Terremoto en Turquía y Siria: Adjudican los más de 5.000 muertos a falta de construcciones antisísmicas

El terremoto de magnitud 7,8 en la frontera entre Turquía y Siria, que produjo la muerte de más de 5.000 personas, fue tan devastador por factores como la magnitud del sismo, el horario en que se produjo y las escasas medidas de prevención sísmica en las construcciones de la zona, explicaron geólogos argentinos, quienes recordaron que en 1977 en la provincia de San Juan tuvo uno de estos fenómenos de similar dimensión pero con 65 muertos.

El vicepresidente turco Fuat Oktay declaró el martes que el número de muertos por los terremotos centrados en el sureste de Turquía ascendía a 3.419, con lo que el total, incluidos los fallecidos en Siria, supera los 5.000.

En declaraciones a la prensa, el funcionario precisó que las duras condiciones meteorológicas dificultaban la llegada de ayuda a las regiones afectadas y la realización de rescates. Afirmó que solo se permitía entrar o salir de Hatay, Kahramanmaras y Adiyaman, tres de las provincias más afectadas, a los vehículos de rescate y ayuda.

Las operaciones de rescate se están centrando en esas tres provincias y en Malatya, añadió Oktay.

“Fue un terremoto de una magnitud alta, que es la energía que libera. Turquía está inserta en una zona tectónicamente compleja, donde interactúan la placa euroasiática, la placa arábiga y la placa africana. El país está sobre la microplaca de anatolia. Esta interacción de una placa respecto de otra generó una falla superficial y ahí ocurrió el sismo”, dijo Irene Pérez, geóloga del Instituto Nacional de Prevención Sísmica.

“Turquía es un país que tiene en su historia varios terremotos que la han ido afectando como el de Izmit, en 1999, que dejó más de 17 mil muertos“, recordó.

Según especialistas locales, la línea de fractura donde se produjo el movimiento sísmico estuvo relativamente tranquila en los últimos tiempos, pero esta relativa tranquilidad fue la que produjo la mayor potencia del sismo porque la energía se fue acumulando y debía ser liberada.

“La intensidad fue significativa. Turquía está en un bloque que está entre dos placas, cuando se mueven de manera transcurrente, es decir, en un sentido horizontal, se activó el sismo. Fue por un movimiento relativo, una parte del terreno se mueve para un lado y el otro para otro lado, ahí se da la liberación de energía”, explicó Juan Pablo Milana, doctor en ciencias geológicas.

Una de los motivos de la gran mortalidad del terremoto, que tuvo el epicentro en la ciudad turca de Gaziantep, fue que ocurrió a las 4.17 hora local, por lo que sorprendió a la población durmiendo, lo que causó que muchas de las víctimas hayan quedado atrapadas en los hogares que colapsaron.

Por otra parte, los especialistas señalaron que los métodos de construcción de la zona no eran los adecuados para una área proclive a tener sismos.

“El terremoto afectó de manera muy profunda las construcciones. Una vez que se define la peligrosidad sísmica de las diferentes zonas de los países se debe construir os edificios desde el punto de vista sismoresistente”, aclaró Pérez”.

“Los destrozos depende de la rigidez de las normas de la construcción. Turquía es un país viejo, con construcciones viejas y quizás muchos lugares no se adecuaron”, agregó Milana.

“La construcción sismorresistente se diferencia por el uso de hierro de las columnas y también por el encadenado de los hierros, funciona como una jaula. Además hay nuevos tipos de concreto, se avanzó mucho”, explicó Milana.

Los geólogos explicaron que estos fenómenos no pueden predecirse, y lo único que se puede hacer para enfrentarlos es mejorar las condiciones de construcción de esas zonas.

“No hay manera de predecirlo, ningún organismo internacional puede anticipar la ocurrencia, lo que sí podés saber es que van a suceder una serie de réplicas posteriores al evento principal, como sucedió en este caso”, aseguró Pérez, y agregó que “a mayor magnitud, se pueden esperar réplicas durante mayores períodos, que pueden ser hasta un año después”.

Por último, los especialistas compararon la situación vivida en Turquía y Siria con Argentina, donde el terremoto de mayor magnitud ocurrió en 1977 en Caucete, en San Juan, con un registro de 7.4, mientras que el dejó mayor saldo de víctimas fatales fue el de 1944, también en tierras sanjuaninas, con más de 6 mil muertes.

“A pesar de que la magnitud fue parecida, en San Juan hubo 65 muertos en 1977 porque se adecuaron las normas de construcción por lo que pasó en 1944″, aseguró Pérez, y aclaró que “la zona de Argentina más expuesta a estos eventos es el centro oeste, donde tienen muy presente las normas sismorresistentes”.

“San Juan es la provincia con más sismisidad porque la placa de Nazca va muy pegada en la Sudamericana, y normalmente se hunde a 45 grados, pero en esa provincia sucede a 11 grados. Hay mucho interacción entre la placa oceánica y la sudamericana, por eso tenemos tantas montañas en la parte centro del país”, explicó Milana. (Télam /NA)

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