“Parto Respetado” y qué hacer en la “Hora Sagrada”

Del 13 al 19 de mayo se celebró la “Semana Mundial del Parto Respetado”, por lo que en hospitales, centros de salud y otras instituciones, se realizaron diferentes actividades, buscando “visibilizar el modo en el que se atienen partos, exigiendo el cumplimiento de derechos vinculados al nacimiento”.

El Dr. Marcelo González Bernal, docente de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y obstetra del “Hospital Universitario Austral” (B. Aires), destacó que esta conmemoración “surgió como una respuesta fundamental en la lucha por la recuperación del rol protagónico de la mujer, en un momento tan maravilloso como es dar a luz y más que como una medida sanitaria, viene a formar parte de una reivindicación de los derechos de la madre en el sistema de salud. El parto, es un proceso fisiológico que se lleva a cabo sin complicaciones en la mayoría de los casos; la Organización Mundial de la Salud asegura que la creciente medicalización de los nacimientos, está dañando la capacidad de las mujeres de dar a luz. Por ello, hoy se considera que debe ser tratado como un proceso natural, con la madre en el centro de la toma de decisiones y sólo debe intervenirse cuando haya complicaciones…”.

LA “HORA DE ORO O SAGRADA” 

El Dr. González Bernal agregó que “la ‘Hora Sagrada’ u ‘Hora de Oro’, es un aspecto recomendado por la OMS, que refiere a que los recién nacidos que no requieran cuidados especiales, deben entrar en contacto inmediato, piel a piel, con sus madres durante la primera hora, después del nacimiento. Se trata de un momento emotivo, sensible y único de reconocimiento. El contacto precoz tiene efectos positivos tanto en el corto como en el largo plazo. La madre experimenta una descarga de oxitocina que favorece la instauración de la lactancia materna, ya que el bebé se encuentra especialmente receptivo, buscando una contención parecida a la que tenía dentro del útero. Entre los beneficios de la hora sagrada, se encuentran la prevención de la hipotermia del bebé, la promoción de la lactancia materna y la reducción del estrés del bebé y de la ansiedad materna mejorando el vínculo mutuo. También contribuye a la estabilidad fisiológica del recién nacido, estabiliza la respiración y oxigenación del bebé y disminuye el llanto. En la condición materna, disminuyen los síntomas de depresión posparto y fortalece la autoestima de la madre… En nuestro Hospital Universitario Austral, desde hace mucho tiempo, respetamos esta forma de nacimiento, con estímulo e inducción al continuo del parto y el apego del binomio madre-hijo. Si el recién nacido no tuvo complicaciones, no es necesario bañarlo ni vacunarlo durante la ‘hora sagrada’. Se respeta el corte del cordón hasta que deja de latir, se deja al bebé en el seno de la madre y mantenemos el apego y el vínculo temprano…”.

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