Seguí: Una historia de amor que conmueve a la ciudad

Yamil Borgetto tiene 20 años y estudia la carrera de Contador Público Nacional en Paraná (UNER), hasta el año pasado era parte de las formaciones de Seguí FBC pero la pandemia puso freno al fútbol. Las cosas de la vida le tenían preparado un inesperado desafío, un problema en su Médula y todas las dudas que se generan a algo semejante, desconocido. Después de los primeros días de incertidumbre y temores, los capítulos de la historia comenzaron a encaminarse hacia una solución. Cynthia, hermana mayor, ex patinadora, actual profe de la Escuela Municipal, resultó ser compatible para donar y efectuar el trasplante.

Luego de pasar por un procedimiento extenso en el Instituto del Trasplante y Alta Complejidad (dependiente de la Fundación Favaloro) en Palermo, Buenos Aires, ella dialogó con El Observador y narró una experiencia única que apunta al final más deseado, donde reina la felicidad.

– ¿Cómo se llega a esto? ¿Qué fue lo que sucedió?

– El desencadenante fue la enfermedad que le surgió a mi hermano: Aplasia Medular. La única cura es el trasplante de médula ósea, para eso primero estudian la compatibilidad de familiares directos, padre, madre, hermanos. En caso que alguien salga compatible se procede al tratamiento, lo que por fortuna me tocó a mí. Digo “fortuna” porque solamente el 25% de familiares directos es compatible, el resto tiene que concurrir al listado de donantes del INCUCAI. Fue una de las primeras buenas noticias dentro de la compleja situación.

– ¿De qué manera fue tu tratamiento para extraer médula?

– Durante 5 días continuos me aplicaron inyectables que motivan los glóbulos blancos, componentes que están en la sangre y sólo afecta a eso para que la médula empiece a trabajar más de lo normal. Es como que a mi cuerpo sano lo “desorganizan un poquito” para provocar eso. Después, mediante la extracción que me tocó por aféresis (se separan los componentes de la sangre, siendo seleccionados los necesarios para su aplicación y devueltos al torrente sanguíneo el resto), a través de las venas, una máquina capta las células madres que son provocadas por estos inyectables. Es como que las células madres saltan a la defensa y ahí las máquinas las detectan. Es un procedimiento satisfactorio pero largo, así que hay que sacrificar unas cuantas horas. Durante ese tiempo el cuerpo queda extendido, sin flexionar brazo, sin moverlo, pero dentro de todo es un procedimiento sencillo.

Aplasia Medular es lo que detectaron en Yamil. Se trata de la desaparición de las células encargadas de la producción de la sangre en la médula ósea. Como consecuencia, aparece una disminución de los hematíes (glóbulos rojos), de los leucocitos (glóbulos blancos) y de las plaquetas en la sangre periférica.

– ¿Cómo fue reaccionando tu organismo?

– En los primeros 4 días fue rápido porque iba y me controlaban presión y temperatura, y más allá de la “desorganización” que recibía el cuerpo, hacían que permanezca estable. Me aplicaban el inyectable y volvía al departamento, y si surgían efectos secundarios me tenía que comunicar, para eso los médicos estaban atentos. El quinto día fue el más largo, es el de la extracción, me interné a las 6.00 de la mañana, a las 7.30 me empezaron a extraer las células y a las 14.00 estaban terminando pero como el cuerpo quedó bajo de calcio, potasio y esas sustancias, me dieron el alta a las 19.00. 

– ¿Hubo complicaciones?

– En un momento los médicos estaban desconfiando que tal vez me tenían que dejar internada y volver a extraer a la mañana del día siguiente. Me asusté porque había sido un procedimiento largo y someterme de nuevo al otro día cuando mis venas habían quedado complicadas… Me dijeron que para un varón es sencillo porque las venas del hombre son más grandes, entonces no se provoca lo que me pasó a mí ya que se formaban coágulos y la máquina no podía extraer con normalidad.

La familia junta. Yamil, Cynthia con sus padres Gylda Chaparro y Horacio Borgetto

– ¿Qué cambió para no dejarte internada otro día más?

– Cambiaron los resultados oficiales porque las hematólogas, mediante esa misma máquina, tienen un microscopio y van evaluando las células. Mediante el proceso fue como que se había complicado por el tema que no se detectaba la sangre en vena, calculaban que no iba a ser suficiente la cantidad que necesitaban extraer para trasplantar en mi hermano. Más que nada por el tema del peso, yo soy mucho más chica que él. Pero los resultados dieron que estuvo todo bien. Al margen de ello no fue un proceso complicado, es largo.

– ¿Cuáles fueron los primeros síntomas de Yamil?

– Tenía mucha fatiga, pensaba que era falta de estado por el hecho de esta cuarentena, pero resultaba que su médula no generaba suficientes componentes de la sangre. Ahí se incluye plaquetas que son las defensas del cuerpo, glóbulos rojos y blancos. Al no generar los análisis salían siempre bajo, tenía mareos, vómitos tuvo pero una vez y no muy frecuente. Esos síntomas casi todos los días y daban a sospechar que algo no estaba bien. Primero le hicieron análisis en Seguí, como el bioquímico lo vio muy pálido cuando tuvo los resultados fue a casa y nos dijo que enseguida necesitaba transfusiones. Lo derivaron a la Clínica Modelo de Paraná para hacerle los estudios donde detectaron cuál era el problema mediante una biopsia de la médula ósea. Eso empezó el 9 de septiembre, cuando ingresó a internación a la Clínica, pasó 16 días internados y pedían dadores de sangre todas las semanas, cada uno pedía a sus contactos, llegué a mandar arriba de 100 personas a Paraná. Ahora para el tratamiento, estoy en campaña de eso.

“Carolina Pacher me dijo que me prepare como para uno de los torneos importantes que he tenido

– Se actuó rápido…

– Sí, se actuó demasiado rápido. Como pasa en estas circunstancias cuanto más avanzada tratás la enfermedad, más complicado es. Por eso aconsejo que estén alerta y siempre que tengan algo acudan a un médico, no hagan como si no pasa nada. Yamil siempre estuvo vinculado al deporte, haciendo actividad física, es sano y apareció este inconveniente.

– ¿Cómo sigue el procedimiento?

– Él realizó sus sesiones de quimio esta semana, las terminó, más allá de los efectos las toleró bien. Le vaciaron su médula ósea por completo por el hecho que pueda presentarse algo que no hayan detectado como células cancerígenas. Entonces para no arriesgar lo que hicieron fue vaciar por completo y que esas células madres puedan prender con mayor fuerza y normalidad. La semana que viene se realiza el trasplante y se aguardará su evolución.

– ¿Qué sensaciones te invaden con toda esta experiencia?

– Fue algo inesperado, un proceso que demanda tiempo, atención porque así como te ponés los inyectables tenés que estar al tanto de tu salud, pero no es riesgoso ni deja secuelas, no surgen inconvenientes dentro del procedimiento y la verdad que te ayuda a tener un cuerpo sano y salvar una vida. Produce una carga emocional muy fuerte, al principio eran nervios, dudas, miedos… todo junto, y a la vez una alegría inmensa porque es la oportunidad de ayudar a vivir a tu hermano. Agradezco el hecho de estar vinculada al deporte porque mucha gente se contactó, envió mensajes y palabras de aliento. Eso es muy importante. Incluso en los primeros días se comunicó Carolina Pacher quien fue mi entrenadora de patín y me dijo que me prepare como para uno de los torneos importantes que he tenido. Carolina es una genia, está luchando por lo suyo y enseguida se puso en el lugar del otro con sus palabras. Es todo muy fuerte en ese sentido, mientras estaba en Buenos Aires y Yamil en Paraná, hablábamos todas las noches, somos de creer en Dios así que rezábamos juntos. Siempre fuimos hermanos muy apegados pero esto nos unió mucho más.

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