Por sequía, el 92% de las regiones espera rendimientos por debajo del promedio para los cultivos de verano

 

Los productores entrerrianos han soportado dos sequías severas en un período menor a los 10 años. La primera ocurrió en la campaña 2008/09, donde la precipitación promedio acumulada entre noviembre y febrero fue de solamente 250 mm. (en Entre Ríos debería llover 500 en ese período). La campaña 2017/18 se enmarca dentro de un escenario similar, donde la precipitación promedio acumulada llegó a 222 mm, transformándose en una de las sequías más pronunciadas de las últimas décadas por estos lares (especialistas aseguran que no ocurrió algo similar en los últimos 90 años). Entre otros cultivos, esta situación está impactando fuertemente en el potencial de rendimiento de la soja en la provincia, donde los rindes promedios históricos rondan los 2.400 kilos por hectárea y para esta campaña se esperan no más de 1.500.

Según un relevamiento de CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola), “hay alerta por las proyecciones productivas y económicas” y se remarca que “el déficit de lluvias de los últimos meses en todo el país, ya genera impactos negativos importantes en la producción agropecuaria, que podrían agravarse aún más, si no llueve en los próximos días”.

Desde la entidad comunicaron a El Observador que “luego de un inicio de campaña marcado por lluvias excesivas en muchas regiones, el fin del 2017 e inicio de 2018 mostraron precipitaciones muy deficitarias. Esto generó condiciones moderadas a extremadamente secas. Sin embargo, la alta reserva de agua de los suelos y la presencia de ‘napa freática’ por las lluvias de 2017, contribuyó a atenuar el impacto de la sequía en la producción, al menos en algunas situaciones”.

CREA informó que el 92% de las regiones espera rendimientos por debajo del promedio para los cultivos de verano. En ese sentido, se adelantó que “habrá reducciones en el rinde de soja y maíz temprano en prácticamente todas las zonas, con algunos casos que alcanzan a más del 50%. La soja de segunda es una de las más afectadas, con casos extremos, de lotes perdidos”.

La sequía también está impactando negativamente en la ganadería de carne y leche. “Tanto en el relevamiento entre empresas CREA, como en los resultados del ‘Tablero Forrajero’ (herramienta para estimar producción en base a imágenes satelitales) se observa que la condición de los recursos forrajeros y su tasa de crecimiento está disminuida en los últimos meses. Como consecuencia, hay ganaderos que están adelantando los destetes y eventualmente, adelantando las ventas de la zafra. El 52% de las regiones lecheras muestran niveles de producción de silo regular (además de la caída en producción de pasturas). En ambos casos se está registrando una necesidad de aumento inmediato de alimentación suplementaria. Además, la falta de humedad compromete la siembra de los verdeos de invierno y pasturas otoñales condicionando de este modo la cadena forrajera de los planteos ganaderos en 2018” informó la entidad.

 

Los registros nacionales

 

Por otro lado, los registros realizados en los últimos días por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) muestran que hay una gran cantidad de hectáreas en la pampa húmeda donde, en lo que va del año, llovió hasta un 87,5% menos versus el promedio histórico (ese organismo considera el promedio 1961/2000). La pérdida estimada por la Bolsa de Comercio de Rosario en su último informe llega a unos 12.000.000 de toneladas para la cosecha de soja y otros 4.000.000 de pérdidas para la del maíz. Por lo tanto, la producción de soja llegaría a 47.000.000 de toneladas y la de maíz a 35.000.000. Por la reducción de ambas se perderían ingresos de dólares al país para este año de entre U$S 3.500.000.000 y U$S 4.500.000.000.

 

 

 

 

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