Psicólogos brindan consejos a padres de cómo deberían controlar a sus hijos ante el avance de la tecnología

Estuvieron esta semana en el “Centro Periodístico de Entre Ríos”, los psicólogos de Crespo, Pablo Roberto Lillo y Vanesa Bolenberg, quienes en diálogo con El Observador y el programa “Fernando Huck Reportajes” de Canal 6 ERTV, dialogaron entre otros temas sobre “CONTROLES PARENTALES”, límites a hijos y cómo los dispositivos electrónicos pueden afectar a niños y adolescentes, pero también ser una herramienta de aprendizaje.

Bolenberg destacó que “en estos últimos años hubo muchos cambios, por ejemplo, hoy los adolescentes y niños son muy activos y no son tan dóciles como antes, cuestionan y se mueven de una forma que tal vez nosotros no lo hicimos cuando éramos chicos y lo mismo ocurre con los adolescentes, que tienen otra realidad. Fundamentalmente desde 2000 a la fecha, hemos visto modificaciones en la forma de entender la crianza, porque los padres también tienen otra manera de criar a los hijos. La forma tradicional, estaba orientada muchas veces al castigo, incluso físico, que hoy ya está entendido como una forma de maltrato. Pero tampoco debemos quitarnos la responsabilidad que tenemos como padres. En la actualidad, hay chicos que en muchas cuestiones están solos en algunas decisiones, por ejemplo, con el uso de las pantallas y de los dispositivos móviles a muy temprana edad y hasta se los ve muy solos en términos emocionales. Los que somos padres, además de psicólogos y para los que son padres sin ser psicólogos, estas cuestiones son muy desafiantes y muchos, no saben cómo abordarlo. En ese sentido, no se trata de pensarlo de una manera conservadora, pero tampoco podemos ser negligentes en el cuidado de los chicos…”.

– (Lillo) También ha cambiado la modalidad y la dinámica familiar y la pandemia, aceleró el uso de las pantallas, celulares y redes sociales, porque al no poder tener los chicos la presencialidad en las escuelas, no había otro medio para los trabajos prácticos que no sea el virtual. Además, hoy los chicos son como que nacen con el celular en la mano, vemos a niños de 2 o 3 años pasando el dedito, bajando aplicaciones, borrando… Hoy le llaman el “chupete electrónico”, porque se lo dan al niño que “molesta”, cuando en realidad lo más sano es que esté jugando, haciendo “lío”, irrumpiendo, que son los mejores indicadores de un niño feliz, que quiere descubrir su mundo, pero como el padre o la madre tienen que hacer otras cosas, se le acerca un celular y quizás está con el mismo, una hora o más por día, frente a algo que le genera solamente placer, no hay algo que lo frustre. Es como darle a un niño un cofre de dulces y que coma todo lo que quiera. Y va a comer todo lo que pueda hasta que le duela la panza o se empache. Eso, imaginémoslo afectándole el celular a su pequeño cerebro en formación. El problema es muy grave y los padres deben estar a la altura de las circunstancias, que sepan decir que “no”, que se aguanten al niño tirado en el piso llorando media hora, porque es parte de su crecimiento, de aceptar esa frustración, porque le va a permitir, en unos años, ser un adolescente que pueda tener metas y proyectos a largo plazo…

– (Bolenberg) Hace un tiempo atrás, Noruega fue noticia mundial por una pequeña ciudad que propuso justamente el uso “0” de dispositivos móviles en niños. Y en simultáneo, investigaron cuáles eran los efectos, para poder ver si había cambios en la conducta de los niños o no y qué pasaba con los padres en función de eso. Lo que se busca es que los chicos empiecen a conectarse unos con otros en actividades deportivas o sociales, por ejemplo. Hay otra gran problemática que me alarma, que son las pocas horas que duermen los adolescentes hoy en día. Entre que ingresan muy temprano generalmente a las escuelas y que la mayoría se queda viendo una red social, jugando, viendo una serie por la noche, descansan muy poco, cuando un adolescente debería estar durmiendo entre 8 y 9 horas diarias…   

– ¿Cuáles son los mayores efectos negativos que genera el uso del celular…?

– (Bolenberg) Así como el dispositivo es individual, también las vidas se tornan individuales y a los chicos, les cuesta cada vez más los encuentros sociales. De hecho, quedan pocas familias que comparten una mesa sin una pantalla e inclusive que coinciden en el almuerzo en una mesa…  

– (Lillo) Los adolescentes están en una etapa de desarrollo cerebral, de los impulsos y que duerman solamente 5 horas, harán que haya efectos contrarios: se detiene el desarrollo a nivel neurológico, genera desconcentración, problemas de aprendizaje, trastorno de obesidad, no poder cumplir con las tareas, genera insomnios…

– ¿Y cómo poner límites…?

– (Lillo) Primero tenemos que partir desde un lugar: el adolescente se referencia con el adulto y se compara como si estuvieran en el mismo nivel. Cree que tiene los mismos derechos que el papá o la mamá y a veces como papás somos los primeros en no dar el ejemplo…  

– (Bolenberg) Un hijo de 17 ó 18 años, generalmente ya está criado y muchos padres a veces se activan con el control a esa edad de su hijo. Dicen “tengo que hacer algo o empezar a poner límites” y ya es tarde. También hay que aclarar que la mayoría de nuestros hijos van a tener que trabajar con pantallas en el futuro, pero es importante que el uso que se le dé al dispositivo, vaya más allá del entretenimiento…

– (Lillo) Con esa misma tecnología se puede aprender idiomas, música, generar contenidos… Hay que buscar siempre poner en juego la creatividad del niño. Antes, cuando estábamos aburridos, jugábamos a la bolilla, al balero, metegol… y había que vivir en convivencia con otras personas… Por eso, el consejo a los padres es que no tengan miedo de poner límites a sus hijos y que con ellos, compartan tiempo de calidad…  

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