Pastor Alegrini: “Todos somos importantes y tenemos el mismo valor de la vida humana”

La muerte por autodeterminación de una mujer, ocurrida la semana pasada en un departamento céntrico, volvió a encender el debate en Crespo sobre el suicidio, calificado como la “Epidemia del Siglo XXI”. Se estima que aumentó su frecuencia en un 60% en el último medio siglo y particularmente en esta ciudad, fueron varios los casos registrados, muchos de ellos de personas no mayores de 50 años.

Preocupadas por la situación, algunas Iglesias vienen llevando a cabo distintas campañas de prevención, como entrega de folletos en eventos de masiva concurrencia o programando charlas sobre la temática. Esta semana, estuvo en el “Centro Radial, Televisivo y Periodístico de Entre Ríos”, el Pr. Roque Alegrini (Iglesia Templo “Buenas Nuevas”), quien, entre otros temas, habló sobre esta problemática mundial. Al respecto, en diálogo con El Observador y Canal 2 CVC dijo que “estamos viviendo tiempos muy difíciles como sociedad y más a esta altura del año, en la que ya se nota cierto cansancio, estrés, soledad… Uno ve la necesidad en algunas personas de tener contención, pero no todos se ‘abren’ para recibir esa ayuda. Veo a muchos adultos aislados, que han creado ese mundo, donde se sienten cómodos, pero el contacto humano siempre hace falta y es necesario. Lamentamos mucho cuando escuchamos estas noticias de suicidios. En nuestra sociedad, tenemos en un extremo al hombre que se siente orgulloso y muy fuerte en sí mismo, pero en la otra punta, está la persona cuya autoestima es muy baja, que llega a decir ‘no valgo nada’ o ‘nadie se va a dar cuenta si no estoy’, que es una falsedad muy grande. Todos somos importantes y tenemos el mismo valor de la vida humana. Ninguno es más que otro, venimos a este mundo, desnudos y nos vamos de la misma manera. Este vuelo que hacemos por la tierra deberíamos estimarlo de otra manera, no en función de lo que tenemos, sino de lo que somos” remarcó.

– ¿Se trabajan estas cuestiones con los niños y jóvenes?

– Trabajamos con adolescentes y niños, tratando de robustecer el concepto de familia, tan importante en este tiempo. Me he jubilado en la docencia hace casi un año y en ese tiempo de trabajo, pude ver el sufrimiento y dolor que pasan muchos chicos. Mi esfuerzo hasta que Dios me lleve con él, será precisamente a dedicarme a aliviar ese dolor, a ayudarlos en lo que pueda. Hay que intentar que alguien no nos robe el concepto de vida y para esto está la Iglesia.