Sofía Wolf: “La autocrítica y el trabajo constante forman parte del desarrollo”

En apenas una semana le tocó vivir grandes emociones juntas. Tras un año de inactividad, comenzar la temporada 2021 de esta manera, quizás haya superado la imaginación. O quizás no, porque para ello se trabajó a pesar de los límites marcados por la cuarentena.

Sofía Wolf celebró la Liga Femenina de Básquet, luego recibió la convocatoria a la Preselección Argentina superior y por último la clasificación al Final Four de la Liga Sudamericana. Demasiadas emociones juntas, pero los desafíos están para afrontarlos y las metas para alcanzarlas. De eso se trata el presente de Deportivo Berazategui, actualmente el mejor equipo de básquet del país.

En un mano a mano con El Observador, la crespense habló de cada uno de estos temas y de su nivel deportivo. Con mayor presencia en ataque, decidida en las ofensivas, viene demostrando un importante grado de madurez que la ratifican entre las más destacadas de su puesto.

LA LIGA

Tras terminar en el 2º lugar de la Fase Regular (detrás de Obras Basket), Berazategui obtuvo tres victorias en el Final Four y se consagró campeón de la Liga Femenina. Además de estos equipos, también estuvieron Quimsa de Santiago del Estero y Rocamora de Entre Ríos.

– ¿Qué significa para vos y el equipo el título de la Liga Femenina?

– Significa muchísimo, es el torneo de mayor nivel del país en el básquet femenino. Pero esta vez tiene un sabor mucho más especial, porque logramos obtenerlo después de más de un año sin jugar, y ahí es donde se nota el trabajo y el nivel de entrenamiento que mantuvimos durante toda la cuarentena.

– ¿Cuáles fueron las virtudes para alcanzarlo?

– Tenemos un equipo largo y jugamos con esa ventaja. Pudimos rotar durante este torneo corto pero intenso, donde jugamos muchos partidos en poco tiempo. Si bien las sobrecargas se daban igual dadas las circunstancias, al rotar el banco, este déficit no se sentía tanto. Además al no depender de una o dos jugadoras, hizo que nos convirtiéramos en un equipo impredecible y muy difícil de “scoutear”.

– ¿Qué nivel de juego viste en la competencia?

– Al torneo lo sentí muy competitivo. En primer lugar porque se sumaron varios equipos y esto de por sí hace que la Liga crezca. Pero además, me sorprendió positivamente el nivel de muchas jugadoras que estuvieron sin competencia en pandemia. No es fácil volver después de un año y medio y de esa manera.

– ¿Cuál fue el rival más complicado?

– Claramente Quimsa. Siempre es nuestro rival directo, te diría que como un clásico. Nos cruzamos en la fase regular, en el Final Four y después nuevamente en la Sudamericana. Tres veces en menos de un mes y los partidos fueron cada vez más duros, ya que cada equipo iba haciendo ajustes con respecto al partido anterior

– ¿Cuál fue tu mejor partido?

– Creo que en el que mejor me sentí fue el cotejo de la última fecha del Final Four ante Rocamora (marcó 16 puntos y fue la que más tiempo estuvo en cancha). Si bien no comencé de la mejor manera, luego de un descanso pude enfriar la cabeza y revertir la situación; ganar esas luchas personales me satisfacen mucho. Disfruté el partido y sentí que el juego fluyó.

A LA FINAL DE SUDAMÉRICA

Apenas unos días después de la consagración en la Liga Femenina, Beraza jugó la Zona C de la Liga Sudamericana junto a Quimsa, Cogarol de Ecuador y Leonas Guaraníes de Paraguay. El Aurinegro ganó los tres partidos y clasificó al Final Four del certamen continental.

– ¿Fue importante llegar al cuadrangular con el título de la Liga?

– Claro que sí, ese empujón anímico se sintió y nos hizo muy bien para seguir como veníamos o aún mejor.

– Algunas veces un campeón se relaja, ¿cómo trabajaron para no hacerlo y seguir mentalizadas detrás de otro objetivo?

– La cabeza es fundamental en todo momento, pero creo que a la hora de cambiar el chip es cuando más hay que trabajarla. Nos sirvió mucho el análisis que hicimos del 2019, donde también salimos campeonas nacionales, pero en la Sudamericana no nos alcanzó para pasar la fase de grupo, fuimos un equipo totalmente distinto. Y de los errores se aprende. Esa experiencia nos sirvió mucho para lograr lo que hicimos en estos días. Terminamos de dar la vuelta el domingo, festejamos, el lunes descansamos y ya estábamos viendo características de los equipos a enfrentar. Queríamos más y seguimos queriendo más. Ahora nos mantendremos entrenando mientras esperando una fecha para poder cerrar este torneo de la mejor manera posible.

– ¿Por qué se dio un encuentro de bajo goleo con Quimsa?

– Puede ser que los nervios hayan estado presentes, era el partido que definía quién clasificaba al Final Four de Sudamérica. Pero pienso que también entró en juego el cansancio después de tantos partidos de gran intensidad, y muchas veces esto no te permite estar concentrada al 100%, por lo que la efectividad no es la misma.

– ¿Cómo evaluás tu presente deportivo? Tuviste grandes partidos.

– Hoy me siento feliz y tranquila conmigo misma. Me da mucha satisfacción ver un crecimiento físico, técnico o mental, por más mínimo que sea, y eso fue lo que me impulsó y me sigue empujando a querer más. Obviamente siendo consciente que el resultado no se da de un día para el otro. La autocrítica, el trabajo constante y la resiliencia también forman parte del desarrollo, pero lo que recalco siempre y que creo más importante es rodearse de grandes personas que permiten ese crecimiento. Crear ese entorno con gente que exija, pero por tratarte como lo que podés llegar a ser, que banque, que confíe y que lo mencionado sea recíproco, hace que todo sea más fácil.

– ¿Qué sensaciones te invaden tras ser citada para la Preselección Argentina? Vas a entrenar con aquellas que alentabas por la tele hasta hace poco tiempo.

– Fah! Cuando pienso eso se me viene a la cabeza cuando en 2015 desde la tribuna de Talleres de Paraná le pedí una foto a Meli Gretter (Melisa) que jugaba la Superliga con Unión Florida. Y ahora en unos días vamos a estar entrenando juntas. ¡Qué locura! Me entusiasma mucho todo esto y lo voy a aprovechar al máximo para seguir creciendo y disfrutando.

Por Mauricio Jacob