Suelos: Especialistas explican cómo conservar 100 milímetros de agua de lluvia y favorecer a la producción

Los pronósticos estacionales actuales indican altas chances de un evento ‘Niña’ para la próxima campaña, que se asocia a una probabilidad de menores lluvias. Frente a este escenario, resulta clave que el sector agropecuario implemente prácticas de manejo que mejoren la capacidad de captación y almacenaje de agua en los suelos, tales como rotaciones, fecha y densidad de siembra, control temprano de malezas en rastrojos y cultivos de cobertura y nutrición.

Para Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA, “el suelo es un reservorio natural capaz de almacenar más de 100 milímetros de agua de lluvia, desde ya según la capacidad de retención de agua útil de cada tipo de suelo, acorde a su composición textural y profundidad. Por esto, es clave conservar y gestionar el agua en el suelo en los momentos de aporte desde la atmósfera mediante prácticas agronómicas acorde a cada paisaje y ambiente”. En esta línea, explicó que “las precipitaciones registradas durante las últimas semanas permitieron una recarga de las reservas de agua en el suelo que, en algunas zonas alcanzó la completa saturación del perfil”.

En este punto consideró “estratégico” planificar y asegurar el inicio de la siembra de fina y planificación de gruesa de primera, acorde a esas reservas. De acuerdo con Mercuri, “la conservación del agua en el suelo es prioridad de adaptación a los extremos del clima y hoy es una práctica agronómica que debe tener la máxima atención, igual o mayor a la atención a los pronósticos futuros”. En ese sentido, señaló que “estas precipitaciones, por un lado, aseguran un buen llenado de granos para los cultivos tardíos o de segunda y por otro, permiten alta producción de materia seca en verdeos, perfilar abundantes reservas de pasturas para invierno y silajes adecuados”. De todos modos, reconoció que “el fenómeno climático El Niño presenta una distribución muy heterogénea” y que “aún hay zonas en donde las condiciones se mantienen entre normales a escasas con déficit hídrico” y en otra áreas ambientes bajos anegados.

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