¿Peligran pacientes con EPOC o con patologías respiratorias al viajar en avión?

Entre la población de viajeros que se trasladan diariamente en avión, hay pacientes con distintas patologías respiratorias crónicas, tales como Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), Asma, Fibrosis Pulmonar y otras, quienes durante los vuelos, pueden verse afectados, por lo que necesitan tomar ciertos recaudos para no tener consecuencias, que pueden llegar a ser muy graves.  

A través de un informe enviado a El Observador, desde la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria se expresa que es aconsejable que las personas con esas patologías, sean convenientemente evaluadas con anticipación por un médico, ya que su condición podría influir en la decisión de viajar con seguridad. “Es importante saber que las cabinas de los aviones están presurizadas sólo a 550 mmHg (milímetros de mercurio) por lo que, en esas circunstancias, los viajeros pueden sufrir una disminución de oxigenación en sangre. En ese marco, algunos pacientes con EPOC, pueden sufrir disminución de la oxigenación, con valores riesgosos de saturación. Esto puede llevar a un aumento de la disnea, taquicardia, palpitaciones e incremento de la presión arterial. Todo esto se acrecienta al caminar durante el vuelo hasta el baño o acomodar el equipaje” se destacó en el reporte, para el que se contó con el asesoramiento del neumonólogode la AAMR, Dr. Guillermo A. Raimondi (MN Nº 38588).

– ¿Cómo se establece si un paciente corre riesgos en la altura?

– Aquellas personas que presentan una obstrucción severa de la vía aérea, deberán realizar la llamada “Prueba de Simulación”, en la que se reproducen las condiciones de presión barométrica que se pueden encontrar durante el vuelo. En la misma, se elige el peor escenario posible, con una altura de 2.500 metros, lo que permite predecir con cierta exactitud la saturación de oxígeno que tendrá. Si las cifras dan por debajo de los valores de seguridad, el paciente requerirá oxígeno suplementario. Estas pruebas se concretan en una cámara hipobárica de presión, sin embargo, en nuestro medio, hay pocas y no son todas accesibles. Existe otra forma más simple y generalmente utilizada, que es la que el paciente respire una mezcla gaseosa con menor contenido de oxígeno (15%), que simula la cantidad que se respira en la cabina de un avión. Si el resultado es adverso, no le impide viajar, pero sí demuestra la necesidad de utilizar oxígeno suplementario durante el viaje.

– ¿Qué sucede si un paciente necesita oxígeno suplementario para el vuelo?

– En ese caso, corresponde realizar el trámite en la aerolínea para solicitarlo. El médico deberá completar un formulario con los detalles del estado del paciente y su requerimiento de oxígeno. Esa documentación es confeccionada por un organismo de control internacional (IATA), que también proporciona un listado de los equipos concentradores de oxígeno que están aprobados para ser utilizados a bordo (prácticamente todos los que están en el mercado). Si el paciente cuenta con uno de estos equipos, propio o alquilado, hay que tener en cuenta la duración del vuelo y posibles demoras para calcular los “packs” de baterías necesarias. El flujo del oxígeno es indicado entre 2 y 4 L/min y en ocasiones, según la aerolínea, se exige que el paciente viaje acompañado.

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