Seguí: La compleja situación de la Educación Integral en tiempos de pandemia

El aislamiento en este contexto de pandemia es un obstáculo complejo para todos; un ejemplo contundente se puede apreciar en los clubes o en los establecimientos educativos, donde los chicos tejen lazos de amistad y de sociabilización.

El impedimento de compartir momentos es uno de los mayores problemas para quienes llenan las entidades. La Escuela de Educación Integral Nº 22 de Seguí no es la excepción y así lo dejó en claro su directora, Margarita Sueldo, quien ante El Observador describió la actual situación.

– ¿Cómo se amoldaron a este inesperado contexto?

– Nos tomó por sorpresa, todos creíamos que era algo bueno y pasajero. Seguí concurriendo dos o tres veces por semana hasta que me dijeron que no se viajaba más. Suponíamos que en un mes iba a estar solucionado, pero no fue así. No se sabe qué sucederá. Cuando comenzó la cuarentena primeramente realizamos un sondeo sobre el acceso a internet que cada uno tenía porque muchos de nuestros alumnos viven en zona rural, también quiénes contaban con una computadora en la casa o celular en la familia. Nos encontramos con un grupo muy diverso en ese sentido y se buscaron muchas estrategias para seguir trabajando durante este aislamiento. El trabajo de la escuela fue sondear esa cuestión y ver cómo podíamos seguir comunicados. Hicimos un grupo privado de Whatsapp para que ellos puedan hacer sus actividades, hablamos con una librería de la ciudad para la impresión de los documentos y de esa manera podíamos llegar con las actividades para que trabajen en sus hogares.

– Una tarea compleja

– Somos una escuela pequeña con tres agrupamientos: Alfabetización y Orientación Vocacional, Espacio Educativo Múltiple y Formación Laboral. Esto arrancó como algo formal pero nuestra idea es lo que hablamos con el equipo de trabajo: no perder el vínculo con los chicos. Comenzamos desde Facebook, enviamos el documento por correo, por Whatsapp y demás. Incluso tenemos un grupo con el profesor de Educación Física donde están las familias, suben los videos de las actividades que hacen, las docentes tienen un grupo con los estudiantes, etc. Voy a cumplir 20 años de antigüedad y jamás imaginamos una situación como esta, entonces buscamos los recursos, mandar el instructivo para que entiendan la actividad y que la puedan realizar. La realidad de nuestros estudiantes no es que les ponemos un tiempo pero sí vamos sondeando, qué les gusta, qué les cuesta más, eso nos ayuda a replantearnos.

– ¿Qué actividades han desarrollado?

– Vamos eligiendo temas y trabajamos en torno a eso. Por ejemplo junio fue el mes de la Bandera, entonces trabajamos en dibujos, pintura, la seño de Música enseñó a elaborar instrumentos musicales con material descartable y demás. Al efectuar tareas sobre un mismo tema entre todos, resulta más fácil para ellos.

– ¿Qué notan dentro de este contexto al no poder interactuar?

– Que los alumnos extrañan mucho la escuela, la extrañan horrores. Imaginate que pasamos varias horas juntos. Entramos a las 8.00, izamos la bandera, después comparten un desayuno, pasan a la parte de cepillado de dientes y luego van a las aulas. Son dos horas separadas por un recreo, en dos módulos grandes donde tienen física o música y el recreo de 20 minutos. A veces se festeja un cumpleaños y se estira. El hecho de compartir es lo que más se extraña y nosotros estamos igual que ellos.

– Al tratarse de una escuela con pocos alumnos, ¿no existe la posibilidad de gestionar el retorno de la actividad al menos por turnos?

– Toda la actividad educativa se encuentra vinculada, desde Nación parte el movimiento, el Ministerio de Salud, el Consejo General de Educación y la cadena continúa tomando recaudos. No depende exclusivamente de nosotros.