¿Qué hacer ante una picadura de alacrán?

En las últimas décadas, las picaduras de escorpiones (alacranes) representan la mayor cantidad de accidentes con animales venenosos en Argentina, con 8.000 casos y una mortalidad de entre 2 y 8 personas cada año. Se estima que son cerca de 60 las clases de escorpiones, aunque sólo la picadura de un pequeño grupo de los mismos, es peligroso para los seres humanos.

Ante un accidente de estas características, se recomienda aplicar hielo y consultar rápidamente al médico y en lo posible, llevar el alacrán para ser identificado. Ante la confirmación o sospecha de envenenamiento, la persona debe ser trasladada con urgencia a un centro de salud para evaluar la gravedad del envenenamiento, se informó a El Observador.

La responsable del Centro de Información, Asesoramiento y Asistencia Toxicológica de Entre Ríos, Analía Corujo, explicó que “los escorpiones prefieren estar en lugares secos, debajo de piedras, ladrillos, cañerías, entrepisos y pozos. Pero también se los encuentra en sótanos, túneles, depósitos, desagües y cámaras subterráneas. Son más activos durante la noche y se alimentan de artrópodos, especialmente de grillos y cucarachas”.

En cuanto a la protección personal, se recomienda sacudir bien la ropa antes de colocársela, mantener la limpieza de muebles y espacios y tener el hábito todas las mañanas, de sacudir el calzado antes de usarlo. Además, resulta efectivo colocar filtros en las bachas de la cocina y el baño, ya que los escorpiones se acercan a las viviendas por los resumideros y cañerías. También asegurar las ventanas con telas mosquiteras o de trama fina y poner burletes en las puertas. “Si uno les brinda refugio y agua, el alacrán va a entrar a la casa. Los insectos son el alimento que prefieren, por lo tanto hay que mantener el hogar libre de cucarachas” remarcó Corujo.

En lo que respecta a los síntomas, estos se inician al pasar 30 a 45 minutos de la picadura. Se presentan alteraciones cardiovasculares (taquicardia y luego bradicardia, opresión precordial, arritmias, insuficiencia cardíaca), respiratorias (taquipnea, bradipnea, distrés, edema agudo de pulmón), hipersecreción glandular (sialorrea, rinorrea, epífora, sudoración), cefalea, palidez e hipotermia. También, dolor abdominal, diarrea, vómitos (se consideran signo de gravedad), al igual que los trastornos del sensorio (confusión mental alternada con excitación psicomotriz, temblores y/o convulsiones tónico clónicas).

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