Seguí: La Escuela de Cadetes cumplió 16 años inculcando saberes y valores

El 15 de marzo en Seguí, cumplió 16 años la Escuela de Cadetes “Oficial Ayudante Rubén Solaro” de Bomberos Voluntarios, un lugar donde se inculcan valores de relevancia no solamente para desempeñarse en la profesión, sino también para la vida misma.

Adriel Spessot, uno de los encargados junto a Eliana Solaro y Flavia Reya, dialogó con El Observador sobre el tema: “Por razones conocidas este año no pudimos comenzar, estaba previsto para principio de abril pero no pudieron efectuarse las inscripciones y demás. El año pasado trabajamos con 15 chicos entre 10 y 16 años, de los cuales 11 eran mujeres. Un buen número, sin dudas”.

Los cadetes se forman en la Escuela y cuando cumplan 18 años pueden pasar a integrar el Cuerpo Activo, mientras tanto se pone mucho énfasis en conceptos centrales: “Los dividimos en dos grupos de edades, a los chicos de 10 a 14 años les enseñamos aspectos sobre prevención en el hogar. Conocimientos que pueden utilizar en la vida cotidiana como el RCP, primeros auxilios básicos, cómo actuar ante un principio de incendio, conocimientos que puedan utilizar y transmitir. Con el grupo de mayores trabajamos en torno a incendios forestales, vehicular y demás cuestiones más complejas donde se necesita mayor conocimiento”.

La base fundamental sobre la que se centra la escuela es “inculcar el grado de compromiso y responsabilidad. Formar chicos que si bien en el día de mañana no integren el Cuerpo Activo, sean personas de bien, que tengan conocimientos que les pueden resultar de utilidad ante un determinado hecho”.

La Escuela nació en el 2004, la que contó con Rubén Solaro como instructor y Hugo Kriger como encargado. El propio Adriel formó parte de la misma desde pequeño: “Desde el día en que abrió sus puertas, estuve ahí. Me gustó, era la pasión que sentía desde chico, el sueño como muchos de querer ser bombero. La oportunidad se dio y me encantó”, recordó. “Tenía esas ganas de poder ser útil en algo y brindar los conocimientos hacia los demás”, remarcó. “Hoy los chicos se acercan por diversos motivos, desde las ganas de ayudar, porque mi primo me trajo o porque me contó mi hermano y demás. Mayormente los que se quedan es porque tienen ganas de aprender, de colaborar y de estar en el Cuartel”, sostuvo.

Las ganas por dar su mano al prójimo moviliza a los chicos que seguramente estarán con el traje de Bombero en unos años. Afrontando una profesión de enorme importancia y gran compromiso, donde la mayor satisfacción es “el gracias de la gente, que te digan ‘gracias por ayudar’, eso es lo más valioso”, sintetizó Adriel.

 

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