Seguí: La Escuela “Zuviría” es la historia misma de la ciudad

Seguí celebró hace pocas semanas, sus 114 años de vida. La Escuela Primaria Nina Nº 61 “Facundo Zuviría”, llegará a sus 112 años el 31 de octubre. Sencillamente no se puede concebir el andar a un naciente pueblo con el desarrollo de esta entidad educativa, o su significativa presencia para el aprendizaje de los primeros vecinos que llegaron a estas tierras en búsqueda de instalarse y crear una familia.

Inicialmente, el establecimiento comenzó a dictar sus clases en 1909 en la propiedad de Alberto Marangunich, de calle Gregorio Battisi. Paralelamente a ello y teniendo como presidente del Consejo General de Educación a José María Texier y como gobernador a Eduardo Laurencena, se puso en marcha la edificación de un lugar propio. Fue en un terreno donado también por Marangunich. Por otra parte, Simeón Ramírez fue el primero director hasta 1914 con una matrícula que ya contenía la importante presencia de 250 alumnos. Aunque luego se dio una importante deserción de un 25% producto de aquellos tiempos donde los chicos de todas las familias ayudaban en lo quehaceres de la casas y en las fuentes de trabajo de aquellos pioneros que basaban su actividad en la agricultura. 

Spesot, Espinosa, Díaz, Domínguez, Destéfani, Cogno, Fenoglio, Dematteis, Masine, Fain, Gordillo, Hoffman, Lanzi, Ledesma Ortellau, Pagnone, Romero, Santich, Suárez, Taborda, Vega, Villalba, Ubert, entre otros, fueron los primeros apellidos que pisaron aquellas aulas. Incluso algunos alumnos debían caminar o cabalgar hasta 2 leguas, para llegar a la escuela a tomar clases. Previa y posteriormente a la asistencia escolar debían trabajar en las tareas de campo, colaborando así con la familia.

En 1929 la escuela se trasladó al nuevo edificio de calle Independencia y Mariano Moreno, el que se i-nauguró con cuatro aulas grandes que daban su frente a Independencia, cuatro sanitarios (dos para varones y dos para nenas), una dirección al centro, la casa habitación para el director sobre Moreno y un molino a viento que proveía el agua potable proveniente de un pozo semisurgente.

Así fue dando los primeros pasos la primera entidad educativa de la naciente ciudad, por donde las generaciones de seguienses aprendieron a leer y sumar para luego convertirse en constructores de realidades de la localidad. La “Zuviría” y Seguí, prácticamente no se puede entender la historia de una sin la otra.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican la política de privacidad y los términos de servicio de Google.