Santiago Mila de Paraná y su regreso del “Continente Blanco”

El cabo Primero del Escalafón de Mar, dependiente de la Fuerza Armada Argentina, Santiago Jeremías Mila, de 29 años y nacido en la ciudad entrerriana de Paraná, fue parte por tercera vez, de la Campaña Antártica de Verano (CAV), a bordo del emblemático rompehielos ARA “Almirante Irízar”.

Días pasados llegó del Continente Blanco y destacó que “pertenecer a la Armada Argentina es una experiencia única”, donde además contó sobre su interesante tarea, en un informe de Gaceta Marinera, enviado a la redacción de El Observador del Litoral.

Por su especialidad de Mar, a Mila se lo podía encontrar en diferentes sectores del rompehielos durante la campaña, cuando la unidad fondeaba en cercanías a las bases antárticas y científicas formó parte del grupo que realizaba las maniobras de ancla.

Mientras el “Irízar” operaba en las bases antárticas con los helicópteros Sea King, tenía la tarea de calzar y trincar las aeronaves en la cubierta de vuelo; y al operar las embarcaciones menores, participaba de las maniobras de izado y arriado de las mismas. Cuando el rompehielos no operaba y navegaba, su lugar estaba en el timón situado en el puente de comando del “Irízar”.

En este sentido, explicó Mila, quien pertenece al Departamento Cubierta y se desempeña en el cargo Material Naval que “estamos en muchas partes de la cubierta, el trabajo dependía de la base y de las maniobras que tuviéramos que realizar”.

Este fue su tercer viaje a la Antártida desde que es parte de la dotación, cuando se presentó de pase en el rompehielos en 2020. “No sabía cómo decirle a la gente de mi provincia que me iba al ‘Irízar’, porque no es simplemente un buque emblemático, sino que también permite vivir la experiencia de conocer y trabajar en la Antártida, esa parte del mundo a la que no es fácil llegar”, reveló el entrerriano.

Su primera experiencia a bordo fue en plena pandemia por COVID-19, donde recuerda se cumplían estrictamente los protocolos en el uso del barbijo, había repetidos hisopados y no se podía compartir el sector común de comedores.

Al arribar a la Antártida no podía creer el hermoso paisaje que se le presentaba: “Nunca imaginé pisar suelo antártico. La Antártida es una belleza y es un orgullo para nosotros que la Argentina tenga tantas bases, entre ellas Orcadas, la primera del continente blanco”, sostiene Santiago, que aún conserva ese asombro luego de su tercera campaña.

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