¿Qué es y cómo se combate el “mal aliento”?

La halitosis (mal aliento) tiene una gran prevalencia en la población general, tanto que más del 60% de las personas la padecieron en algún momento de su vida. Por lo general, se presenta al despertar por la mañana, cuando las estructuras de la boca han estado en reposo, siendo más frecuente en quienes superan los 50 años de edad.

Desde el punto de vista médico, en 1874 fue descripta como una entidad clínica por primera vez; sin embargo, fue durante estas últimas décadas cuando se asistió a un gran crecimiento en la publicación de trabajos científicos y sus causas, se han determinado cada vez con más claridad. Cabe consignar que en el 90% de los casos, este “mal aliento” proviene de la cavidad bucal. No obstante, también puede tener su origen en el sistema respiratorio o digestivo, pero con menor frecuencia.

En la actualidad, el concepto “halitosis” trasciende ya lo físico y biológico y se une también a lo psicológico. Las reglas sociales marcan la importancia de la imagen personal en las relaciones interpersonales y parecer bien, implica oler bien o no oler mal.

Profesionales médicos expresaron a El Observador que “generalmente, no se consulta mucho por esta situación” y brindaron algunas recomendaciones para combatir este problema, como “realizar el cepillado de los dientes, al menos 3 veces al día o después de cada comida y usar hilo dental al menos una vez por jornada, para quitar los restos de comida. Hacer un enjuague bucal con flúor también es efectivo, porque ayuda a eliminar bacterias que lo causan”.

Los restos de comida que quedan en la cavidad antes mencionada, pueden ser un medio de crecimiento de bacterias que generalmente son anaeróbicas, es decir, que viven en áreas libres de oxígeno. Las mismas se alimentan de la placa bacteriana presente en la boca. Esta combinación produce la formación de compuestos sulfurados que son los responsables del “mal olor”. 

El uso del tabaco es otra de las principales causas que puede producir “mal aliento crónico”, ya que el alquitrán y la nicotina se acumulan en las superficies de la boca. Además, fumar bloquea el flujo de la saliva, lo que lleva al crecimiento de bacterias.

Asimismo, existen enfermedades que pueden afectar el aliento, como las infecciones de los conductos respiratorios, sinusitis crónica, goteo postnatal, bronquitis crónica, la diabetes, molestias gastrointestinales o dolencias del hígado o los riñones son algunas de las afecciones que se manifiestan de manera secundaria.

El consumo de caramelos refrescantes puede ayudar momentáneamente, pero “la solución sólo se encuentra en un adecuado hábito de higiene bucal, que de no practicarlo, puede afectar la vida social, entre otros aspectos que dañan la imagen de la persona. Uno de los problemas más serios de esta enfermedad, es que muchos de los que la sufren no lo saben, debido a que conviven con la misma todo el día”.