Profesionales, docentes y ex maestros opinan sobre los cambios en la educación argentina

educacionUn gran impacto mediático se generó cuando el gobierno de la provincia de Buenos Aires dio a conocer, días pasados, el Nuevo Régimen Académico del Nivel Primario, que regirá a partir de 2015 en las escuelas de esa jurisdicción. Si bien es para esa provincia, la más grande del país, estas innovaciones podrían replicarse en otras. Entre las modificaciones previstas, se establece que la nota más baja será el “4”, para quienes cursan de 4° al 6° grado, mientras que quienes lo hacen de 1° a 3°, deberán ser calificados con “Bueno”, “Regular” y “Muy Bueno”. Además, el boletín de calificaciones será reemplazado por una “Libreta de Trayectoria”.

Esta variante, se suma a otros cambios que se vienen dando en la educación argentina y que genera numerosas controversias y un fuerte debate, en especial en aquellos que todavía se resisten a que hay que volver a la exigencia que imperaba décadas atrás. Claudia, una maestra retirada que discrepa totalmente con los “nuevos aires” que soplan en la educación argentina, expresó con contundencia: “Siendo estrictos, no se desmoraliza al niño, todo lo contrario, se lo ayuda”. En diálogo con El Observador, sostuvo que “en base a los errores y a remarcar esas fallas, para que no las vuelvan a cometer, los chicos van a tener un futuro mejor. No entiendo a lo que apuntan en la actualidad. En mi época, el alumno salía leyendo al término de primer grado, hoy me cuentan que están en 2° y los gurises no leen. ¿Por qué pasa eso…? Al chico que se portaba mal, se lo paraba debajo de la campana o en la puerta de la dirección, que hoy lo ven como algo estigmatizante o muy terrible. Pero les puedo asegurar que daba resultados. Y no necesitaban de psicólogos o psicopedagogas. Ese chico, estaba una vez allí (debajo de la campana) y después, no volvía a tener esos comportamientos. Se le hacía un bien y no un mal, como nos quieren hacer creer ahora”.

Marta, también docente jubilada (desde 2009), expresó a este medio que “si bien no estoy en actividad, una nunca se termina de desligar de la escuela, siempre me sigue preocupando el tema educativo y analizo los problemas que van surgiendo. En cuanto al debate planteado sobre las notas, para mí, éstas, en sí no tienen importancia, yo apuntaría más a la adquisición de saberes. Para el niño, puede ser un estímulo el no tener un aplazo, pero siempre va a haber una nota más baja y no sé qué le puede causar. La preocupación de los padres va a seguir siendo la misma. A mí me ha tocado trabajar con otras formas de evaluación, como cuando se debía poner ‘Alcanzó los Objetivos’ o ‘No alcanzó los Objetivos’. Siempre es lo mismo, cambiando las formas”.

En su momento, para evitar que el alumno sea afectado psicológicamente, se eliminó la corrección en rojo en las carpetas, a lo que la ex docente dijo que “en un tiempo nos hacían usar color verde. Son formas… Se habla ahora de que el abanderado no sea quien tenga los mejores promedios, pero siempre se evaluó también el compañerismo, la mejor asistencia… Vuelvo a insistir, lo trascendente es la adquisición de saberes: en un aula está el que más sabe, el que puede aprender y el que no puede aprender, al que hay que ayudarlo para que llegue a tener los saberes como cualquier otro niño”.

La psicóloga Vanesa Bolemberg opinó que “más allá de las notas, la cuestión central y que muchas veces se pierde de vista, es qué calidad de educación se está ofreciendo. Si esto apunta a reconocer la capacidad y desarrollo integral del ser humano, es excelente. Ahora si apunta a bajar solamente el nivel de exigencia y transmitir que esto es un ‘vale todo’, la verdad que no contribuye y estaremos un poco complicados. Los seres humanos aprendemos en base a las equivocaciones que cometemos, en la vida cotidiana nos ocurre. Creo que cuando se plantea esto de no remarcarle en demasía un error a un alumno, lo que se apunta es el hecho de no sobredimensionar lo que está mal y en reconocer todo lo que está haciendo bien. Muchas veces, en torno a la educación tradicional, se subrayó mucho lo que estaba mal y no se reconoció en el nivel necesario, las cosas que los chicos sabían hacer. Este es un eterno debate que se plantea”. En cuanto a los merecimientos para llevar la enseña patria, opinó que “hay que tener en cuenta todas las cuestiones. Es importante la nota, pero también el modo de relacionarse con los demás”.

Nora Retamar, docente y directiva de una escuela crespense, también dio su opinión, se mostró de acuerdo con los cambios que se vienen implementando y opinó: “Yo estoy a favor de que no se ponga un ‘3’. Como profesora de secundario no lo usaba, ya que le cortás la posibilidad a que ese chico se pueda recuperar y en cuanto a lo de los abanderados, siempre se analizan los valores que tiene ese chico, y sus conocimientos”.

La directora general de Cultura y Educación de Buenos Aires, Nora De Lucía, aseguró que “lo que priorizamos es el saber y no la nota. Lo que hace (el nuevo régimen) es que si un chico funcionó en todas las áreas, menos en una por ejemplo, debe pasar de grado y tener desde el primer día de clases de marzo del año siguiente, un maestro especial, durante el tiempo que lo necesite, hasta que incorpore todos los aprendizajes”.