Prevenir un ataque de asma puede salvar su vida

Desde hace 14 años, el primer martes de mayo se celebra el Día Mundial del Asma, fecha que fue instituida para concientizar a la población de las diferentes naciones, acerca de los síntomas que pueden llevar a este diagnóstico y los posibles tratamientos. La organización “Iniciativa Global para el Asma”, propuso en 1998 tomar este día para difundir información acerca de esta enfermedad, lo cual fue avalado por la Organización Mundial de la Salud. Se sabe que constituye el grupo de las afecciones crónicas y que registra una creciente incidencia negativa en la calidad de vida de las personas, principalmente en la población de los países ricos.

Según las últimas estadísticas, el asma afecta a 150 millones de personas en el mundo, de las cuales la mayoría son niños. El 75% de los afectados no están diagnosticados o no siguen un tratamiento correcto, dado que puede confundirse con síntomas de otras enfermedades, por las cuales la gente erróneamente suele automedicarse. El pasado martes 1 de mayo, se dieron a conocer los resultados de trabajos recientes realizados en Argentina por estudiantes de distintas facultades de medicina, que dan cuenta que 5 de cada 100 adultos y 13 de cada 100 niños son asmáticos y por las muestras georeferenciales obtenidas, estiman que sólo un 5% de los afectados tiene la enfermedad bajo control, es decir, sin crisis, fatigas ni broncoespasmos, sin necesidad de medicación de rescate y con posibilidades de hacer actividad física normalmente.

El asma afecta severamente las vías respiratorias, que ingresan y exhalan el aire de los pulmones. Las paredes internas de dichas vías se sensibilizan y se hinchan, tornándose muy sensibles y reaccionando ante aquellas cosas a las que el paciente es alérgico o le causan irritación. Cuando las vías respiratorias reaccionan, se estrechan y los pulmones reciben menos aire, causando un silbido en el proceso de inspiración y exhalación, tos, rigidez torácica, dificultades para respirar y presión en el pecho, principalmente durante la noche o la mañana temprano. Cuando los síntomas del asma empeoran, se produce una crisis, en la que los conductos respiratorios pueden cerrarse tanto que los órganos vitales no reciben suficiente oxígeno, llegando en algunos casos a provocar la muerte.

Cuáles son las principales causales

Existen diversos desencadenantes de la enfermedad, que es preciso que cada paciente conozca, para evitarlos y no llegar a sufrir un ataque, que ponga en riesgo su vida. Estar expuesto a ciertos factores causales, pueden llevar a que a medida que el aire contaminado con el agente nocivo pasa por los pulmones, las vías respiratorias se vayan haciendo más pequeñas. Las membranas que recubren dichas vías se inflaman y se encojen, haciendo que en consecuencia el cuerpo produzca una mucosa que es la que va impidiendo que el aire entre y salga con normalidad, llegando a altos niveles de obstrucción, que pueden causar la asfixia.

Entre los principales desencadenantes se encuentran: el humo del tabaco y en especial el que inhala el “fumador pasivo”, es decir, quien se encuentra cerca de aquel que tiene encendido su cigarrillo y es sumamente perjudicial, porque el sistema respiratorio de la persona que no tiene el hábito es aún más sensible a la nicotina. Los ácaros del polvo doméstico se encuentran presentes en casi todas las casas y eventualmente pueden ocasionar asma. Para prevenirlo, se deben utilizar cubre-colchones y fundas en las almohadas, que sirvan de barrera entre los ácaros y la persona enferma. Son contraindicadas las cobijas, almohadones y colchas rellenas de plumas, como así también los peluches que pueda haber en el cuarto. La contaminación del aire libre es casi incontrolable, sin embargo alejarse de sectores industriales o de talleres donde estén en marcha escapes de automóviles, puede resultar beneficioso. Alérgenos de cucarachas son los más comunes, debido a que el excremento de éstas puede inducir una reacción de hipersensibilidad (alérgica) en personas susceptibles. Además de utilizar trampas o gels para eliminar las cucarachas del hogar, nunca deben dejarse alimentos y el agua de consumo en lugares accesibles para ellas durante la noche. Aspirar o barrer las áreas que puedan atraer a las cucarachas al menos cada 2 días, pueden ser una medida preventiva. No resulta conveniente que los asmáticos tengan contacto con mascotas peludas y si el animal es de propiedad de otro miembro de la familia, al menos mantenerlo fuera de la habitación y de los espacios donde se desenvuelve la persona afectada. Aún estando fuera de la casa, ese tipo de mascotas deben ser bañadas cada semana, ya que los asmáticos no son alérgicos al pelaje en sí mismo, sino al tipo de agentes que éstos animales transportan, de modo que recortarles el pelo no los ayudaría a controlar su enfermedad. El moho aspirado también puede causar un ataque de asma. Debe eliminarse el moho de toda la casa para ayudar a controlar los ataques, recomendándose mantener los niveles de humedad del hogar en alrededor del 35%. Arreglar las goteras evita el crecimiento del moho detrás de las paredes y debajo de los pisos. Los asmáticos en climas cálidos y húmedos pueden usar aire acondicionado o un deshumificador, siempre que el aire que circule en la habitación sea lo más limpio posible. En menor medida se consideran agentes desencadenantes los ejercicios físicos agotadores, algunos medicamentos, las condiciones climáticas adversas como tormentas o temperaturas bajo cero y la ingesta de algunos alimentos o aditivos. Las personas con asma deben saber reconocer los factores que desencadenan sus ataques para tratar de evitarlos y estar alerta a los posibles ataques cuando los desencadenantes no se pueden evadir. Su tranquilidad ante ciertas amenazas también será necesario controlar, debido a que vivenciar estados emocionales intensos puede causar un ataque de asma.

Cómo llegar al diagnóstico

El asma puede ser difícil de diagnosticar, especialmente en niños menores de 5 años. Si a través de los chequeos médicos periódicos, se detectan anomalías en cuanto al nivel de funcionamiento de los pulmones o la aparición de alguna alergia que obstruye los canales respiratorios, es oportuno realizar un estudio llamado “espirometría”. El mismo consta de la utilización de un espirómetro, que mide la mayor cantidad de aire que una persona puede exhalar o expulsar después de haber respirado hondo. De este modo, también se obtienen registros del flujo de aire que se produce antes y después de tomar medicamentos específicos para el asma, lo cual habitualmente confirma la necesidad de un tratamiento.

Cómo tratar la enfermedad

Se puede evitar un ataque si se toman los medicamentos en la forma indicada, evitándose los desencadenantes y estando preparados para eventuales episodios. Cada especialista determina si resultan mejor los medicamentos para aspirar o las presentaciones en forma de pastillas. Existen 2 tipos de fármacos para el asma: los de alivio rápido y los de control a largo plazo. Los primeros controlan los síntomas de un ataque, pero es necesario estar atentos a la peridiocidad con que estos se suceden para determinar si se agrava el cuadro. Los remedios de control a largo plazo ayudan a reducir el número de ataques y a que éstos sean de menor intensidad, pero no ayudarán al paciente en el momento de un ataque.

 

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