¿Sabe que alguien puede morir porque usted no donó un poquito de su sangre?

Cuando una persona pierde una gran cantidad de sangre en un accidente de tránsito, doméstico, en una operación o transplante, por una hemorragia o mientras se practica ciertos métodos clínicos para mejorar sus problemas de salud, puede que sea necesario que reciba una transfusión, para reponer los componentes que se fueron del cuerpo. La sangre humana es una sustancia que hasta el momento no se puede sintetizar, por lo que indefectiblemente debe ser extraída de otra persona. Existen en torno a este tema mitos y verdades, que generan en muchos ciertas dudas a la hora de tomar esta decisión altruista y solidaria, por lo que El Observadorconsultó acerca de algunas de ellas con los bioquímicos responsables del Banco de Sangre del Sanatorio Adventista del Plata.

Se sabe que a nivel nacional el panorama parece ser cada vez más crítico, dado que según las últimas estadísticas, se transfunden 1,5 millones de unidades anuales, que en su mayoría son cubiertas por los familiares y amigos íntimos del enfermo, que ante una emergencia o situación crítica se ofrecen como donantes. Pero el tiempo es un factor que incide negativamente en muchos casos y cientos de argentinos fallecen por no recibirla prontamente. En aquellas localidades donde no existe un Banco de Sangre, la falta de stock permanente resulta letal para los pacientes en riesgo y la situación sólo puede revertirse acrecentando las donaciones voluntarias, para que en todos los centros asistenciales haya disponibilidad de esta sustancia.

Datos importantes

No es dolorosa: El único momento en el que se puede sentir una sensación desagradable es en el momento del pinchazo, como ocurre al aplicarse cualquier inyectable. Se utilizan agujas especialmente diseñadas, que son sumamente finas y sólo algunas personas perciben un cosquilleo mientras se extrae la sangre, pero que no alcanza a ser un ardor.

El donante no se debilita: El organismo no tiene ninguna dificultad para renovar los componentes extraídos. Incluso se incrementa la función de producción de hematíes, plaquetas, plasmas y hemoderivados en la médula ósea. La legislación obliga a que entre 2 donaciones transcurran al menos 2 meses y además no permite que los hombres lo hagan más de 4 veces al año o que las mujeres donen en más de 3 oportunidades por año. Respetando esos límites, resulta una práctica solidaria y saludable.

No se generan complicaciones post-donación: Sólo los trabajadores que realizan grandes esfuerzos físicos o trabajan a una gran altura, deben esperar un mínimo de 12 horas antes de reanudar su actividad. Se recomienda comer o beber algo después de la extracción y durante las siguientes 24 horas aumentar la ingesta de líquidos que no contengan alcohol.

Es una práctica rápida: Se estima que una donación de 450 ml. (una unidad) insume entre 5 a 10 minutos, tiempo que puede variar dependiendo de las características de las venas de cada persona. Asimismo, hay quienes prefieren hacer el movimiento de bombeo con sus manos (abriendo y cerrando el puño), para que el pasaje de sangre sea más rápido.

Las alteraciones encontradas son informadas confidencialmente: Es un procedimiento clínico de suma reserva. Una vez realizada la extracción, se determina el grupo sanguíneo y se examina la existencia o no de anticuerpos irregulares, sífilis, VIH (SIDA), hepatitis B y C, GPT (transaminasas), todo lo cual será informado por escrito y confidencialmente al donante. No obstante, tras la detección de cualquier enfermedad, debe realizarse otro análisis de repetición para asegurar el resultado. Después de verificada la condición de la sangre y de no estar contaminada, se separa por componentes, así el paciente con urgencia recibe sólo lo que necesita y con una sola donación se ayuda hasta a 3 enfermos.

Día Internacional de la Donación Voluntaria de Sangre

Desde el año 2000, cada 14 de junio se celebra el Día Internacional de la Donación Voluntaria de Sangre, fecha que fue instaurada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en homenaje a Kart Landsteiner, descubridor de los grupos sanguíneos A, B y O. Este día, se honra a los donantes y se busca concienciar para que la gente adopte hábitos sanos y sea responsable de su salud como para ser también un donante. Según el mencionado organismo, cada año se recogen en el mundo 81 millones de unidades de sangre, de 450 ml. cada una. Sin embargo, sólo un 45 % de esas donaciones se realiza en los países en desarrollo y en transición, donde se concentra más del 80 % de la población del planeta. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) promueve que lo óptimo es contar con entre 35 y 38 donantes por cada 1.000 habitantes, cifra de la cual Argentina dista bastante.

La OMS busca crear un sistema de centralización de las unidades de sangre donadas, para que las mismas estén disponibles para cualquier persona de un mismo país que lo necesite. Cuán importante sería, que como sociedad se comience a pensar en lo vital que resulta pasar del actual modelo de donación de sangre de reposición, a uno habitual y voluntario, para que la misma nunca falte.

Requisitos básicos para ser donante

Tener entre 18 y 65 años, con un peso superior a los 50 Kg. Presentar tensión diastólica (mínima) no superior a 10 y sistólica (máxima) inferior a 18 y pulsaciones regulares. No estar en ayunas. No haber tenido infecciones víricas (catarro, faringitis o similares) en los últimos 7 días. En caso de haber viajado a zonas endémicas de paludismo como algunos países de Hispanoamérica, África y Asia durante el último año, es necesario hacérselo saber al profesional. El valor de hemoglobina en hombres debe ser superior a 13,5 gr./dL y el de mujeres, estar por encima de los 12,5 gr./dL. No haber sido diagnosticado en algún momento de Hepatitis o SIDA.

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