Rosario del Tala: Descubrieron un mural en homenaje a Gilda Vargas

Con el objetivo de visibilizar mujeres empoderadas y luchadoras, desde la CTA Género y Diversidad Mesa Tala, se homenajeó a Gilda Vargas con el descubrimiento de un mural. La obra fue realizada en una de las paredes del Complejo Cultural “Atahualpa Yupanqui” de Rosario del Tala, con la creación de la artista plástica Macarena Zapata, quien tuvo la ayuda de Tomás Romero.

Desde el grupo que llevó adelante la organización de tal reconocimiento, destacaron: “Rescatarla de la memoria colectiva, ya significaba todo aquello que queríamos poner en palabras y no podíamos. Elegimos el Complejo Cultural para plasmar su huella, un mural que invitará a los y las transeúntes a preguntarse por esa bella mujer. Con la presencia de familiares y referentes de diferentes espacios políticos, sindicales, gremiales, sociales se descubrió la obra”.

Gilda Vargas “creó los comedores comunitarios durante la crisis de 2001 cuando se cruzó por la calle a dos niños pidiendo. Ella no vio el comedor terminado, pero lleva su nombre. Ejerció la docencia con el alma y el cuerpo, entendió que la lucha era en contra de las fumigaciones, cuando la educación la llevó a las aulas rurales. Allí, la fumigación no se cuenta, se vive en carne propia”.

 

SU VIDA

 

Nacida en Goya, Corrientes, en 1950, fue la mayor de cinco hermanos. Hija de Juan Crisóstomo Vargas, panadero de oficios, y de Florentina Alegre, una mujer fuerte “todo terreno”, quienes supieron transmitirle la templanza, la indignación ante las injusticias y ese sentir profundamente peronista que tiene que ver con el respeto a la gente del pueblo y con la lucha concreta por el cambio real de las condiciones de vida.

Gilda fue catequista en Goya. Vinculada a Monseñor Devoto recorrió los parajes rurales participando de la organización de los tabacaleros en las Ligas Agrarias en la década del ’70.

Estudió magisterio y ejerció desde muy joven como maestra de nivel primario. Vivió en Buenos Aires en Villa Jardín, en la idea de trabajar en la transformación social de la vida del lugar.

Fue maestra rural en Raíces, Galarza, Tala, Echagüe; función que desempeñaba acompañada muchas veces por alguno de sus cuatro varones y con el puntal de su vida que fue su madre, doña Florentina.

Militante histórica de AGMER (Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos). Activa participante de los Congresos, se destacaba en la discusión política y gremial. Sensible a las problemáticas de su pueblo participó activamente de la CTA, fue representante por esta Central en el Consejo de la Magistratura.

Infatigable, siempre activa; sus últimos años los compartió en el disfrute de su nieto, junto a la lucha por un Modelo Productivo libre de Agrotóxicos, vinculándose al movimiento nacional que lidera Jorge Rulli.

“Así la recordamos: maestra de alma, militante de las causas justas, una mujer extremadamente sensible a las problemáticas y al sentir de su pueblo. Frontal, irreverente, corajuda: así era ‘la Gilda’”.

 

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