Trombosis pulmonar: ¿Cómo prevenirla?

La trombosis es la formación de un coágulo  en una arteria o vena. Al migrar, arrastrado por la corriente sanguínea, se transforma en un émbolo. Cuando alcanza la profundidad de un órgano, como el pulmón, puede desarrollar un cuadro de tromboembolismo pulmonar si es venoso o un infarto de miocardio o accidente cerebro vascular si es arterial.

Desde la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, se detalló a El Observador que “las 2 manifestaciones más frecuentes de la Tromboembolia Venosa (TEV), son la Profunda (TVP) y el Tromboembolismo Pulmonar (TEP), que es la presentación de mayor mortalidad. Más conocido como ‘embolia pulmonar’, se origina el 90% de las veces en las venas profundas de los miembros inferiores, por la presencia de factores de riesgo o por causas desconocidas. El émbolo migra de las venas hacia el pulmón, interrumpiendo la circulación y provocando cuadros parecidos a una neumonía, hasta llegar a la pérdida del conocimiento y paro cardíaco”.

Los síntomas de esta enfermedad son muy variables. “Por eso es muy importante considerar la sospecha de su presencia a través de los factores de riesgo y su investigación posterior, con métodos que van desde un sencillo análisis de sangre (dímero D), hasta métodos más complejos, como estudios por tomografía computada o cateterismo cardiopulmonar” señala un informe de la AAMR, para el cual se contó con el asesoramiento del Dr. Julio Chertcoff,coordinador de la sección “Circulación Pulmonar” de la mencionada entidad.

 

Factores de riesgo y tratamiento 

 

Entre los factores de riesgo, están “haber pasado por una cirugía recientemente; tener algún tipo de cáncer; padecer alteraciones genéticas que predispongan a la formación de coágulos; estar bajo terapia con hormonas (anticonceptivos); haber padecido una trombosis previamente; ser fumador; estar embarazada; padecer enfermedades cardíacas o pulmonares crónicas previas”, entre otros.

En cuanto al tratamiento, el mismo dependerá de la gravedad del cuadro, pero en la mayoría de los casos se dispensarán anticoagulantes que impiden la progresión de la trombosis y la repetición del cuadro. “Por lo general, se utiliza inicialmente heparina y posteriormente anticoagulación oral hasta que desaparezca el factor de riesgo. Algunos pacientes deben quedar anticoagulados toda la vida. En un porcentaje menor (20-30%), los pacientes deben tratarse más agresivamente, con sustancias que disuelven el coágulo (trombolíticos), métodos que rompen los coágulos por cateterismo e incluso cirugía con bombas de circulación extracorpórea” expresan desde la AAMR.

 

¿Cómo prevenirla?  

 

“Las formas más comunes de reducir el riesgo de trombosis son dejar de fumar, bajar de peso, hacer ejercicio, comer saludablemente y no tomar alcohol. Algunas personas, siempre con indicación de su médico, deberían usar heparina en dosis bajas, medias especiales (de compresión), especialmente luego de una cirugía o un viaje prolongado. Además, si una persona tiene riesgo de trombosis, es importante controlar el colesterol y la presión arterial” se destacó.

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