Schneider habló de la lucha contra los delitos en zonas rurales y opinó de las cámaras de seguridad

Mediante decreto 6577, en 2008 el gobierno provincial creó la Dirección de Prevención de Delitos Rurales, dependiente de la Jefatura de Policía de Entre Ríos, la cual actualmente tiene asiento en las ex instalaciones del Ejército Argentino, en La Paz, dado que en enero de 2009 el predio perteneciente al Grupo de Artillería 121 fue traspasado desde la Nación a la órbita provincial. En estas hectáreas, se concentra el entrenamiento de animales, principalmente caballos, que luego son entregados a las distintas jefaturas departamentales, para sus divisiones Montada y Brigada de Abigeato. El comisario general Sergio Raúl Schneider, a cargo de la Dirección policial mencionada, visitó la redacción de El Observador y se refirió a las tareas que diariamente desarrollan a fin de reducir y evitar el robo de ganado, la situación del parque automotor y los recursos humanos destinados a la prevención, como así también el rol de contralor que la Dirección ejerce sobre ciertas actividades. El abigeato continúa siendo un problema en ciertas regiones de la provincia y en tal sentido, el funcionario expresó: “En este momento el punto más conflictivo en cuanto a la perpetración de hechos, lo tenemos en Gualeguaychú. Es una ciudad que presenta esencialmente una zona suburbana muy poblada, en la que conviven algunos pequeños productores, a los cuales los ha invadido la urbanización. Han quedado pequeñas parcelas de campo, donde tienen animales y sufren el flagelo de la carneada, pero estamos trabajando para erradicar este problema. Dispusimos allí una segunda brigada, que ya está funcionando y estamos poniendo a disposición de las mismas, una cierta cantidad de motos que ha comprado la provincia, para ser utilizadas en tareas rurales. Son motovehículos tipo enduro, todo terreno, en la que se pueden trasladar 2 uniformados tranquilamente, para poder hacer las recorridas preventivas a un costo económico. Es una manera de administrar los medios con que contamos y poder abarcar más superficie. En lo que refiere a la situación del departamento Paraná, si bien concentra mucha población distribuida en varias ciudades, por suerte el tema de abigeato está controlado. Eso es producto del intenso trabajo de control que realizamos en las carnicerías y sobre la hacienda en tránsito, para lo cual recibimos la ayuda de la Policía Caminera”.

– ¿Es suficiente el parque automotor y los recursos humanos con que cuenta la Dirección a su cargo?

– En materia de seguridad, los medios nunca son suficientes, pero se optimizan los recursos de la mejor manera posible. Disponemos de 25 camionetas Ford Ranger, varias motos y 9 lanchas para trabajar en la zona de islas. Asimismo, es importante destacar el recurso humano, puesto que 500 efectivos integran la Dirección, de los cuales 50 están especializados para actuar en siniestros ígneos. Tenemos a cargo la Brigada de Lucha contra el fuego, que interviene en los casos de incendios forestales, de bosques nativos o de pastizales, con un cuartel general en La Paz y destacamentos en Concordia, Laguna del Pescado y Ceibas. Si bien a veces los medios no son suficientes, para abarcar los territorios, contamos con la presencia de las policías departamentales, es decir, que el personal de cada comisaría de campaña colabora con la prevención. No se trata de 2 policías, sino que acompañamos la tarea que hace la jefatura departamental, contribuyendo a evitar los robos de hacienda, pero fundamentalmente ayudando en la prevención de todos los delitos rurales. Todos pertenecemos a la Policía de Entre Ríos y trabajamos para la tranquilidad de la gente.

– ¿Estación Puiggari será el próximo destino en el proyecto de instalar nuevos destacamentos en distintas zonas de la provincia?

– El departamento Diamante es uno de los más grandes que tiene la provincia, por eso surgió la idea de hacer una segunda brigada. El destacamento de Puiggari se sumará a la presencia que tenemos en toda la provincia. Los productores de la zona tendrán material de consulta y personal que brindará asesoramiento mucho más a mano, por ejemplo, en lo que tiene que ver con la hacienda específicamente, no será necesario que se trasladen hasta La Azotea para hacer alguna averiguación. Hoy por hoy, además de estar alejados los funcionarios, en ese puesto, hay mucho trabajo, porque su jurisdicción comprende las islas, Costa Grande, Las Cuevas, entre otros parajes. De este modo, en los casos en que se produzca un robo, al estar instalado el personal policial en Puiggari, va a llegar en forma mucho más rápida, podrá trasladarse con más facilidad y con menos costos, ante un llamado que provenga del éjido de Ramírez, Isletas, Palmar Racedo o el mismo Puiggari.

– ¿Cuáles son los alcances en cuanto a la operatividad y control de la Dirección de Prevención de Delitos Rurales?

– Además de las tareas inherentes a la Brigada de Lucha contra el fuego, trabajamos en el control del cumplimiento de la Ley que regula la actividad ganadera, la caza y la pesca, como así también las normativas que preservan la flora, fauna y el medio ambiente en su conjunto. Lo hacemos mancomunadamente con los entes provinciales que se vinculan con las actividades que se desarrollan en la zona rural. Principalmente en días feriados, vísperas de los mismos y fines de semana, realizamos un control de cazadores, corroborando que permanezcan en zonas habilitadas, que tengan la documentación obligatoria para ese tipo de prácticas y las armas en debidas condiciones. Quien posee el carnet de caza habilitante no tiene ningún problema y obviamente que siempre tiene que contar con la autorización del propietario del inmueble donde se encuentre desarrollando esta tarea. Son pocos los cazadores que están en regla, fundamentalmente los que vienen de otras provincias portan la documentación que requiere la provincia, pero el resto normalmente son cazadores furtivos, a los que se les secuestran no solamente las piezas que hayan cazado, sino también las armas y elementos que tienen en su poder para esta actividad. Posteriormente, se eleva a fiscalización, se instruye un expediente y se dicta una resolución, por la cual se le decomisan las armas al cazador. En muchos casos no las vuelven a recuperar y se les aplica una fuerte multa. Lo mismo ocurre con la pesca, puesto que quien lo hace de manera deportiva tiene que cumplir con cierta requisitoria y si están en infracción se les labra el acta correspondiente. Sólo se exceptúa el pescador comercial, que forma parte de otra categoría, por eso varían sus obligaciones. Paralelamente a todo esto, tenemos 3 comisarías de islas, con asentamiento en este momento, frente al Puerto San Martín, sobre el río Paraná, otra enclavada en la isla El Chaligué, a la altura del monumento a la bandera de Rosario y la última en el inicio de las islas Las Lechiguanas. En estas dependencias, hasta hace pocos días se estuvo trabajando con miembros del área de Epidemiología de la provincia, distribuyendo la medicación que debían utilizar los isleños debido a la invasión de ratas. Ante un posible contagio de hantavirus o leptospirosis, también se proveyó a la población de esa zona de un manual, que hayan cazado, sino también las armas y elementos que tienen en su poder para esta actividad. Posteriormente, se eleva a fiscalización, se instruye un expediente y se dicta una resolución, por la cual se le decomisan las armas al cazador. En muchos casos no las vuelven a recuperar y se les aplica una fuerte multa. Lo mismo ocurre con la pesca, puesto que quien lo hace de manera deportiva tiene que cumplir con cierta requisitoria y si están en infracción se les labra el acta correspondiente. Sólo se exceptúa el pescador comercial, que forma parte de otra categoría, por eso varían sus obligaciones. Paralelamente a todo esto, tenemos 3 comisarías de islas, con asentamiento en este momento, frente al Puerto San Martín, sobre el río Paraná, otra enclavada en la isla El Chaligué, a la altura del monumento a la bandera de Rosario y la última en el inicio de las islas Las Lechiguanas. En estas dependencias, hasta hace pocos días se estuvo trabajando con miembros del área de Epidemiología de la provincia, distribuyendo la medicación que debían utilizar los isleños debido a la invasión de ratas. Ante un posible contagio de hantavirus o leptospirosis, también se proveyó a la población de esa zona de un manual, para que sepan cómo manejarse en cada situación si surgían síntomas determinados y se les entregó veneno para los roedores. Todo este trabajo sanitario preventivo, se hizo con personal de nuestra brigada, acompañados por el personal idóneo de la Secretaría de Salud de Entre Ríos.

– ¿Cuál es su opinión sobre la instalación de cámaras de seguridad para la prevención de delitos rurales?

– Es muy importante poder anexar la tecnología a todo lo que tenga que ver con seguridad. Hay lugares donde se están realizando algunas pruebas piloto y está funcionando bien. Estos elementos vienen muy bien, porque pueden servir como medios de prueba, para ser aportarlos a la justicia en los casos que tengan que procesar algún imputado. Disponiendo con el equipamiento necesario de monitoreo, se puede trabajar en la prevención de una amplia zona.

 

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