Rubén Rezett: “Todavía me siento dirigente”

Mano a mano con Rubén Rezett. Quien fuera presidente de la Liga de Paraná Campaña entre 1982 y 2019, dialogó con El Observador. Repasó algunos momentos importantes que llevaron al crecimiento del fútbol regional. (Foto: Diego Salcedo)

Como futbolista lució los colores de Atlético María Grande y Litoral, hasta que se sumergió en el mundo dirigencial, un mundo del que se reconoce desde muy chico. Asumió la presidencia de la Liga de Fútbol de Paraná Campaña en 1982 y desde entonces no la dejó hasta septiembre de 2019.

Rubén Rezett dialogó con El Observador. Resaltó el trabajo efectuado para que la Liga sea reconocida en Entre Ríos y en otras provincias. Afirmó que todavía se siente dirigente y respondió sobre si le gustaría volver a ser presidente. También opinó respecto a la ausencia de representantes en el Torneo Regional Federal Amateur.

– ¿Cómo fue su llegada a la Liga?

– Jugaba al fútbol en Litoral y me habían invitado para participar en la Liga, lo hacía como vocal, hasta que en una ocasión el Dr. Font (fue presidente) me dijo: “Tenés que ser jugador o dirigente, no podés estar en los dos lados”. Y tenía razón. Dejé el fútbol y desde ese año estuve vinculado a la Liga. Pasé un año siendo vicepresidente y al poco tiempo me hice cargo de la presidencia en 1982, por más de 35 años. Entre todos comenzamos a mejorar a nuestra Liga, me fueron eligiendo sucesivamente y seguimos el camino para que nuestro fútbol creciera.

– Durante ese tiempo llegó la posibilidad de competir en el fútbol de ascenso.

– Leyendo un boletín del Consejo Federal explicaba que para participar en los Torneos Regionales, la jurisdicción deportiva debía tener 50.000 habitantes. Hice rápidamente un cálculo en base a la jurisdicción que tomaba nuestra Liga, elaboramos un mapa, me comuniqué con Censo de la provincia y me dieron que la cantidad de habitantes era de, aproximadamente, 52.000. Con eso tenía una batalla ganada. Pero después debíamos contar con un estadio con capacidad para 4.000 espectadores, con 1.500 plateas y nosotros no sabíamos lo que era ni un alambrado olímpico. Tuvimos que hacer tribunas, hice el plano de tribunas de 12 metros para cada club las que si juntabas eran de una cuadra entera. Trabajamos sobre la cancha de Atlético María Grande que había sido campeón y tenía la posibilidad de jugar el Regional, entonces hicimos una platea del lado sur donde se ponían sillas. Vinieron del Consejo Federal la primera vez y lo único que notaron es que habían agujeros de pozos y movimientos, convocamos a la gente que nos ayude y se solucionó. Luego vino el inspector del Consejo General, un muchacho de la provincia de Santa Fe, hablamos y le dijimos que era importante para la Liga jugar el torneo, fuimos a hablar con el intendente, luego a la cancha y había como 300 personas trabajando. Entonces en ese lugar me dijo que él había hecho lo mismo cuando su equipo ingresó al torneo, que entendía cómo era. Me señaló que una vez terminado todos los trabajos, saquemos las fotos para enviarlas. Nos autorizaron a jugar en 1985 y desde entonces nuestra Liga empezó a crecer y a ser conocida en otras ciudades.

Con Milton Casco y Paolo Goltz, dos jugadores surgidos de estas tierras y que llegaron a la elite, incluso conquistando títulos internacionales.

– Ascensos, equipos competitivos, finales masivas, árbitros de Primera, jugadores llegando al fútbol grande… ¿Cuál ha sido para usted el momento más importante durante su mandato?

– Todas fueron grandes satisfacciones y alegrías. A veces pienso que pudimos hacer tanto, es un camino muy largo el que recorrimos, con muchas flores que pudimos recoger, pero también con mucho sacrificio y esmero. Hemos logrado grandes cosas, además de los resultados futbolísticos hemos contado con un colegio de árbitros que dio frutos. Teníamos un plantel de jueces importantes, por ejemplo Marcelo López fue elegido varias veces para dirigir en el fútbol del interior. Todo crece y cae. Es cuestión de seguir en la lucha y continuar manteniendo todo lo que se ha logrado gracias al esfuerzo de muchos. Es un camino duro, pero al final se llega. Con trabajo, con dedicación y honestidad, llegamos lejos. Fuimos honestos, siempre dije que si un dirigente dice la primera mentira, se termina el dirigente. Nunca prometimos lo que no podíamos dar. Los clubes siempre depositaron la confianza en nuestro trabajo y así fuimos avanzando.

– En aquellos primeros años, ¿alguna vez pensó que podría ser presidente por tanto tiempo?

– Siempre fui dirigente de fútbol, desde que era chiquito. Jugaba al fútbol en la canchita de la Iglesia desde la siesta hasta que oscurecía. Siempre dirigía un equipo, lo armaba y participábamos en campeonatos de barrio, después tenía equipos con los que jugábamos Nocturnos que se hacían en Atlético María Grande. Cuando fui a estudiar a Córdoba, también teníamos equipos allá. Cuando volví a la ciudad, seguí jugando y luego formé parte de la Liga. El fútbol para mí era una pasión, como dirigente lo sentí así. Uno nace para dirigir, era algo normal para mí serlo, toda la vida fui dirigente de fútbol.

“Como dirigente de tantos años de la Liga, me dolió un poco no tener representantes en el Torneo Regional”.

Rezett

– ¿Hoy se siente dirigente?

– Sí, todavía me siento dirigente. Me siento bien. Tengo ganas de seguir ayudando y aportando lo que uno sabe. Así que en cualquier momento algo va a surgir.

– ¿Intentaría presidir nuevamente la Liga?

– No, no quiero decir eso. Me dieron un cargo más grande que me brindaron los clubes al nombrarme Presidente Honorifico, eso es muy valioso para mí. Si puedo colaborar en algún lugar, lo voy a hacer porque me siento bien y con ganas. Es muy difícil cortar de golpe una actividad que venía haciendo desde adolescente y aún me siento con energías de seguir colaborando.   

– ¿Qué le produjo el hecho de no tener representantes de Paraná Campaña en el Torneo Regional Federal?

– Como dirigente de tantos años de la Liga, me dolió un poco no tener representantes. Nos costó demasiado entrar para jugar contra otros equipos importantes cuando comenzamos con Atlético María Grande en 1985. Jugamos con Gimnasia de Concepción del Uruguay, con elencos de Concordia, Patronato y otros. Nos costó mucho esfuerzo cumplir con las condiciones del Consejo, entrar a participar y medirnos con los grandes. Durante 35 años mantuvimos esa plaza, logramos ascensos y la Liga había tomado un prestigio importante que se logra a través de la participación en estos certámenes y de los logros deportivos. Al abandonar ese camino, va a costar mucho trabajo retomar la senda que tenía la Liga. Personalmente no me gustó mucho, pero los nuevos dirigentes tendrán pensado otra cosa. Yo veía que si la Liga seguía participando, iba a seguir creciendo.

En 1988 comenzaron a llegar árbitros de Primera División para los cotejos decisivos. En la foto, Federico Beligoy.

– En esta ocasión los equipos no quisieron participar por cuestiones económicas. Usted también debió afrontar algunos casos, ¿cómo los convencía?

– Hasta el último momento los alentaba para que participaran, de la importancia que tenía estar en ese certamen. Habían dirigentes comprometidos con el fútbol y afrontaban el desafío. Nunca fue fácil la participación en los torneos de ascenso, siempre fue difícil, pero con esfuerzo, dedicación y trabajo, se logra. Ser dirigente no es hacer lo que quieren todos los clubes, ser dirigente es llevarlo a los clubes por el buen camino, indicarles dónde está el objetivo y seguir adelante. Nosotros no pretendemos jugar en Primera División pero el fútbol de ascenso es siempre importante y Paraná Campaña estaba presente. Jugar contra los equipos de Paraná, contra los mejores de Entre Ríos y de otras provincias… Era un orgullo que un equipo de la Liga esté participando y los dirigentes no tienen que perder ese objetivo porque es un retroceso.

– Hace unos años, en el 2012, mencionó que “en pocos años habría un equipo en Argentino B”. Al poco tiempo, sucedió. ¿Veía que se estaba gestando esa posibilidad?

– Sí, venían trabajando muy bien. Veía que nuestro fútbol estaba maduro, se jugaba muy bien, pensaba que íbamos a tener la posibilidad y así surgió. En la cancha somos 11 contra 11 y se vivieron tardes gloriosas en Paraná Campaña, momentos de mucha pasión que se disfrutaron con intensidad. Siempre me gustaron las cosas difíciles y desafiar a los más grandes. Cuando comenzó la historia de jugar en la provincia, era un equipo de María Grande con 5.000 habitantes contra equipos de grandes ciudades como Concepción del Uruguay, Concordia o Paraná y no teníamos miedo. Se ganaba y comenzamos a ser vistos de otra manera.

“Es un camino muy largo el que recorrimos, con muchas flores que pudimos recoger, pero también con mucho sacrificio y esmero”.

– ¿Cuánto influyó la llegada de Universitario de Libertador San Martín en el crecimiento futbolístico de los equipos? Hubo mucha gente que se opuso a su inclusión.

– Armó equipos con buenos jugadores y eran todos de Paraná Campaña. Practicaban, se concentraban y actuaban con profesionalismo. Tuvo en Rolando Barrera a un gran director técnico, era un equipo invencible y estuvo muy cerca de ascender en el Torneo Argentino. A Paraná Campaña lo profesionalizó en cuanto a su trabajo, a la preparación para encarar un certamen, en cierta manera potenció nuestro fútbol.

– Históricamente la Liga ha tenido equipos de 10 localidades. Durante su larga presidencia se fueron sumando elencos de San Gustavo, Sauce de Luna, La Paz, Libertador, Crespo… ¿Por qué esos equipos de otras Ligas querían jugar en Paraná Campaña?

– Siempre tuve las puertas abiertas de la Liga, nunca le dije que no a nadie. Al que quería entrar, le indicaba cómo seguir, los pasos administrativos y demás. Cuando les preguntaba por qué querían venir, muchos respondían que era por la trascendencia, el prestigio y por querer verse en esas finales de canchas repletas con árbitros de Primera División. Recuerdo que San Gustavo jugaba cada tanto un partido, era muy discontinuo; los elencos de Crespo se cansaron de ciertas situaciones en la Liga Paranaense; Universitario del departamento Diamante quería potenciarse y eligió nuestro torneo. A todos les dimos la posibilidad. Hoy contamos con 21 instituciones. La Liga se hizo poderosa, fuerte y espero que se mantenga así por un largo tiempo.

Por Mauricio Jacob

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