San Benito: Piden soluciones por la polvareda que afecta a las familias

Hace más de 20 años que la familia de Alfredo Cancio (52 años), habita en su vivienda de la calle Guido Marizza de San Benito y más allá que durante 10 años se instaló en Córdoba para trabajar en un tambo, luego regresó y se radicó definitivamente en esta ciudad junto a su esposa Teresa Hofstetter (51 años).

Una vez que culminaron la casa, los integrantes de la familia se dedicaron a sostener un emprendimiento y fue así que en 2008 abrieron un kiosco, lo que dio origen para que Alfredo también se dedicara a la venta de ladrillos, de leña e incluso tenía un camión para realizar fletes.

El negocio se fue ampliando, de acuerdo a la demanda de los clientes e incluso el barrio fue creciendo y se convirtió en un lugar muy visitado por los habitantes del lugar y de la zona.

“Desde el día que arrancamos con el kiosco, que es lo que nos quedó en la actualidad, hemos tenido altibajos y el primero de ellos, fue cuando levantaron el asfalto de la calle, con la promesa que harían la repavimentación. Han pasado varios gobiernos y hasta el momento no hicieron ninguna obra, si llueve no se puede transitar por el barro y si está seco, no se puede tolerar la polvareda que levantan los autos al transitar, lo que considero que fue un retroceso general para el barrio. Tengo 3 hijos Jonathan de 25 años, Lucas de 20 y Nieves de 15, donde Lucas comenzó a tener problemas de alergia por la broza y a mí también me afectó. En mi opinión personal no hacía falta retirar ese asfalto porque estaba un 80% en buenas condiciones, pero así es la política y todavía no se hizo nada al respecto”, explicó Cancio sobre la arteria donde vive por la cual también se trasladan 2 líneas de colectivos, con las consecuencias que también acarrea el ingreso de dichas unidades, tanto los días comunes como cuando llueve.

“Es algo que nos afecta a todos y hablé con el político de turno y todos dicen que no pueden hacer nada porque la plata se la llevó ‘fulano’. Cuando se va al municipio te dicen que no se puede porque la plata ya la mandaron… mientras tanto a nosotros se nos van deteriorando las herramientas, todas las mañanas limpias el piso y a media mañana está todo lleno de polvo”, se quejó Alfredo.

– ¿Cuál es la situación actual en su negocio?

– Las ventas han bajado más del 40% que tiene que ver también por la situación económica que estamos viviendo en general en el país. Antes las ganancias nos alcanzaban para vivir y reponer la mercadería y hoy se nos hace muy difícil recaudar para pagar los impuestos, la luz, la obra social y mantenernos, porque el poder adquisitivo de la gente ha mermado considerablemente.

La ganancia es ínfima y cada vez hay más impuestos, por lo que a los boliches de los barrios se nos hace muy difícil continuar con la actividad, es un gran esfuerzo que tenemos que hacer a diario para seguir. A lo que se suma el deterioro y la falta de mantenimiento de la calle, donde necesitamos que alguien se haga cargo y nos devuelva un poco la tranquilidad que mejorará nuestra salud, por lo menos.

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