medio después de dejar de tomar fármacos antirretrovirales, no tiene ningún rastro detectable de VIHen el organismo.

Hay un único precedente de curación del VIH, el llamado paciente de Berlín, que quedó libre del virus tras recibir dos trasplantes de médula ósea en 2007 y 2008. Desde aquel caso, los investigadores han intentado sin éxito curar a otros seis pacientes que han recibido trasplantes de médula. En todos los casos, el virus ha resurgido pocas semanas después de interrumpirse el tratamiento antirretroviral. La desaparición del virus en el paciente de Londres reaviva la esperanza de que la curación del VIH es posible.

La nueva estrategia

Desactivar la proteína CCR5 de las células inmunitarias impide que el virus pueda entrar en ellas para infectarlas

Aunque se trata de un caso excepcional, “es importante porque muestra el camino para desarrollar una nueva estrategia que permita curar el VIH”, declara Javier Martínez-Picado, investigador del instituto IrsiCaixa en Badalona y coautor del estudio científico sobre este paciente.

El caso clínico se presentará hoy en Seattle (EE.UU.) en la Confererencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI, por sus iniciales en inglés), que se ha covertido en el congreso científico de referencia sobre el VIH, y se publicará simultáneamente en la revista Nature.

Los médicos que han tratado al paciente de Londres, liderados por Ravindra Gupta cuando estaba en el University College de Londres y que ahora está en la Universidad de Cambridge, evitan afimar que esté completamente curado porque no pueden descartar que le quede algún virus escondido e indetectable en el organismo. En declaraciones a la agencia Reuters, Gupta ha dicho que está “funcionalmente curado” en la medida en que, incluso si le quedara algún virus, no necesita tratamiento antirretroviral.

“No hay ningún virus ahí que podamos medir; no podemos detectar nada” ni utilizando las técnicas más sensibles. Pero “es demasiado pronto para decir que está curado”, ha advertido Gupta.

Para preservar la privacidad del paciente de Londres, no se han hecho públicos ni su nombre, ni su edad, ni su nacionalidad, ni cómo contrajo la infección. “Nunca pensé que habría una cura durante mi vida”, ha declarado el paciente por correo electrónico a The New York Times. “Siento la responsabilidad de ayudar a los doctores a comprender cómo ha ocurrido para que puedan desarrollar la investigación”.

La contribución de IrsiCaixa

Científicos del instituto IrsiCaixa de Badalona han participado en la investigación, que ha estado liderado por médicos de Londres

La clave de este caso clínico es una proteína llamada CCR5, que se encuentra en la membrana de células del sistema inmunitario. El virus se aprovecha de esta proteína para unirse a las células que infectará y para introducir en ellas su material genético. Cuando la proteína CCR5 es anómala a causa de una alteración genética llamada CCR5 Delta 32, el virus no consigue unirse a las células para infectarlas.

El paciente de Londres ha recibido el trasplante de médula ósea de un donante que tenía esta alteración genética, que es más común en el norte de Europa que en latitudes cálidas. Tras el trasplante, su nueva médula ósea regeneró todas sus células sanguíneas, incluidas las células inmunitarias que el VIH infecta. Pero, dado que estas células tenían la CCR5 anómala, el virus ya no puede entrar en ellas para multiplicarse y ha acabado siendo eliminado. “Si se encuentra una manera de desactivar esta proteína, se podrá curar la infección por VIH en otros portadores del virus”, explica Javier Martínez-Picado, de IrsiCaixa.

Según los datos que se presentarán en la revista Nature, al paciente de Londres le fue diagnosticada la infección por VIH en 2003. Siguiendo los protocolos de tratamiento que se aplicaban entonces, no recibió fármacos antirretrovirales hasta el 2012, momento en que el nivel de virus en la sangre cayó a niveles indetectables. Pocos meses más tarde, en diciembre del 2012, le fue diagnosticado un linfoma de Hodgkin –un cáncer que afecta a células del sistema inmunitario-.

El linfoma no respondió al primer tratamiento de quimioterapia y la persona recibió, a partir de aquel momento, una secuencia de tratamientos diferentes. A finales del 2015, tuvo que dejar durante cinco días los fármacos antirretrovirales, oportunidad que el virus aprovechó para proliferar de nuevo. El rebrote del VIH no soprendió a los médicos, pues sabían que los fármacos antirretrovirales mantienen el virus a raya pero no lo eliminan. Consiguieron controlar de nuevo la infección cambiando el tratamiento a una combinación distinta de antirretrovirales.

Trasplante de médula ósea

Se eligió el mejor donante posible para tratar el cáncer; además, resultó ser el más adecuado para tratar el VIH

Pero el cáncer continuó progresando y llegó un momento en que un trasplante de médula ósea “era realmente su última oportunidad de supervivencia”, ha declarado Ravindra Gupta a Reuters. Los médicos buscaron al mejor donante posible para tratar el linfoma, no la infección por VIH. Pero se dio la coincidencia de que el donante más compatible tenía además la alteración genética CCR5 Delta 32.

También el paciente de Berlín, Timothy Brown, se curó del VIH tras recibir un trasplante de médula de un donante con esta alteración genética. Pero a diferencia de Timothy Brown, que recibió un tratamiento extremadamente agresivo, con irradiación corporal total, y que estuvo al borde de la muerte, con varios días en coma inducido y efectos secundarios graves que se prolongaron durante meses, el paciente de Londres ha recibido un tratamiento más tolerable.

La falta de éxito en los intentos de repetir una curación como la de Berlín había hecho temer que la eliminación del VIH había sido posible por la agresividad del tratamiento. Si esto era así, las expectativas de curación no se podían extender a otros portadores del virus. El caso de Londres demuestra ahora que es posible eliminar el VIH sin tener que poner en peligro la vida del paciente.

En el congreso de esta semana en Seattle se presentarán datos de otro paciente tratado en Düsseldorf (Alemania), que lleva cuatro meses sin tomar fármacos antirretrovirales después de haber recibido un trasplante de médula ósea, aunque los médicos consideran que es demasiado pronto para saber si está funcionalmente curado.

“Encontrar una cura para el VIH es el sueño definitivo”, ha declarado Michel Sidibé, director ejecutivo de Onusida, en un comunicado. “Aunque este hito es complejo y es necesario mucho más trabajo, nos da una gran esperanza de cara al futuro”.

Para casos aislados

La mayoría de personas con VIH no se podrán beneficiar de un trasplante de médula, pero tal vez sí de terapias contra la proteína CCR5

El trasplante de médula ósea no es una opción para todos los portadores del VIH, aclara María Salgado, coautora de la investigación, del instituto IrsiCaixa. Dado que es una intervención no exenta de riesgos, no está justificada en personas que tienen el virus controlado con fármacos antirretrovirales. Pero para aquellos portadores del VIH que además necesitan un trasplante de médula, a partir de ahora se buscarán de manera prioritaria donantes que tengan la alteración genética CCR5 Delta 32.

A más largo plazo, el caso de Londres indica que desactivar la CCR5 podría curar la infección por VIH sin pasar por un trasplante de médula ósea. “Estamos explorando si la terapia génica puede ser una opción para estos casos”, informa Javier Martínez-Picado. “Por ejemplo, se podrían extraer células madre de los pacientes, editarlas en el laboratorio para modificar la CCR5 y volverlas a infundir”.

Según María Salgado, “una terapia menos invasiva que un trasplante podría ser útil para una gran parte de la población con VIH” (Fuente: La Vanguardia/Agencias).

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican la política de privacidad y los términos de servicio de Google.