Ramírez: Mariela Mohr, recientemente jubilada contó sobre su tarea docente

La comunidad educativa de la Escuela Nina Nº 13 “Blanco Encalada” de General Ramírez (Departamento Diamante), compartió una sencilla, pero emotiva jornada, en homenaje a la docente Mariela Mohr, quien días atrás obtuvo el beneficio de la jubilación.

En este sentido, los integrantes del equipo de tareas de la institución, le organizaron el pasado 1 de julio un recibimiento sorpresa, donde expresaron gratitud y felicidad para Mohr, a través de mensajes de despedida, regalos y también con una pancarta ubicada en el ingreso del establecimiento escolar.

Son momentos especiales en la vida de los trabajadores de la educación y al respecto la ahora docente jubilada, con 33 años de profesión dialogó con El Observador y comentó que “estudié en el Colegio Sagrado Corazón de Crespo y me recibí en agosto de 1988. A los pocos días me llamaron de una escuela rural del Departamento Victoria, como personal único, con unos 12 o 13 alumnos donde estuve un poco más de un mes. Tenía 19 años y estaba sola, había a unos 200 metros un destacamento policial, pero a la noche tenía miedo entonces prendía una radio para no escuchar ruidos, por lo que así fueron mis inicios en esta profesión. Luego al año siguiente hice una suplencia en Diamante y continué en otras escuelas de Ramírez. Mi mayor carrera ha sido en la Escuela Nº 13, donde también cursé toda la primaria, desde jardín de infantes hasta 7mo. grado; estuve como secretaria titular durante años y antes de jubilarme estaba cumpliendo una suplencia en la vicedirección. Fueron muchos años en esta querida escuela, por eso agradezco a las distintas personas que me ayudaron y acompañaron en este grato camino que he recorrido, que tuvo gratos momentos, otros no tantos, pero que quedarán en mi recuerdo por siempre. Recibí muchos mensajes de reconocimiento, por parte de mis compañeros, ex alumnos, amigos, vecinos, familiares, que ha sido una satisfacción y alegría enorme para mí, ese sentimiento que me han demostrado y que fue hasta el último día que estuve en la escuela. Siempre digo que me llevo la amistad de muchos compañeros, tuve la ayuda de mis colegas, de mis superiores, de directivos que me han enseñado un montón de cosas, que me fue permitiendo aprender y acumular experiencias, que son muy valiosas en nuestra profesión y que luego yo también pude transmitir y devolver la ayuda que recibí. Quedarán en mí por siempre distintos momentos que compartí y con gente muy valiosa que estuvo dispuesta a ayudarme, tenderme una mano, en cada situación que viví”.

– ¿Tiene pensado cómo seguirá su vida ahora?

– En esta ciudad somos mi mamá y yo, mi hermano, mi cuñada y mis sobrinos viven en San Luis y por el momento no quiero pensar en nada, ni hacer proyecciones. Voy a descansar y hacer lo que no he podido realizar en todos estos años, que son cosas comunes que por el ritmo de vida que tuve, por los horarios a cumplir, no las pude hacer ni disfrutar, porque la educación implica dedicación las 24 horas del día y más en estos tiempos de pandemia, donde afrontamos diversas situaciones muy difíciles y desgastantes.

Han sido muchos años de trabajo, de brindar mis conocimientos y ayudar a distintos alumnos, también de compartir innumerables propuestas con mis compañeros y directivos, que felizmente fueron parte de mi vida.

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