Según un estudio, las economías regionales necesitarían un dólar a $ 24 para ser competitivas

Las economías regionales atraviesan una coyuntura de negocios complicada y las perspectivas indican que, al menos en el corto plazo, este contexto difícil, se mantendrá sin cambios, según revela un informe elaborado por el investigador Jorge Day, del Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana de la Fundación Mediterránea.

En el trabajo se resalta que el problema mayor para el sector, es el referido a costos. El economista señala que desde 2006, los precios de los productos aumentaron un 50% en dólares, un dato que a priori asoma como positivo, pero que se vuelve negativo cuando se agrega la columna de los costos. “Los salarios se han incrementado un 130% (también en moneda extranjera) en ese período y la suba del gasoil fue en una variación similar”, resume Day, quien expresó que tal es el desfase que, para llevar los costos en dólares a un nivel similar al de 10 años atrás, las economías regionales necesitarían un tipo de cambio de $ 24, lo que el investigador reconoce como “una salida inviable, por el impacto que tendría sobre la inflación y porque tampoco es congruente con las tendencias actuales de la macroeconomía, caracterizadas por el masivo ingreso de divisas asociada al endeudamiento del sector público”.

Ante este panorama, Day enumera las estrategias que podrían seguirse para que las economías regionales recuperen competitividad. “Si bien los precios en dólares no dependen del mercado interno, como consecuencia de la competencia mundial, sí se pueden obtener valores más altos mejorando el producto con mayor calidad. Toda esa movida implica un costo adicional (promociones, mejoras tecnológicas, etc.), con beneficios inciertos”, reconoce.

Otra agenda de trabajo a desarrollar, es lograr acuerdos comerciales para reducir aranceles de entrada a países importadores, lugares como la Unión Europea y China, que es una línea que está siguiendo el Gobierno Nacional.

“Haciendo números muy globales, para estar en una situación similar a la de hace 10 años, la productividad en general debiera aumentar un 50%, que no es poco. A favor, se debe reconocer que hubo muchos años de ineficiencia, lo cual da un buen margen para mejorar”, sostiene el economista.

También está la propuesta empresarial de reducir costos impositivos. “Sabemos que los gobiernos están en una situación fiscal deficitaria, que les achica el margen de maniobra para reducir varios de esos costos, pero el norte (de las decisiones) debería apuntar en dicha dirección. Un buen indicio sería contar con un cronograma de reducción paulatina de los tributos más distorsivos”, afirma Day.

El investigador del IERAL menciona que “en el corto plazo, las perspectivas para las economías regionales, especialmente las no pampeanas, no son muy optimistas, puesto que acorde a los pronósticos macroeconómicos, se mantendrá la situación de los altos costos argentinos en dólares. El proceso de disminuir dichos gastos será lento. Al menos, un objetivo del gobierno nacional sería evitar que sigan aumentando. Más ambicioso y fructífero sería lograr reducirlos, especialmente en impuestos y regulaciones”.

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