¿Qué pasa cuando tiramos pirotecnia? Campaña de prevención en Crespo

“Como la sociedad de Crespo que somos, que colaboramos con los demás y empatizamos, ¡por favor! te pedimos que no uses pirotecnia sonora”. Este es el pedido de Cristian, quien en su familia cuenta con una persona con autismo. “Puede ser muy lindo ver luz y escuchar cómo explota esa pirotecnia, pero les afecta de tal manera que hasta les produce dolores”, agregó su esposa.

Crespo cuenta con una Ordenanza sobre pirotecnia. Es la Nº 53/2020, donde se prohíbe todo tipo de pirotecnia sonora, esto es desde un cohete muy pequeño hasta una bomba de estruendo. “La Ordenanza es muy clara, Está totalmente prohibido el uso de pirotecnia sonora, como así la tenencia y comercialización”, puntualizó el veterinario, Javier Malavassi quien trabajó en esta normativa durante su función en el Concejo Deliberante. Es así que para estas fiestas se implementó la campaña de concientización “Yo digo no a la pirotecnia”.

¿POR QUÉ DECIMOS NO?

“La pirotecnia de alto impacto afecta a personas con hipersensibilidad auditiva, niños con trastorno generalizado del desarrollo, niños y adultos con trastorno de espectro autista, bebés recién nacidos y personas con estrés postraumáticos que han sido expuestas a accidentes o ruido de alto impacto”, explicó la psicóloga Sabrina Angresano.

“La exposición a ruidos fuertes genera lo que llamamos la desregulación emocional, que se manifiesta contundentemente con el llanto, crisis de angustia, ansiedad, nervios y/o taquicardia” y recomendó que “nunca deben ser una alternativa las soluciones de emergencia, como administrar medicación, ponernos tapones en los oídos o aislarnos en habitaciones cerradas”.

Desde su mirada como fonoaudióloga, Silvia Di Franco detalló que “una explosión de pirotecnia puede llegar a casi 170 decibeles mientras que un despegue de un avión está entre 130 y 140. Es decir, supera ampliamente esos parámetros”.

Si bien, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió que una persona adulta puede soportar -sin llegar a un daño auditivo- hasta 140 decibeles y un niño 120, los pequeños son “más vulnerables al tener mayor riesgo de daño auditivo debido a que su sistema auditivo todavía no está totalmente formado y son los que siempre están más próximos a este tipo pirotecnia en las fiestas”, explicó Di Franco.

Entre las consecuencias que traen aparejado el uso de elementos explosivos, además de quemaduras o lesiones en la vista, están los daños auditivos. “Nos referimos a un sonido de corta duración, pero de alta intensidad. Este daño puede ser transitorio o permanente y, muchas veces, es irreversible”, puntualizó la fonoaudióloga.

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