Seguí: El límite del acceso a la conectividad, uno de los desafíos de la educación en pandemia

La faz educativa en medio de la pandemia debió hacer frente a cambios radicales que fueron asimilados en base a diversas planificaciones. La licenciada Silvana Stürtz de Gareis es asesora pedagógica del Instituto “Padre Enrique Laumann” de Seguí y ante El Observador, narró cómo se trabajó en ese contexto. Se refirió a la virtualidad, el desánimo, las estrategias de docentes y familias para afrontar una situación inesperada y para la que nadie estaba preparado.

– ¿Cuál ha sido su rol en la institución en estos tiempos de pandemia?

– Ha sido un rol muy importante como lo es el del asesor pedagógico en todas las instituciones. Tiene la función de ser mediador entre el docente, los estudiantes y la familia. Durante la pandemia, sobre todo el año pasado donde atravesamos un ciclo educativo virtual, se generaron estrategias y trabajo en equipo con los docentes para repensar y rearmar las clases. Todos estábamos preparados para trabajar desde la presencialidad, de modo que incorporar nuevas herramientas y la tecnología desde otros espacios, resultaba un desafío porque nadie estaba listo para eso. La virtualidad demandaba otros tipos de conocimientos, no solamente de estrategias sino de preparar la clase de una manera distinta. Por otra parte la virtualidad implicaba que no todos los estudiantes tuvieran los dispositivos o la conectividad suficiente para acceder a la misma. Allí debimos analizar cómo interactuar para llegar con las actividades a todos los estudiantes.

– ¿Qué problemáticas se han detectado en los estudiantes o incluso en los docentes dentro del contexto?

– El poco conocimiento que había sobre las plataformas que se emplean como Zoom o Meet que empezaron a tener su auge el año pasado, al igual que el Classroom que consiste en un espacio como aula virtual que nos permite utilizar Google donde los docentes pueden subir allí todas las actividades para los estudiantes y de la misma manera estos pueden cargar producciones. Por otro lado, afrontamos el hecho que no todos los estudiantes tenían acceso a internet o contaban con algún elemento para la virtualidad. Ante eso se utilizó mucho el Whatsapp, con mensajes, envío de actividades y videollamadas. Además, con el transcurrir del tiempo en el que fue sostenido el contacto virtual, se comenzó a denotar el cansancio y el desgano en el alumno, por lo que se trabajó en motivarlo junto a la familia. El entorno familiar sufrió bastante esta cuestión porque en ocasiones se acababan los recursos para estimular al estudiante. Durante ese tiempo los jóvenes tenían los horarios cambiados, dormían durante el día y se conectaban a la virtualidad con sus compañeros, por la noche. Esto incluso ocasionó problemas emocionales y psicológicos.

– ¿Hubo casos de chicos que dejaron de estudiar?

– Afortunadamente no, pero sí con intención de hacerlo. Debíamos estar atento a ello para que emocionalmente estén contenidos porque llegaba ese momento de desgano que lo llevaba a perder interés por el estudio. Fue un trabajo intenso para que pudieran asimilar los contenidos. Desde el Consejo General de Educación se abordó de una manera particular con aquellos estudiantes que no tenían todos los espacios aprobados. Se lleva a cabo, un acompañamiento a la trayectoria para que puedan aprobar las materias donde no alcanzaron los objetivos durante la pandemia.

– ¿El trabajo debe ser continuo y sostenido a lo largo del año?

– Sin dudas debe extenderse a lo largo del año sea con o sin pandemia. Si bien este año volvimos a la presencialidad, tenemos docentes y alumnos que son personas de riesgo por lo que se mantienen con la virtualidad. Seguimos trabajando con la tecnología y con las estrategias para continuar generando y adquiriendo saberes. El límite que tenemos aquí es lo que mencionaba respecto a la posibilidad de acceder a medios tecnológicos o tener conectividad, el Estado aún debe trabajar mucho en este sentido, para darles la misma posibilidad a todos los estudiantes.

Por Mauricio Jacob Desde Crespo