Parte 5: A 25 años del inicio de la “Oktoberfest” en Crespo, la recuerda los organizadores

Desde hace 5 semanas, en El Observador y en el programa “Fernando Huck Reportajes” de Canal 6 ERTV, seguimos recordando, a 25 años (1996) de su primera edición, las famosas y multitudinarias “OKTOBERFEST, FIESTA NACIONAL DE LA COLECTIVIDAD ALEMANA” y “EXPO ENTRE RÍOS DEL MERCOSUR, COMERCIAL, INDUSTRIAL, AGROPECUARIA Y ARTESANAL”, bajo la organización de la “Colectividad Alemana de Argentina”. Con la especial conducción de Alejandro Drescher, en la entrevista esta vez participaron el Cont. Fernando A. Huck (presidente de la mencionada institución) y los colaboradores Cont. Alberto BeckerEdmundo SchmidtIda Waigandt y Oscar Huber. Algunas de las opiniones vertidas, fueron las siguientes: 

– Fueron años donde la ciudad se vestía de gala y en la que miles de visitantes llegaban a Crespo, movilizando el turismo y la economía local…

– (Huck) Todo lo que rodeaba a la fiesta era importante, porque previamente se iba a promocionar a Paraná y otras ciudades, acompañado por el Grupo Coreográfico Edelweiss, repartiendo volantes, piroks, llevando la música y los bailes. En esa época, no había redes sociales, por lo que la promoción era en la calle o en los medios. El esfuerzo que se hizo fue muy grande, por lo que es bueno poder recordarlo y darlo a conocer a las nuevas generaciones. En estos programas, también queremos recordar a los colaboradores que dejaron su tiempo y esfuerzo, para que esta fiesta sea lo que fue, gente que hoy ya no está con nosotros, que dejaron su legado. También para que los más jóvenes sepan sobre el Salón Castillo y del sacrificio que fue hacerlo… Una edición se hizo en 5 jornadas y se contabilizaron 45.000 personas presentes. Tanta era la gente que venía, que no alcanzaban las plazas de alojamiento de Crespo y teníamos que reservar en hoteles de Paraná, Ramírez, Diamante, Libertador San Martín…  

– (Becker) Se trabajaba mucho en el aspecto organizativo, desde febrero o marzo empezaban las reuniones para una fiesta que se hacía en diciembre y el resultado de ese trabajo, fue que se lograron eventos grandiosos. De las últimas décadas, fue de las fiestas más importantes que tuvimos en Crespo y la zona. Lo que le dio masividad, fue que había muchas actividades durante todo el día y al siguiente, se volvía y había otros grandes espectáculos y con entrada gratuita. En mi caso colaboré en la comisión, siendo secretario durante muchos años y por mi profesión, aportando en la parte contable…

– (Huber) Terminaba una edición y había que empezar a trabajar ya para la próxima. Además de participar como músico, estuve en la organización de los desfiles de carros, para el cual, los participantes le dedicaban mucho tiempo, los pintaban, los decoraban… No eran solamente de Crespo o la zona, sino que llegaban de Lucas González, Santa Anita y de otros pueblos y ciudades de Entre Ríos, siempre con la alegría de ser parte de esta fiesta. Una ventaja y virtud que se tuvo, fue haber reunido a muchos colaboradores, cada uno en su área: en la parte musical, en parrillas, cantinas, desfile… Por ejemplo, semanas antes, se arrancaba con el preparado del chucrut. Recuerdo ediciones en la que se llenaba un acoplado de dos ejes de repollos y se preparaba todo de manera manual, a cuchillo…

– (Schmidt) Lo preparábamos en la casa de José Freiberger. Se llenaban unos 3 tambores de cerca de 300 kilos y por la demanda que había, no alcanzaba. En las parrillas, en unas pocas horas se quemaban 800 kilos de leña; se hacían 1.200 kilos de pollos, hoy lo contás y te preguntan… ¿y lo podían hacer? Y sí, lo hacíamos, pero con mucho esfuerzo de parte de todos. Desde las 12.00 en adelante, las cocineras no daban abasto con las salchichas y el chucrut armando los pedidos, realmente nos alcanzaban las manos y lo mismo en la parrilla, por la gran cantidad de gente que iba a la fiesta…   

– (Huber) Otra particularidad que tenía la Oktoberfest era que pasabas por los stands y en cada uno, algún obsequio te daban. Siempre había algún atractivo. Es algo digno de contar y recordar, porque estuvo mucha gente involucrada y salió muy bien. Salvo en ciudades grandes, donde hay formas de solventar una fiesta, no son muchas las localidades que podían organizar un evento de estas características, como se logró en esos años en Crespo…  

– (Huck) En una de las exposiciones se logró llegar a los 385 stands. Muchas eran empresas de otras ciudades, es decir, personal y directivos de las mismas que llegaban a Crespo y generaban movimiento económico para hoteles, estaciones de servicio, comedores… La primera ronda de negocios que se hizo de E. Ríos, la realizamos en Crespo y se usaron varias carpas con distintas mesas…   

– (Huber) Hoy apretás un botón de cualquier teléfono o tablet y te salta información al instante de las empresas que se podrían invitar, de los músicos, pero antes, eran solamente cuadernos y anotaciones, sin celulares, todo asentado a mano, lo que creo valora aún más lo logrado, porque no había tanta tecnología…    

– (Waigandt) Guardo muy lindos recuerdos de la fiesta. Ayudé en lo que estaba a mi alcance, a mi esposo (Edmundo) en la parrilla, también en el control del estacionamiento, donde eran filas y filas de autos. No alcanzaba el lugar dispuesto y había vehículos hasta la Terminal de Ómnibus, es decir, a varias cuadras del ingreso del predio. Tuvimos la suerte que en otras partes, no se hacían eventos así. Si ahora se quisiera organizar una fiesta de los alemanes como estas, sería muy difícil juntar tanta gente para trabajar de manera gratuita y solidaria como se hizo en ese momento. Y lo hacíamos, porque nos gustaba, por nuestros antepasados y porque queríamos tener El Castillo, que es un sueño cumplido. Hicimos grandes amigos mientras trabajábamos y nuestra satisfacción era ver feliz y contenta a la gente que llegaba a la fiesta, que disfrutaba de las comidas típicas alemanas, de la música, de los stands…

– Además de la música en el escenario, también había espectáculos en otras partes del predio…  

– (Huber) En ese sentido se destacaba el stand de yerba mate “Playadito”. Con “Manija” Reisenawer cantamos muchas veces allí; la gente se aglomeraba para escuchar la música y que era de todos los géneros…

– La Oktoberfest además fue una manera de rendirle honores a los descendientes que llegaron del Volga…

– (Huck) Sí, porque pasaron todo tipo de sufrimientos, hasta llegar a radicarse en estas tierras. Mis bisabuelos, hicieron tres viajes a Rusia para traer a familiares de una localidad que se llamaba “Huck”. Había que ir en barco hasta Génova (Italia) y desde allí a Rusia y no había colectivos ni trenes, por lo que seguramente se movilizaban en carros… En la actualidad, hay más de 3.000.000 de descendientes de los alemanes del Volga y en honor a esos antepasados, se organizó esta fiesta, que también hizo conocer más a Crespo a nivel nacional…

– (Becker) Estaría bueno buscar la manera de festejar estos 25 años, por supuesto, respetando las medidas sanitarias vigentes. El Castillo y el predio que lo rodea es grande como para cumplir con los protocolos…  

– (Huck) Cada uno de los colaboradores, dio lo mejor para la comunidad, porque si bien fue un evento de una colectividad, estaba pensada para Crespo. Mucha gente, que nunca se había puesto un traje típico alemán, se lo colocó; había concursos y se daban premios a quienes venían con esa vestimenta, que los identificara. Muchas familias siempre han tratado de defender esas costumbres, las comidas típicas, la música, el idioma, que lamentablemente vemos que hoy se van diluyendo y que con la Oktoberfest, logramos resaltarlas y difundirlas…  

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican la política de privacidad y los términos de servicio de Google.