Suelos vertisoles: Cómo combinar cultivos para aumentar la productividad

Los “suelos vertisoles” son los que poseen baja capacidad de infiltración, alta susceptibilidad a la erosión y poca fertilidad, lo que los convierte en lotes con superior fragilidad. En Entre Ríos, este tipo de suelos ocupa el 30% de la superficie provincial, sin embargo, en las últimas 2 décadas, el avance de la actividad agrícola se dio principalmente sobre dichos espacios. Por esto, con el foco puesto en la intensificación sustentable de la agricultura, un equipo de investigación del INTA Paraná evaluó la implementación de diversas herramientas tecnológicas para mejorar su productividad. Los resultados de los ensayos de larga duración fueron presentados en la Jornada de Intensificación Sustentable en Suelos Vertisoles, que se realizó el pasado viernes en Maciá.

“Gracias a la información generada, se ha observado que la utilización de secuencias de cultivos diversos, que minimicen los períodos de barbecho, tienen un impacto positivo sobre el aporte de residuos y en la cobertura del suelo, lo cual repercute de manera positiva sobre variables como rendimiento, agregación de carbono en el suelo y eficiencia en el uso de recursos, como agua, radiación y nutrientes, entre otras”, explicó Leonardo Novelli, especialista de la mencionada Unidad. El profesional agregó que “si bien los suelos vertisoles presentan menor productividad que los molisoles, que son los principales agrícolas, notamos que la respuesta a la intensificación es mayor en los primeros, lo que resalta la necesidad de mantener la cobertura viva la mayor parte del tiempo en este tipo de superficies”.

Paola Eclesia, también profesional del INTA Paraná, expresó que “el invierno, es el momento clave para la intensificación, a través del uso de cultivos de grano y de servicios. Es importante incluir los que permitan mantener la mayor parte del año el suelo con ‘cobertura viva’. La repercusión en el rendimiento del cultivo de renta estará en función de la elección del tipo de cultivos invernales y del manejo en sí que se realice. Fundamentalmente, en el caso de los de servicio, donde se puede ‘jugar’ con el momento y tipo de siembra, de supresión y elección del cultivo en función del servicio ambiental que se quiera optimizar”.

Por su parte, Stefanía Appelhans, especialista en fertilidad fosfatada y nutrición de cultivos y becaria del INTA Paraná, puntualizó que “los suelos vertisoles en general son más sensibles a la fertilización fosfatada” y describió que “el correcto diagnóstico de los suelos, como así también la determinación de la respuesta en rendimiento de los cultivos para diferentes dosis de fertilizantes, son herramientas importantes de decisión, para lograr una intensificación sustentable de los sistemas productivos en suelos vertisoles”.

MANEJO SUSTENTABLE  

Especialistas afirman que el maíz es un componente esencial a la hora de pensar en secuencias sustentables. Su incorporación, ya sea tardío como de segunda, es una buena opción en ambientes de productividad limitada, como es el caso de los suelos vertisoles, donde se combina un ambiente de alta vulnerabilidad con una elevada variabilidad climática: “A diferencia del resto del país, en Entre Ríos prevalece la proporción de maíz temprano, siendo esta superior al 90% de la superficie sembrada”, señaló Nicolás Maltese, especialista del INTA, quien indicó que, por esto, resulta necesario desarrollar esquemas de manejo agronómico que posibiliten estabilizar el rendimiento del cultivo, ante escenarios de alta variabilidad climática, que son los que prevalecen en las fechas tempranas. En este sentido, “la elección de la densidad de siembra y la fertilización en maíz tiene alto impacto no solo sobre el rendimiento y su estabilidad, sino también sobre el costo de implantación y la rentabilidad del cultivo”, acotó.