Santiago Miguel Rinaldi contó sobre el reconocimiento del Senado nacional y sus 45 años como animador y locutor

El reconocido locutor, conductor y animador Santiago Miguel Rinaldi (63 años, casado, 3 hijos, 45 años en la profesión), visitó esta semana el “Centro Periodístico de Entre Ríos”, donde dialogó con el Cont. Fernando A. Huck, director de El Observador y conductor del programa “Grandes Reportajes” de Canal 6 ERTV, sobre el pasado y presente de los medios de comunicación, el premio “Mención de Honor Domingo Faustino Sarmiento” que recibió en la Cámara de Senadores de la Nación y otros temas de interés.

– ¿Qué recuerda de sus inicios y por qué en la animación y la locución?

– Comencé a los 18 años en los escenarios y a los 20 en la radio. En realidad descubrí esta actividad por un hecho fortuito, una travesura de adolescentes en un baile de Santa Fe. El locutor que estaba contratado para ese evento, tuvo un inconveniente y convocaron a quien se animara a reemplazarlo. Era en un baile en el Club Villa Dora de esa ciudad, donde el animador hacía como una radio abierta al lado del musicalizador. Me animé, no porque quería hacer locución, sino porque iba a pasar a estar en un lugar preponderante. Lo único que había hecho antes, era locución en actos de las escuelas y me salió bien, porque el DJ me dijo “tratá de tomar más veces el micrófono vos que el otro muchacho (los 2 estaban a cargo de esa tarea) porque te sale mejor” y para mí, que me digan eso, fue como un triunfo. Al domingo vuelvo a ir, paso por frente al escenario y veo que estaba el presidente del club haciendo de locutor y me invitan a subir nuevamente. Es decir, otro logro. Y así fue que estuve 3 años haciéndolo a manera de colaboración. En esos momentos, trabajaba en una agencia de publicidad, por lo que algo conocía del tema. Con el tiempo, me despertó el interés de hacer locución en radio, pero no había dónde aprender, solamente estaba el ISER, en Buenos Aires. Para interiorizarme, fui a consultar a una AM de Santa Fe, donde tenía un conocido. Le pedí una primera orientación, me alentó y a partir de allí empecé a practicar, porque para ingresar a trabajar en una radio en ese tiempo, había que prepararse muy bien, presentar una grabación y después pasar una prueba en vivo, para lo cual tenía que leer informaciones y textos publicitarios. Finalmente, se me dio la oportunidad de ingresar a LT 14 de Paraná y el 30 de enero de 1976, hago el primer turno en esa radio. No hay muchos locutores o comunicadores que simultáneamente se dediquen al escenario, porque muchas veces genera pánico, nerviosismo y negación a hacerlo…

– Trabajó en medios de Bs. Aires, ¿por qué siguió en Entre Ríos?

– Sí, en los comienzos tuve una gran mano de la actriz Leonor Benedetto, quien puso a mi disposición su representante. Tenía la posibilidad de ir a Buenos Aires, sin condiciones económicas. Pero de entrada no me gustó la ciudad y dije “en Entre Ríos tengo mucho para hacer, allá hay gente anónima que el público masivo no conoce y quiero contar lo que hacen, en mi lugar”. En otra ocasión, Alfredo Garrido, cuando es designado como director de Canal 9 (Buenos Aires), organiza una promotora de películas. Tenía que ir a promocionar estrenos y demás. Alfredo Garrido me deriva con Armando Barbeito, un conocido productor de los almuerzos de Mirtha Legrand. Me tomaron una prueba y él con un director artístico, a ambos lados de una cámara, me piden que presente un show musical. Al terminar les confesé que había ido porque no podía despreciar la generosidad del director, que es mi amigo, les agradecí, pero les dije que me quería volver a mi lugar. Ellos me pusieron dos ejemplos, “mire que desde su ciudad vino Leonor Benedetto y del interior de Santa Fe, Mirtha Legrand” y le contesté, que mi vocación estaba en Entre Ríos. Después, Alejandro Romay, cuando compra Canal 9 de Paraná, me presentó a Eduardo Duhalde, quien era gobernador en esa época, a la periodista Silvia Fernández Barrios y tuve otras oportunidades de irme a Buenos Aires, pero nunca lo soñé, nunca me lo propuse. Mi intención era solamente ser un buen profesional y brindarme a mi gente.

– ¿Hay mucha diferencia entre lo que eran los locutores de los años 70 u 80 a los actuales?

– Hubo un gran cambio, no solamente en los propios actores, sino también un cambio en la sociedad en general, porque se van perdiendo costumbres y valores. En el ambiente de la radiodifusión, la ausencia del Estado fue lo primordial. La reglamentación de la actuación de los locutores y comunicadores en los medios audiovisuales está reglamentada desde los años 60, que daba cuenta que había que practicar el vocabulario, el idioma y a partir de eso, se determinaba quién podía estar habilitado y quien no para actuar en los medios. En mis comienzos, me la pasé practicando y estando en condiciones de dicción, vocabulario, que era lo que se exigía para poder ingresar a una radio. Tuve una primera posibilidad en una AM de Rafaela, donde no entré porque no tenía el permiso del COMFER, que otorgaba un certificado en función de tener el nivel secundario completo de estudios, una base cultural, buena conducta social, que en esa época era importante y no estoy hablando de la dictadura, porque era en el gobierno democrático anterior. Cuando ingreso a LT 14, logré un permiso transitorio de locución y recién en 1980 habilitan a tomarnos un examen en Radio Nacional Santa Fe y obtengo el título provincial. Y en 1987 rendí todas las materias y obtuve el título de Locutor Nacional.

– ¿Qué significado tuvo haber recibido la Mención de Honor “Domingo Faustino Sarmiento” del Senado de la Nación?

– Es un orgullo enorme, es un premio que tiene el escudo de todas las provincias y la firma de la vicepresidenta de la Nación. Le agradezco a la autora de esta iniciativa, la senadora Sigrid Kunath, una mujer que me enorgullece por su capacidad, imagen, trayectoria. Es un premio que generó algo inesperado y fue multitudinaria la respuesta de la gente. Viví días inolvidables, con cosas hermosas. Me “quebré” más de una vez en los medios… Varios colegas me han invitado a resumir esta historia de vida y a reflexionar sobre la comunicación. Estar en un medio o en un escenario, te convierte en una persona pública y llegás a miles de personas permanentemente y eso que le llaman fama o renombre, lo considero una consecuencia del trabajo. Yo lo tomo como tal…

– ¿Qué rol cumple la familia…?

– Es fundamental. Le agradezco a mi esposa,  porque sin ella, no hubiese podido llegar a esto. Y también a mis 3 hijos, que siempre me “bancaron”. Ya son adultos y tienen su familia, pero en su infancia, un sábado o domingo, cuando había algún acontecimiento de ellos, su padre estaba trabajando en algún escenario. Pero siempre me esperaron y fueron junto a mi esposa, los puntales para poder desarrollar esta carrera…

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