Seguí alcanzó los 114 años de vida

Cualquier vecino con memoria si vuelca su mirada hacia atrás unos 30 años, podrá evaluar francamente el desarrollo sostenido que ha mantenido la ciudad Seguí. Su cara ha cambiado rotundamente en este lapso de tiempo gracias al esfuerzo de su comunidad y de los correspondientes equipos de gobiernos, responsables de gestionar para que la localidad no se detenga en el tiempo.

El 1 de septiembre cumplirá 114 años, nacida a la orilla de las vías del tren, red de comunicación que hacía despegar a todo el país transportando granos y demás productos. Dicen que la estación se estableció cuando se construyó la línea extendida desde Crespo a Hasenkamp en 1907.

El propietario de aquellos terrenos era Marcos Espinosa, quién los donó para este paso que traería a su vez, el punto de partida para un futuro poblado. Precisamente la estación había adoptado su nombre en los primeros planos y según datos de los familiares, don Espinosa quiso que llevara el nombre de un prócer. Se eligió a Juan Francisco Seguí, natural de Santa Fe (1822-1863), secretario del general de Justo José de Urquiza.

Fue tal la importancia que dio la estación, que en 1910 se habían construido 41 casas y toda la colonia estaba poblándose con familias italianas, rusas y alemanas, que se dedicaron especialmente a cultivar la tierra y Seguí se convirtió en un gran centro cerealista.

Otras viviendas se levantan y aparecen como primeros pobladores a las familias Espinosa, Ortellado, Dematteis, Romero y Lanzi, entre otros. Fue apenas el primer paso para todo lo que vendría posteriormente, más de un siglo de vida, segmento el actual, más pujante de toda su historia. Por ello se avizora un futuro sumamente prometedor.

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