Sagemüller SA reconvertirá la ex aceitera en un centro comercial y gastronómico

Sagemuller [1600x1200]El 26 de mayo de 1896, Don Otto Sagemüller, tras su desembarco desde Alemania, pensó en desarrollar una actividad agroindustrial en Crespo y la región. Fue así que creó la empresa Sagemüller, que con el correr de los años, se constituyó en uno de los emblemas de la ciudad, siendo conocida en el orden nacional e internacional por su producción de alimentos, con marcas líderes en el mercado. A lo largo de 119 años, creó miles de puestos de empleo, llegando a tener sucursales en otras partes del país y del extranjero (Brasil). Tras la inesperada muerte de Otto, en 1940, la firma quedó en manos de Francisco “Pancho” Sagemüller, quien siendo muy joven, le dio su impronta, línea que hoy continúa la tercera generación de la familia, el Lic. Franz Sagemüller, quien en diálogo con El Observador, en compañía de su hijo Johann (licenciado en administración de empresas, 28 años, casado) contó sobre el presente y futuro de la compañía, adelantando importantes proyectos:

– Este martes 26, la empresa Sagemüller llega a su 119° aniversario…

– (Franz) Sí y ya pensamos en los 120, a los que llegaremos en 2016, donde haremos seguramente alguna celebración. Son 4 generaciones en la empresa, lo que es motivo de mucho orgullo para nuestra familia, porque no hay muchas compañías en Argentina y especialmente en Entre Ríos, que lo hayan logrado.

– Por su historia, Sagemüller SA se transformó en un emblema empresarial de Crespo y adaptándose a los nuevos tiempos…

– (Franz) Mi abuelo Otto le dio un perfil agropecuario, él era un productor importante en la zona. La segunda generación, cuyo liderazgo la tenía Don Pancho, le dio un perfil más bien industrial, por lo que se empezaron a desarrollar distintas actividades en la empresa. Somos los primeros balanceadores, desde 1946, que es un mérito de mi padre, como también lo fue la incursión en la actividad avícola, que hoy sigue siendo una de nuestras principales actividades. Y la tercera generación, a la cual pertenezco y ahora la cuarta, lo cambiamos hacia un perfil comercial masivo, ponderando fundamentalmente el desarrollo de las marcas y la fuerza de la distribución. Hemos conformado un paquete de productos que se complementan desde la fabricación de harina, de alimentos para mascotas, una línea de pre-mezclas, como flanes, postres, helados, bizcochuelos, el frigorífico de pollos y desde hace 20 años, contamos con un molino arrocero…

– ¿Cómo ve el presente de la empresa, desde la cuarta generación?

– (Johann) Es una empresa con mucha historia, desde chico la vivencié y hoy tengo la suerte de incorporarme a la misma. El desafío es profesionalizar ciertas áreas y lograr equipos de trabajo de gente joven, capacitada, que pueda nutrirse del conocimiento técnico y de ese modo, adaptarnos a los desafíos que nos va a plantear el futuro.

– (Franz) Considero que las empresas necesitan equipos de trabajo altamente profesionalizados y en esa etapa estamos encaminados. En esta empresa, se incorpora gente joven y profesional y los que somos más grandes, contribuimos con la experiencia que podamos tener. Somos conscientes que a la empresa, la tiene que conducir la juventud y la misión que va a tener mi hijo, es precisamente liderar a esa gente joven. El dinero y los activos son un acto consecuente, causal, siempre en una empresa. La gente es el capital más importante para lograr un desarrollo y cuánto más capacitada, leal y comprometida sea, mejor es…

– Hace 5 años se reactivó el frigorífico aviar, ¿dio los resultados esperados?

– (Franz) Hoy las capacidades del balanceado, de incubación y las propias del frigorífico, están superadas. Hemos decidido bajar la producción, porque perdemos eficiencia, pero con lo que hacíamos históricamente, estamos un 20% más arriba. Tenemos una planta de balanceados que trabaja con 3 turnos, porque no alcanzamos a abastecer a nuestros pollos y el frigorífico faena entre 50.000 y 60.000 pollos diarios, es decir, unos 1.200.000 mensuales. La avicultura, es el sector más tecnificado en Argentina, hay que invertir permanentemente para estar activo, siendo un negocio relativamente complejo…

– Hace un tiempo, usted informó que parte de su empresa se trasladaba al Parque de Seguí…

– (Franz) Tenemos en el Parque Industrial de Seguí una propiedad de 4 has… Allí, probablemente vamos a construir un molino arrocero, que hasta hoy funciona en el predio que tenemos sobre calle San Martín (Crespo), que cuenta con 40.000 m2, que es el equivalente a 4 manzanas, donde funcionaba la ex fábrica de aceite… El parque industrial de Crespo tiene poco espacio, no hay forma de hacer algo, lo que sucede que tenemos que hacer una planta de aprovechamiento de subproductos. En el momento que hubo oportunidad de pensarlo, el municipio fue consultado y no había terrenos disponibles, pero el intendente de Seguí fue muy atento con nosotros y estaremos ahí prontos a empezar a construir…

– Pero no se enteró que la municipalidad de Crespo compró 16 has. en 2012 para ampliar el Parque…?

– (Franz) … creo que la municipalidad de Crespo debería seguir el ejemplo de Seguí. Hoy apropiar la fuente de trabajo requiere una dedicación personalizada. El intendente de Seguí no nos dejó respirar un minuto, hasta que escrituramos en Seguí, eso no sucede en Crespo… Diamante no tiene infraestructura, pero Seguí se preparó para eso y pronto va  un frigorífico a Seguí…

– ¿Qué harán con el amplio predio donde está la ex aceitera y el molino arrocero?

– Vamos a reconvertir una actividad industrial, que va a contribuir a darle un brillo interesante. Imagínense lo que puede valer una propiedad de 40.000 metros cuadrados sobre calle San Martín. Es un edificio con un parque de 7.500 m2 y que de una actividad industrial se van a reconvertir a una suerte de centro comercial, con restaurantes, patio cervecero, un lugar social donde desarrollar la gastronomía. En memoria a mi hermano y mi abuelo, probablemente lo vamos a llamar el Otto Center. Va a haber un Otto Shop, todo relacionado con la marca de Don Otto. Va a ser muy interesante, para no solamente la comunidad de Crespo, sino para los alrededores, Seguí, Ramírez, Nogoyá, Lib. S. Martín, Puiggari, Diamante, María Luisa… Para los fines de semana, la idea es entretener a la gente y tener cosas para ofrecer. Sagemüller piensa que está en condiciones de hacerlo, con un centro de convenciones, un espacio verde para los chicos y todo lo que es alimentos, lo queremos desarrollar en ese lugar. Tendrá un espacio de estacionamiento de entre 300 y 400 metros. Contratamos a un grupo de arquitectos de Rosario, especialistas en centros comerciales, con los cuales vamos a desarrollar esta iniciativa. A grandes rasgos, el proyecto está definido, pero esto requiere de muchos recursos y eso va a llevar un tiempo importante…

– (Johann) Hemos compartido el proyecto con mi padre, me contó la idea de reconvertir el espacio para brindar otra opción y hemos optado por este centro, donde se puedan llevar a cabo espectáculos sociales y musicales durante los fines de semana y que generen un atractivo para Crespo y los pueblos vecinos…

– (Franz) Quizás para algunos, la familia Sagemüller es un poco aburrida, porque solamente piensa en el trabajo. La empresa decidió ser divertida también y vamos a trabajar en ese espacio, en el esparcimiento y en hacer una gran contribución para que Crespo se transforme en una gran ciudad, porque está cada vez más linda…

– Sagemüller también trabaja en Buenos Aires…

– (Franz) Sí, allá tenemos un centro de premezclas recientemente inaugurado. Todo lo que es harinas para Capital y Gran Buenos Aires lo atendemos con producción en ese lugar. El molino de Crespo cubre la región Litoral, centro y noroeste y en Buenos Aires por los altos costos logísticos, lo debemos hacer de esa manera. El costo del flete tiene una incidencia muy importante…

– ¿Cuántas granjas avícolas tienen en la actualidad?

– (Franz) Tenemos alrededor de 10 granjas e integramos más de 40 en total. Terminamos de construir hace un año y medio todo lo que es recría, en Pueblo Brugo. Tuvimos que ir a una zona sanitariamente limpia, porque en Crespo era imposible. Hay competidores nuestros que se han ido a 250 km. porque el tema de la bioseguridad es fundamental. En Brugo, tenemos dos núcleos de recría que están a la vera del río Paran y ubicadas entre dos estancias muy grandes que nos permiten asegurarnos un mínimo de 5 km. de distancia frente a otra granja, que es lo que el SENASA exige.

– ¿Sigue teniendo un hangar en la zona de Camps?

– (Franz) Sí, en la granja Las Malvinas, entre Crespo y Ramírez, con una pista. Mi hijo es piloto. Yo prefiero andar en mi camioneta y con los pies sobre la tierra…

– (Johann) Tenemos un Cesna 182. Soy piloto desde hace unos 5 años, se disfruta de vez en cuando volar por esta zona, que resulta muy linda verla desde arriba, con sus campos y ríos…

– ¿Tienen algún otro proyecto en el mediano y largo plazo?

– (Franz) Toda empresa que no avanza, involuciona. Tratamos de crecer todos los años entre un 5% y un 10%…

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