Peligros por cambios climáticos y destrucción de la naturaleza: Explican cómo trabaja la “Fundación Eco Urbano”

Visitaron esta semana los “Estudios Paraná” del “Centro Periodístico de Entre Ríos”, integrantes de la “Fundación Eco Urbano”, ONG que viene trabajando desde 1994 en lo relacionado a la problemática socio-ambiental a través de la educación y la comunicación. Estuvieron Horacio Enríquez (director Ejecutivo); Va­nesa Zehnder (coordinadora del Área Educación Am­biental y Capacitación) y los también dirigentes Natalia Enríquez y Joaquín Ramallo, quienes dialogaron con El Observador y el programa “Fernando Huck Reportajes” de Canal 6 ERTV. Entre otros conceptos destacaron que “nos preocupa la pérdida de montes, los incendios en humedales, la contaminación de nuestros ríos… Todas estas situaciones comparten algo co­mún, que es la pérdida de empatía, de sensibilización o

 de conexión de las personas con la naturaleza y nuestra propia identidad. En Para­ná tenemos un basural ‘a cielo abierto’ desde hace más de 100 años. Nuestra Fundación, como cualquier otro espacio, no será la que salve o que solucione estas problemáticas, sino que tra­tamos de generar cambios de hábitos, de promover cultura ambiental como nuestra misión y siempre en articulación con áreas del Estado e instituciones. Actualmente hacemos asesoramiento técnico a varios municipios, como el Ramírez, Cerrito,

 San Benito… en gestión de residuos y en temáticas ambientales en general. Sus autoridades entienden que esta temática es muy importante, apuestan a desarrollar diferentes líneas de trabajo, teniendo como objetivo general el cambio climático, que es una problemáti­ca global, pero que tiene repercusiones regionales y locales. Justamente para mitigar y adaptarnos a esta problemática que ya llegó, para quedarse y que va a generar graves consecuencias sobre nuestra vida y sobre la de todos los ecosistemas, hay que empezar a tomar decisiones, llevando acciones responsables en el destino de los residuos urbanos; en el cuidado y la preservación del arbolado público o en la educación ambiental, que será un eje clave, porque sin la sensibilización de la comunidad es muy difícil generar los cambios que necesitamos y que sean para siempre y que puedan modificar la tendencia que tenemos a nivel global, que es muy preocupante, con el calentamiento global, la contaminación de los océanos por micro-plásticos. Somos una organización que hemos llegado a los 30 años y lo logramos, porque aprendimos a trabajar con otros actores. Si queremos producir cambios, debemos incidir en la agenda de un gobierno local, porque es en el municipio donde se define la calidad de vida de los vecinos: si tiene más menos árboles, si tiene más menos tasa de separación de residuos en origen… y también las empresas empiezan a descubrir que cuando están contaminando, están perdiendo plata. Un efluente de un frigorífico puede alimentar un biodigestor y produ­cir una energía renovable. Hay un mundo que está en proceso de cambio muy profundo de los paradigmas. Europa por ejemplo, se está planteando cada vez más metas de economía circular para aplicarlas a la gestión de residuos, pero también a la energía… Estamos en un momento complicado de la vida de nuestro planeta, que lleva miles de millones de años girando en esta galaxia, cuya estrella es el Sol; los que estamos con algunos problemitas de riesgo y amenaza, somos la humanidad. El planeta tiene la capacidad para contribuir en nuestra vida con agua, suelo… ahora si nosotros no le damos descanso y si los 8.000 millones de habitantes viviéra­mos como un norteamericano o como un canadiense de clase media alta o como un suizo o un parisino, necesi­taríamos 4 ó 5 planetas para darle a los 8.000 millones de personas ese estándar de vida…”.

– Mucho se está hablando a nivel mundial de la “Agenda 2030” frente al cambio climático, bus­cando reducir las emisiones y para adaptarse a los efectos de dicho fenómeno…

– En cuanto al cambio climático, los gases se han producido históricamente en Estados Unidos, por su condición de país industrial. Hoy China es se­guramente mayor en ese sentido. Pero al efecto de la emisión de gases, lo sufrimos todos… ¿Cómo se construye cultura ambiental? Trabajando mucho en la concientización, en separar los residuos, en cerrar bien la canilla para no perder agua… Nuestros gurises especialmente deben estar guiados por la cultura del cuidado, del ahorro, como nos pedían nuestros padres y abuelos tiempo atrás… Hoy hay más de 300 millo­nes de personas que son refugiados ambientales, que no tienen comida, que no tienen agua, porque un día se les secaron los ríos…”.

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