Paraná Campaña: Y si jugamos un rato

Hace unos meses, durante una de las primeras reuniones de delegados de los clubes afiliados a la Liga de Fútbol de Paraná Campaña, el Consejo Directivo de la misma arrojó sobre la mesa una fecha tentativa para iniciar el certamen anual: el 5 de marzo.

Días después, en un nuevo encuentro para definir grupos y demás, se solicitó la postergación hasta el 12 de marzo, lo cual era previsible dado el tardío inicio en la preparación de varios elencos. También se definió que la Zona Norte (con menos elencos) inicie una semana después de la Sur.

Llegó el domingo 12 y la histórica ola de calor agobiante llevó a suspender la jornada inaugural. Momento de aguardar una semana más. El domingo 19 finalmente se dio el puntapié inicial en el certamen masculino y femenino en una jornada de termómetro en rojo, no muy diferente a la de siete días antes.

Finalmente llegaron las lluvias que trajeron alivio en toda la región. Fue abundante en varias localidades, sobre todo en el Norte. Hasta el viernes 24 hubo registros de agua caída en Paraná Campaña, llegó el sábado sin inconvenientes y el anuncio de un domingo a pleno sol, pero la duda estaba instalada: ¿Habrá fútbol?

La consulta a delegados y representantes de los clubes por parte del Consejo Directivo, fundamentalmente del Norte, llevó a tomar una decisión que no se hizo esperar. A las 12.30 ya estaba definido que no habría actividad dominguera.

El entusiasmo que ni siquiera se había encendido, comenzó solidificarse fríamente en el congelador. Para el futbolista resulta sumamente difícil encontrar una motivación frente a un campo de juego que hasta el momento desconoce porque en algunos casos, ni siquiera pisaron el césped. Lo mismo sucede para un cuerpo técnico y con el alma del hincha, quien estará resignado a la constante espera.

Por otro lado, estamos ante un torneo anual de una fase clasificatoria sumamente prolongada con récord de participantes. Ese formato está inserto en un año electoral en el cual tendremos numerosos domingos inactivos por ese motivo, más Fiesta de Disfraces que acapara la atención policial y más precipitaciones que ahogarán nuevamente la pasión. No descartemos que si durante julio llega una “ola polar” de características asombrosas, también cerremos las canchas.

Sin ninguna suspensión más, el 27 de agosto estaría finalizando la fase clasificatoria, con elecciones PASO nacionales en medio (13/08). De ahí en adelante se debe añadir las Generales de octubre, una posible segunda vuelta en noviembre y las elecciones provinciales que serían en julio (PASO) y septiembre (Generales). Es decir que podríamos contar hasta con cinco domingos sin actividad debido a las elecciones.

Elevando las plegarias al Dios de nuestras creencias, estaremos finalizando el certamen en diciembre. Que así sea, pero que comience de una vez y que la llama de la pasión tome algo de fuerza.

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